Raisaac.

2.8K 196 13
                                    

Cansado de ser su niñera, Isaac dejó que Stiles se fuera y se quedó con el extraño hombre lobo mirándolo fijamente.

-¿No tienes algo mas que hacer?- Inquirió molesto el de rizos.

-¿Porqué, quieres salir o algo parecido?- Preguntó Ray con una sonrisita.

-No hablaba de eso.- Gruñó Isaac apretando los puños.

-Pero yo sí.- Añadió el mayor, acercándose al otro lobo.

Isaac entrecerró los ojos, tomó el vaso de leche mas próximo y se lo arrojó a Ray.

-Vete a jugar con tu abuela.- Siseó Isaac antes de irse a su habitación importándole muy poco si su visitante se quedaba o se marchaba.

Pocos minutos después volvió a bajar, listo para irse un rato a correr.

-Lindas piernas.

Isaac pegó un salto al escuchar al amigo de Stiles y de pronto se sintió incómodo de llevar un pantalón tan entallado, pero su pans de correr estaba sucio y solo había encontrado el de yoga.

-No te pregunté.- Gruñó el de rizos al recordar con quien trataba.- No robes nada y cierra la puerta cuando te vayas.

Con los audífonos ya puestos salió de la casa para estirarse, no que le afectaran los calambres pero necesitaba no pensar en Scott y en su maldito 'gracias'.

Inició su andar cuando Ray salió de su casa, tampoco quería pensar en él.

-¡Oye, espera!- Le escuchó gritar pero prefirió ignorarlo mientras se adentraba en el bosque.- ¡Sé que me escuchas!

Isaac siguió trotando y fingiendo que no escuchaba nada mas a parte de la excelente playlist que lo acompañaba.

Se concentró en resolver sus sentimientos. Bien, lo habían rechazado pero no por eso iba a dejar de buscar el amor, no señor. Solo que ahora lo primero que debía hacer antes de confesarse a alguien era averiguar si era gay y si tenía pareja.

Rió con amargura solo de recordar el fatídico momento donde elevó sus esperanzas para que se las estrellaran con un "Gracias".

Se detuvo de golpe y regalo un zarpazo al primer árbol que alcanzó. Sentía tanta vergüenza, tanto enojo; se había equivocado y ahora debía de buscar una forma de controlarse, una que no involucrara sus emociones.

-¿Porqué estás tan molesto?- Isaac dio un brinco cuando escuchó la voz de Ray, si bien no había olvidado que este le seguía sí lo había omitido.

-No te importa.

-Quizá no debería, por que a penas te conozco. Pero me importa Isaac, si es sobre lo que dijo Stiles, de un tal Scott, pienso igual que él; no deberías hacerte menos por alguien que no valga la pena.

-¿Hacerme menos?- Gruñó Isaac, a la defensiva. ¿Quién se creía ese lobo?- Escucha, lobo entrometido, si estoy molesto o no es por desperdiciar tanto tiempo en alguien que de hecho no valía la intención, tu trabajo es ayudar a que mi hermano no se muera y no cometa una estupidez con el maldito conjuro ese, así que concéntrate en eso y déjame en paz porque no necesito ni de ti ni de ningún otro lobo con aires de Salvador; aprendí a amarme mas a mi mismo que esperar el amor de alguien mas, pero eso no significa que no duela si me rompen el corazón.

Ray se quedó como hipnotizado, Isaac pensó en "Idiotizado" porque el tipo lo miraba con una sonrisa de boca abierta, si fuera una caricatura le escurriría baba y si fuera un perro estaría moviendo el rabo sin parar.

-Creo que me gustas.- Murmuró Ray. Isaac, sorprendido, abrió mucho los ojos, levantó las cejas y se sonrojó.- Vaya... Tú, Eres tan lindo. Sí, definitivamente me gustas.

De pronto Isaac volvió a fruncir el ceño y a mirar mal al lobo rubio.

-Aléjate de mi.- Volvió a salir corriendo, adentrándose en el bosque, usando sus habilidades lobunas en total control para su sorpresa.

Dejó de pensar en Scott y en su gracias, su corazón ya no se sentía roto, mas bien estaba reconstruyendose. Las palabras "Me gustas" revoloteaban en su cabeza junto a un par de ojos verdes. Isaac no era tonto y tampoco ciego, Ray era lindo, mucho.

Totalmente diferente al chico del que había estado enamorado desde largo tiempo atrás.

-Lo siento.- Murmuró Isaac, mucho mas tranquilo cuando volvieron a detenerse.- Pienso que eres muy atractivo pero ahora no quiero nada con nadie.

-Oh no te preocupes.- Dijo Ray que de pronto estaba muy cerca de Isaac.- Yo sé esperar.

***

Después de hablar en medio del bosque, Stiles regreso a su casa, necesitaba una tarde normal para variar; mientras Derek se fue prácticamente corriendo a ver a Deaton, desesperado por saber que era lo que ocurría con su marca.

-¿Porqué está desapareciendo?

-Es lo que yo vine a preguntar.- Gruñó Derek después de mostrar su marca.- No sé que rayos está pasando.

-Cuando se enteró del vínculo, Stiles vino a verme y me suplicó que le dijera una forma de romperlo.- Comenzó a hablar Deaton, acomodando un montón de frascos y menjurjes en repisas.- Obviamente me negué, es peligroso para un ser sobrenatural y mucho mas para un humano tratar de romper un vínculo; pero temo decir Derek que el de ustedes está roto y peor aún, no creo que vuelva a existir si el nudo desaparece por completo.

-¿Entonces, Stiles descubrió una manera de quitarlo?

-Yo no diría eso. No percibo magia en el.- Explicó el druida con una sonrisa apenada.- ¿Cuál es la base de su vínculo, Derek?

-El amor, sin eso, el nudo no puede aparecer.- Respondió Derek, sentía que las respuestas estaban frente a él, lo que podía, debía y no de hacer.

-Eso es Derek.- Llamó Deaton.- Es lo que está pasando con su vínculo.

El lobo supo entonces que su batalla no estaba del todo pérdida, podía luchar una vez más. Ser merecedor del amor de Stiles; ser suficiente para el castaño; ser y hacer lo correcto; y no volver a lastimarlo.

Salió corriendo de la veterinaria, no paró ni un segundo, tenía su auto en el estacionamiento y poco le importó, siguió a corriendo y corriendo, sin agitarse, sin sudar.

Con el corazón desbocado de amor y el estómago revuelto de los nervios llegó y casi derribó la puerta de la casa de Stiles. Toco una y luego otra vez hasta que el castaño abrió, confundido de verlo.

-Fui una basura, a ambos nos consta.- Inicio Derek, no lo sabía aún pero estaba a punto de tener verborrea digna del castaño frente a él.- Estoy seguro de que descubriste una forma de librarte de mi, una muy arriesgada pero no es necesario. Una palabra tuya bastará para quedarme o marcharme, pero antes de que tomes cualquier decisión debes escucharme.
Tengo un carácter horrible, pero sé cocinar; cometo errores cada vez más grandes, pero prometo no volver a hacerlo contigo; he pasado mi vida huyendo del amor pero tu me pasaste por encima; te amo Stiles, y si me escoges a mi, pasaré el resto de mi vida haciéndote feliz, cuidando de ti y amándote.

El castaño se quedó helado, con la respiración pausada y las manos sudorosas.

-¿Qué me dices?


















(2/2)

HUNTER STILINSKI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora