capítulo 4

103 9 23
                                    

Ana miro su reloj y al ver que se había echo las 5 de la tarde se fue a cambiar de ropa, se encerró en el baño de empleados del cine y miro su vestido nuevo dentro del bolso
Se lo puso dudosamente y se miro al espejo, vio el escote y como le quedaba aquel vestido color rosa
Le quedaba hasta por los muslos, ajustado en todo el cuerpo, se puso los zapatos y se maquillo, se acomodó el listón de su cabeza, se peino el flequillo y salió con su bolso en la mano
Notando las miradas descaradas de los hombres que caminaban sólo pensó en como estaría joey, ya que no lo veía hacia días ya que se encontraba trabajando sin descanso
Abrió la puerta con las llaves que joey le había dado y entró sigilosamente
Cerró la puerta, fue hacía la habitación y lo vio tocando la guitarra

- Hola - saludo ella mirándolo fijamente
Joey miro hacia la puerta - Hola ¿Cómo has estado?- preguntó él mirándola a los ojos
- Trabajando sin descanso - susurró ella mirándolo tiernamente
Él la miro a de arriba a abajo muy atentamente
- Otro hombre que me mira descaradamente - contestó ella enojada
- No, sólo me has llamado la atención... estas muy hermosa - contestó él mirándola con interés
- Estas preciosa... aunque el vestido blanco te queda mucho mejor que el que tienes puesto, eres una mujer muy bella pongas lo que te pongas - contestó joey sonriendo dulce
Ana lo miro, vio sus labios tan suaves, rosados y de sabor dulce... miro sus rasgos escandinavos extremadamente  finos, sus ojos tan azules como el cielo y su sonrisa dulce y tierna

Ana dejó su bolso en la mesita de noche, vio la cajonera desordenada y se puso a ordenar aquella
Joey se levantó, puso su guitarra en el estuche y se dedicó a mirarla atentamente
Vio sus curvas tan comunes entre las mujeres de aquella ciudad pero... a él... le causaban algo especial, la vio darse la vuelta para buscar la ropa tirada, vio el poco escote que tenía que para él... era perfecto y Ana notó como joey la miraba con detención
- ¿Porque me miras así?- preguntó ella medio enojada
- Ya lo dije, eres muy bella y ese escote te da un toque más de belleza... y además de esa mirada tierna que tienes, que la ocultas con tu rudeza por miedo a algo - susurró él acercándose a Ana
- Tú que sabes - contestó ella mirándolo fijamente

Joey era una cabeza y media más alto que ella... Ana era una mujer valiente, ya que no dudo hacerle frente a un hombre mucho más alto y fuerte que ella
- No te acerques o lo lamentaras - susurró ella alerta
- Tu sabes que no te haré daño Ana, nunca le haría daño a una dama... nunca - susurró él muy tiernamente
Se acercó y le acaricio la mejilla con mucha delicadeza, ella lo miro ya ruborizada y se asombró al ver esos ojos color azul cielo mirándola fijamente
Joey la agarró de la cintura y la acercó muy lentamente
- Cuando te ruborizas eres mucho más bella... - susurró él muy tiernamente
- No me llevarás a la cama... - respondió ella comenzando a enojarse

-...- joey la miró con mucha ternura, le acaricio el mentón suavemente con una mano y se pego al cuerpo de Ana con cuidado
- ¿Porque me tratas así? Tan suave - preguntó ella mirándolo con dulzura
- Con una mujer tan bella como tú... debo tratarte como si fueras frágil, tienes la piel tan blanca y suave que pareces una muñeca de porcelana, no tienes ninguna imperfección, esa mirada tierna te da el toque de belleza que capta mi atención por completo - susurró él sonriendo tiernamente
- ¿Porqué una mujer? Si sólo tengo 19 años - preguntó Ana
- No lo pareces... eres una niña, pero eso no quiere decir que eres una mujer...y muy bonita - respondió joey con sinceridad y ternura
-...- Ella lo miro con sus ojos miel brillantes

- Tienes una mirada muy bonita, tan inocente y tierna - susurró Joey mirándola con sus ojos azules como el océano
- ¿Porque me dices niña? Ni que tuviera 9 años - respondió Ana
Joey se rió tiernamente - Para mi eres una niña - contestó él
- ¿Cuantos años tienes?- preguntó ella con curiosidad
- Tengo 28 años... por eso, me pareces una niña - contestó joey sonriendo
- No lo pareces - susurró ella ubicando sus manos en el suave y cálido cuello de joey
- Pues... gracias - susurró él mirándola a los ojos profundamente
Ana le acarició el cuello con sus suaves manos, le acarició el pecho, le desabrocho un botón de la camisa y se apoyó allí... escucho su corazón latir velozmente y quito su cabeza de su pecho, lo miro a los ojos y joey le sonrió con dulzura

Niña de amor dulce Donde viven las historias. Descúbrelo ahora