Capítulo 3

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El día llego, y cuando el mayordomo llegó a la casa todo estaba en silencio, aunque un poco desordenado, y eso que solo llevaban unas horas aquí, a saber cómo terminaría después de una semana.

El mayordomo se puso a preparar la comida y a esperar a que bajasen sus huéspedes para prepararles el desayuno, él sabía que hoy iba a ser un día cargado de sorpresas para mucha más gente que sus invitados, y estaba expectante por lo que iba a suceder.

Andrea se despertó, porque los rayos de sol la daban en la cara y se dio cuenta que Carolina continuaba durmiendo al lado suya porque por la noche tenía miedo de dormir sola en aquella habitación tan grande en la que se escuchaban los tabiques de madera crujir.

-Carol despierta, es hora de levantarse y aprovechar el día, podemos ir a dar un paseo por el valle, salir a la piscina a tomar el sol, hacer una barbacoa.

-¡5 minutos más por favor!-Contesto esta adormilada.

-Venga tía, si no te levantas te tirare el agua del jarrón a la cara para que espabiles-Carolina la saco el dedo de en medio mientras se estiraba y se levantaba para ir al baño.

Marta en cambio, había dormido sola porque no la daba miedo y se levantó un poco antes que sus amigas. Bajó a la cocinar y vio a Carlos que estaba tomando un zumo de naranja.

-Buenos días Carlos- Saludó- Veo que ya has aprovechado el día, ¿Vienes de pasear?.

-Sí, me he levantado pronto y he ido a dar una vuelta, todo aquí es tan precioso, podría vivir aquí eternamente.

-Oigo ruidos, parece que las dos vagas ya han decidido levantarse.

Andrea y Carolina bajaron las escaleras y se quedaron mirando a los demás.

-Bueno chicos-Dijo Carolina-¿Estáis preparados para ir a la piscina y no hacer nada en todo el día?.

-Anda desayunar primero-Contesto Carlos-Yo voy a cambiarme y ahora os veo en el patio.

Mientras estos chicos se preparaban para tomar el sol y darse un bañito en la piscina, Alicia y sus amigas ya llevaban un par de horas en el tren.

-Alicia ¿falta mucho?, estoy aburrida de estar aquí sentada, y además tengo hambre.-Comento Clara.

-Tu siempre pensando en comer, y luego así estas- Sonrió descaradamente Alicia.

-No empieces Alicia, quedara una hora y media más en tren y luego cogeremos el helicóptero que nos llevara a nuestro destino. Yo también estoy aburrida de esperar tanto, pero es lo que toca. ¿Tú que piensas Silvia?-Pregunto Nerea.

-A mí no me importa esperar, todo lo bueno tarda.

-Pensemos en todas las fiestas a las que vamos a ir, y lo borrachas que nos vamos a poner- Sugirió Alicia, todas rieron.

La hora que quedaba se las hizo corta, ya que estuvieron pensando y planeando todo lo que iban a hacer. Dos horas más tarde bajaron del tren y en la salida se encontraba un hombre muy elegante, con traje de piloto que poseía un cartel en el cual ponía "Alicia Alameda".

-Mirar chicas ese debe ser el piloto del helicóptero, porque tiene escrito en un cartel tu nombre Alicia, esto muy nerviosa nunca he montado en helicóptero- Admitió Clara.

-A ver, tu padre no es rico, y tu madre, bueno no llegaste a conocerla. Yo en cambio ya he montado varias y veces, he incluso he conducido uno, con ayuda del copiloto claro, pero es súper chulo- Se mofó Alicia.

-Buenos días señoritas- Dijo el hombre que sujetaba el cartel con un acento muy raro- Soy el señor Smith, soy de América y soy el encargado de llevarlas a la casa en la que van a hospedarse, ustedes deben de ser las señoritas Alicia, Nerea, Clara y Silvia.

EncerradosWhere stories live. Discover now