Capítulo 4: Explicaciones✔️

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Parpadea ante la escena surrealista frente a ella. No esperó que al regresar del trabajo se encontrará con su mejor amigo junto al demonio que lo tiene sujeto convertido en humano.

Si, él definitivamente parece humano.

Su tono de piel es clara y no hay alas o cicatrices en su piel. Su rostro no ha cambiado en nada a parte de sus inexistentes colmillos.

Da un vistazo a su alrededor notando a Kaminari, Deku, Kirishima e Iida frente a una camioneta. Se ven cautelosos.

—¿Me pueden decir que está sucediendo?—insiste nuevamente.

—¡El chico que parece un asesino fue grosero conmigo cuando toqué el timbre y pregunté por ti!—explica rápidamente su amigo rubio acercándose y rodeando su cintura en un abrazo—. Te extrañé.

Ella sonríe y se aparta palmeando su mejilla.

—También te extrañé, rubio tonto.

—¡Uraraka!—el peliverde se acerca con los ojos repletos de lágrimas no derramadas. Siempre tan sensible.

—Hola, Deku—le da un abrazo y hace lo mismo con Kirishima y lida—. Entonces...¿qué pasa?

Lo último le dice a los individuos que se miran a muerte pero que ya se han separado.

—Es bueno verte, Ochaco—Todoroki se acerca y antes de si quiera responder envuelve sus brazos a su alrededor, alzándola. Su rostro siempre inexpresivo se llena de vida como un amanecer cuando asciende el sol, deslumbrando el día.

La menor se ríe y se aparta.

—¿Por qué discutías con mi invitado?—con inquietud le da un vistazo al demonio que parece visiblemente molesto. Sus manos hechas en puño y su labios fruncidos, casi como si quisiera gruñir como un animal.

—¿Quién es?—Shoto parece desconfiado.

—Es un residente en mi pequeño hogar, espero que no peleen, se que es gruñón pero no está acostumbrado a las personas.

—Oe, cara redonda—Bakugo la llama—. No me gusta que hables de mi como si no estuviera.

Bufando entra en la casa, cerrando la puerta con fuerza excesiva.

Suspirando y tocando su frente observa a sus amigos.

—¿A que se debe su inesperada visita?

—Queremos reunirnos contigo como en los viejos tiempo, esta noche estarán los demás también—el pelirrojo se emociona—. También puede venir tu inquilino ermitaño.

La sonrisa de Ochaco vacila.

Ella aún no se acostumbra al demonio y definitivamente no lo quiere cerca de sus amigos, sobre todo por su temperamento explosivo.

Que pueda cambiar a una apariencia humana le aterra aún más.

—Supongo—se encoge de hombros restándole importancia—. Estaré allí.

Los demás se despiden y solo queda Todoroki.

—¿No irás con ellos?

—Si, pero me preocupa que estés con él—da una mirada a la casa—. No me parece confiable tu inquilino, Ochaco.

—Estaré bien—sonríe brillantemente—. Además ya tengo una semana conviviendo con él, no es tan peligroso como se ve, créeme.

—Eso espero, ten cuidado—le da un beso en la frente y se aleja pero su cuerpo se mantiene tenso.

El beso del demonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora