-Capítulo 2-

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"Cuando te lo pasas bien el tiempo vuela más rápido que krillin yendo a ver a n.º 18."

Fue lo único que llegó a pensar Shinsou, mientras apagaba de mala gana el despertador. Ese sonido del averno le avisaba que era hora de prepararse para ir a clase. Aun así, se quedó tumbado. Sintió como la pereza se adueñaba hasta del último rincón de su cuerpo. Tanteó las opciones, si decidía ir a clase tendría que vestirse, desayunar, lavarse los dientes y salir a la calle, pero si se quedaba en casa solo tenía que darse la vuelta y siguió durmiendo.

Obviamente escogió seguir durmiendo.

Volvió a acomodarse en la cama, dejando de lado el ordenador con el que estuvo tonteando toda la noche. No tardó ni 15 minutos en sentir un peso encima. Aquellos 5 quilos de masa peludo lo arañaban. Soltó una queja y se incorporó en la cama para acariciar a su mascota.

-Buenos días, Goku.

Traicionado por su propio gato, apagó el ordenador y fue directo al baño. Después de echar fuera el litro de zumo de naranja que se metió entre pecho y espalda durante la noche, mientras se lavaba las manos, se vio reflejado en el espejo. Su pelo, revuelto, escondiendo su frente y sus ojos, rojos y ojerosos, cargaban el peso de otra noche más sin dormir. Pero no era su culpa, nadie le avisó que Dr. Stone lo tendría pegado a la pantalla del portátil durante esos emocionantes 24 capítulos. Encima, con todo el morbo y las ansias por la segunda temporada, empezó a leerse el manga también. Sin duda alguna esos 2 últimos días de vacaciones fuerón increíbles. A quién le importaban Midorya o Uraraka, él solo quería saber el desenlace de aquella "Guerra de Piedra".

Se regaló a sí mismo una sonrisa macabra, desechando cualquier mal pensamiento sobre su aspecto desastroso. Cogió el bote de laca e hizo lo suyo para mantener sus greñas mirando al cielo.

-No estás nada mal para ser un otaku de mierda.


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Después de beberse su café y preparar todo lo necesario para su primer día de clase, salió con los cascos chillando a sus pobres orejas alguna canción de My Chemical Romance. Con el volumen al máximo y la mirada en el suelo evitó cualquier tipo de interacción social con otro humano. Shinsou es el tipo de persona que siempre camina con la mirada en el suelo, los auriculares a máxima potencia y con prisa. Lo último porque es un vago y no le gusta moverse hasta el último momento.

En alguna parada de tren, sustituyó su música de emo por la suave y gentil voz de Midorya. Izuku era una de las razones por las que aún no se tiraba por un puente. Esa pequeña pelusa verde lo animaba a ir a clase solo para cerciorarse de que sigue respirando y viviendo feliz.

-Y, entonces, Iida empezó a echarle la bronca.- contaba entre risas el pecoso.

-Sí, muy mítico del señor. Seguramente lo escojan como delegado este curso también.

Entre bromas y anécdotas veraniegas llegaron a su instituto. Desde la entrada ya se podían ver los reencuentros cliché de después del verano. Hitoshi sintió arcadas por cada "Ayyy, amiga, te extrañé taaaantooo" que escuchaba. Lo peor es que siempre provenía de alguna chica con esos aires de cute kawaii moe que tan absurdos le parecían. Si escuchaba esa frase una vez más se suicidaba.

-¡Ayyy! Shinsou, ¡te extrañé tanto!- gritó Uraraka mientras se abalanzaba sobre Hitoshi.

Fue preparando la soga.

- ¿Dónde has estado metido estás semanas?


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⏰ Última actualización: Mar 25, 2020 ⏰

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