CAP.1

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En ambas orillas del helado río se alargaba un sombrío bosque de coníferas. Poco tiempo antes, el viento había despojado a los árboles de su capa de nieve, por lo que parecían inclinarse los unos sobre los otros, como negras sombras fatídicas a la luz del ocaso. Sobre la tierra reinaba un gran silencio. Todo era una desolación sin vida, sin movimiento, tan solitariay fría que no se desprendía de ella un espíritu de melancolía. Era la selva, la salvaje selva boreal cuyo corazón está helado.

Pero allí mismo, desafiante, se encontraba la vida. Aguas abajo, por el río helado y por las heladas tierras cercanas al Polo Norte, donde todo es blanco porque únicamente hay hielo para ver, hielo blanco en la tierra, en los árboles y en el agua congelada, con un frío de más de veinte grados bajo cero, avanzaba un trineo tirado por seis perros de aspecto lobuno.

La hirsuta pelambre de los animales estaba cubierta de escarcha.
Su aliento se congelaba en el aire, en cuanto salía de las fauces y se depositaba, formando cristales, sobre su piel.

Dos hombres, Hyun y Kaituo, manejaban el trineo. A veces bajarse y caminar empujando, uno adelante y otro atrás, para ayudar a los perros. Un tercer hombre viajaba en el trineo y hacía su último viaje. Ese tercer hombre estaba muerto. Hyun y Kaituo lo habían metido en un cajón y lo llevaban a su tierra, que quedaba lejos.

Los hombres marchaban sin hablar, ahorrando la respiración para el esfuerzo corporal. A su lado reinaba el silencio, que los oprimía y afectaba sus mentes.

Al trineo y a los perros los seguían los lobos, flacos y hambrientos, feroces y decididos a comer. No los habían atacado todavía, los seguían y parecían esperar el mejormomento para lanzarse sobre ellos y devorarlos.

Los lobos no lo sabían, pero a los dos hombres que llevaban el trineo únicamente tenían 3 balas para defenderse. Podían liquidar a 3 lobos, después, los demás los harían pedazos.

-Oye, Hyun,¿cuántos perros tenemos?
-Ya sabes que tenemos seis-- dijo Hyun.
-Por eso mismo te pregunto --dijo Kaituo--, porque acabo de contarlos y son siete.
-Contaste mal, son seis.
-Conté siete.

Los aullidos de los lobos se sentían más cercanos y al repetirse amenazaban convertir aquella soledad en un manicomio. Llegaban ahora de todos lados, los perros demostraban su miedo acurrucándose unos junto a otros y tan cerca del fuego que el calor les tostaba el pelo. Hyun y Kaituo seguían discutiendo sin ponerse de acuerdo. Al fin se fueron a dormir y al levantarse al otro día descubrieron que sólo tenían cinco perros.

Era muy raro eso y no entendían qué pasaba. Siguieron su camino, avanzando sobre ese paisaje helado, en el que todo era del color del hielo y únicamente se escuchaban los aullidos de los lobos.

A la hora en que los perros comían Kaituo vio que de nuevo eran seis animales. No le dijo nada a Hyun porque la soledad y el frío atacan los nervios y habían de mala manera el día anterior.

Al día siguiente sólo había 4 perros, a lo que les costaba más arrastrar el trineo.

Cuando a la hora de comer una vez más fueron cinco, los dos fueron a ver de cerca y lo que vieron fue una loba de color rojizo que se desprendió del grupo y huyó. Entonces, entendieron lo que pasaba. La loba comía los perros y al irse siempre se llevaba un perro con ella. Un perro enamorado y tonto que la seguía hasta donde la esperaban otros lobos que primero lo mataban y luego se comían al perro.

Al día siguiente sólo tenían tres perros...

Colmillo Blanco  (Min Yoon Gi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora