C-16 Venganza

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Sakura

Eran las seis de la mañana cuándo me desperté, a penas una hora de sueño había tenido, Sasuke se había mostrado implacable haciendo el amor durante toda la noche, todavía podía sentir el aroma de su cuerpo, sus duros músculos presionandose contra mí, su miembro duró y listo para darme placer sin descansó, ambos terminamos agotados, y hambrientos, dónde aproveché a colocarle una pastilla pequeña para dejarlo fuera de combate por unas horas, cuándo el efecto hubiera pasado, yo ya estaría muy lejos de él, hoy durante el juicio de Madara me di cuenta, que él y yo jamás seríamos felices, el viviría con el despreció de su familia por estar con la que una vez fue la mujer de su hermano, y yo, simplemente me alejaba por que el no debía sufrir por mi culpa, me puse mi ropa lo más silenciosa que pude, y escribí una nota dónde se quedaba un pedazo de mi alma, era un dolor lacerante el que atravesaba mi corazón mientras escribía, de reojo lo contemple y traté de que en mi mente quedaran grabadas cada unas de sus facciones perfectas, ningún hombre podría compararsele, sus mechones negros azulados caían por su rostro dándole un aspecto salvaje, pero su suave respiración la hacía ver tan vulnerable y frágil, lo amaba tanto que dolía, no quería perderlo, pero tampoco podía ser una carga para él, algún día él se daría cuenta que le había hecho un favor, y muy en fondo sabía que no tardaría en encontrar una mujer que lo amé como él lo merece, me dolía si quiera pensar en otra mujer a su lado, pero era lo mejor, me aguanté el nudo en mi garganta, y continúe escribiendo, cuándo al fin terminé, dejé la nota en el tocador, sabiendo que ahí lo vería, en mi loca carrera por salir, olvidé mi teléfono, pero daba igual, no quería que nadie me contactara nuevamente. Una vez a fuera tomé un taxi.

- ¿A dónde le llevó señorita?. - Pregunto el taxista, un hombre con una muy grave obesidad.

- Lleveme a... - No sabia a dónde ir, no tenía a nadie a quién recurrir, pero tenía que escapar de las garras de Madara. - A la estación del tren por favor.

Cuándo llegué a la estación miré para todos lados, había una sensación extraña en mi pecho, cómo un mal presentimiento, sentía la mirada de alguien clavada en mí, pero no veía a nadie conocido o éso creía yo, compré en la taquilla un boleto que me llevaría a una pequeña localidad rural muy retirada dónde podía quizás encontrar paz, mi vejiga reclamó atención y cómo aún no llegaba el tren decidí ir al inodoro, saqué de mi bolsa unas gafas oscuras, y una pañueleta, y me los coloqué quizás con éso podría evitar que alguien me reconociera, sobre todo sintiendo esa extraña presencia que me seguía, la puerta del baño crujio, pero ignore a quién entraba, grave error, un fuerte golpe en mi cuello, me hizo mirar todo borroso, y lo último que vi en el reflejo del espejo del baño, antes de caer en la inconsciencia me hizo darme cuenta del terrible error que había cometido.

- Madara... - Susurre con mi último aliento.

Cuándo desperté, me encontraba en un sucio sótano, la cabeza me dolía a morir, y tan sólo hacer el esfuerzo de ver me daba una terrible migraña, traté de moverme pero me di cuenta que me tenían inmovilizada, atada a un poste en una horrible posición, traté de reconocer el lugar dónde estaba pero nada me era familiar.

- Al fin despertó la bella durmiente - Madara se acuclilló a mi altura y me observó con una sonrisa cínica en sus labios. - Sabes eres una perra muy dura de encontrar, por un momento pensé que no podría volver a poner mis manos en ti, pero gracias a tu inteligencia - Dijo entre comillas - Te vi salir de ese mugroso hotel en el que te habían visto entrar con mi hermano, nunca pensé que serías tan estúpida cómo para salir sola, pero lo hiciste, por lo que me evitaste el trabajo de tener que deshacerme de mi hermano.

- Madara - Susurre.

- Ahora que maldita - Me tomó por los cabellos haciendo que frunciera la frente de dolor - ¿Ahora si me dirás que me amas? Por que sí es así puede que olvidé todos las estupideces que haz hecho.

Peligrosamente Prohibido (SasuSaku) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora