capitulo 3 "El perro decide visitar a su amo"

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Nos quedamos acostados, disfrutando de una intimidad que no vivíamos hace años, me sentía tan bien. Estábamos abrazados, yo tocando su pelo y él respirando mi piel.

-No puedo creer como me acabo de sentir, casi no lo recordaba. Nunca pude sentirme igual desde que me dejaste.- me dijo.

-Yo tampoco. Placer no me ha faltado en todo este tiempo, pero esto es distinto. Siempre quiero ir más allá, siempre estoy hambrienta y es que cuando creo que no puedo experimentar nada más, algo ocurre, algo se me ocurre o algo se te ocurre.

Erick me miraba, nos mirábamos sabiendo que algo sucedió entre los dos, intentamos seguir con nuestros caminos, pero es que somos cortados por la misma tijera, nuestro fuego es innegable y durante toda nuestra relación nunca se extinguió, todo lo contrario.

-Voy a dejarla. Quiero estar contigo, por favor.

-Tengo pareja Erick.

-No importa, puedo soportar eso, sólo te pido que pueda tener algo de ti, lo que sea.

-¿Y qué hacemos con la distancia? yo vivo a 500 km de ti.

-Puedo cambiarme de ciudad, no me dejes sin ti de nuevo.

-¿La quieres?- le pregunté.

-Sí.

-¿Puedes vivir sin ella?

-Sí, pero no sin ti.

Luego de esa conversación que podría cambiar el rumbo de mi vida, la de Erick y Andrés, decidí ofrecerle estadía a Erick, en dos semanas más. Sabía que Andrés tendría que viajar a capacitarse por un fin de semana.

-Iré, por supuesto que iré y buscaré trabajo ahí, te necesito cerca.

.

Estaba de vuelta en mi ciudad, me fue a buscar Andrés al aeropuerto, con su sonrisa de siempre me abrazó y me beso mientras me agarraba el culo frente a todos.

-Hola linda, te extrañé tanto, por favor ayúdame a aliviar este dolor que tengo dentro.- Me dijo al oído.

-Hola amor, llévame a casa, necesito lo mismo.

Andrés es un hombre increíble, siempre preocupado por todos, muy responsable y comprometido con su gente y trabajo. En cuanto a la intimidad, tenía cosas aún sin resolver. Una de las cosas que a Andrés le costó admitir en nuestra relación, es que le calentaba la porno gay. Se avergonzó mucho de admitirlo, pero yo me di cuenta mucho antes que él lo confesara. Un día estaba yo en casa, caliente y con deseos de ver sexo entre hombres, que es algo que siempre he disfrutado mucho, me pone como avión, me hace hervir la sangre, si hay un viagra femenino, ese es el mío. Andrés me encontró y me miro la pantalla con mucha curiosidad, él nunca ha criticado mis gustos y quizás eso ha hecho que tengamos una relación tan plena, esa vez lo invité a ver conmigo. Bastaron cinco minutos para notar su pene totalmente duro y erecto, no alcanzamos a terminar el video, antes de que eso pasara me sacó mis calzones y me penetró como un loco, terminamos tiritando de lo fuerte que nos fuimos.

-Te gusta el porno gay.-Le dije.

-No lo sabía hasta ahora, fue muy extraña la sensación, como una quemazón en mi entrepierna, no me di cuenta lo rápido que me erecté

-¿Qué te excitó tanto amor?

-Como el hombre de azul penetraba al que estaba completamente desnudo, el sexo anal me vuela los sesos, tu bien lo sabes.

-Amor, te quiero tanto.- Nos besamos porque ya no quedaba nada que decir,ambos sabíamos que estábamos experimentando algo hermoso,un suceso único: cuando te das cuenta que tus deseos son limitados y reprimidos por el entorno.

Todo perro tiene su dueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora