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Datos: • Partes: Primera parte. • Personaje: Sabito x Lectora. • Advertencia: Habrá cambios respectivamente en este One-shot, solamente para la historia original del anime. • Categoría: Romance.
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Los tres jóvenes entrenaban arduamente para la prueba final que estaba a la vuelta de la esquina. No se encontraban lejos de la casa de Urokodaki y al menos defendían esta mientras el mayor salió a comprar algunos recursos que faltaban para el almuerzo. Sin embargo, la inesperada llegada de él junto a una chica en sus brazos hizo que se alarmaran todos.
—Traeré las vendas rápido. —Apurada, Makomo fue a la casa para vendarla ella misma. Por otro lado, los dos chicos ayudaron a su maestro a llevarla al tatami y sacar una nueva ropa para la desconocida muchacha.
Ya cuando la joven de cabellos negros regresó, fue la encargada de curar todas las heridas que tenía en su cuerpo. Makomo no podía imaginar cuanto tuvo que aguantar ella para que las cicatrices en su espalda ya quedaran marcadas e infectadas a la vez.
—Estuviste sola luchando por tu vida—-susurró con tristeza por la situación de la contraria y prosiguió a cambiar el paño que ya cambió de color a rojo carmesí.
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El de cabellos color a carne ahora cuidaba de la joven quien se encontraba ahora en la habitación de la muchacha. Exactamente dos semanas habían pasado rápida y justamente eso le preocupada; ya que la joven aún no despertaba. Al menos en algo que estaban seguros, que gracias a los medicamentos que traía su maestro junto a Giyu, y a las habilidades que Makomo sabia acerca de la medicina; el cuerpo de ella se estaba sanando con el pasar del tiempo. Al menos en su mente, se sentía inútil más allá que no ayudaba en algo de importancia para que la desconocida ya despertara o en sus cuidados. Por lo que, pidió vigilar el bienestar y la seguridad de la chica por las noches.
,—Confío plenamente que está en buenas manos —recordó las palabras de su mentor y su mirada cayó al rostro de la dormida.
A pesar de que su cuerpo esta con esas horribles heridas que seguramente quedaran marcadas en su piel, su rostro se mostraba muy pacífico y sereno. Se preguntaba como habrá obtenido esas heridas tan espeluznantes a una edad que probablemente sea igual que ella. Más allá con la información que obtuvo de Sakonji, ella se hallaba sola en las frías montañas del norte, entre sollozos y sosteniéndose de una rama gruesa simulando como bastón. Fue un milagro encontrarse con ella durante una misión que ya había terminado su maestro.
