Double Trouble || Fred Weasley [EDITANDO]

Effrayante

Mini maratón (2/3)

[4° curso, 3er año en Hogwarts, 8 de enero]

Meredith y Míriam se habían convertido en las más grandes "bromistas" de Hogwarts después de Fred y George.
La única diferencia es que ellas lo hacían por venganza, no por gusto, y sus bromas solían ser más crueles que las de los otros dos (dependiendo del caso).

Este día se dirigían a gastarle una "broma" a Pansy Parkinson y otras chicas de Slytherin, ya que las serpientes se habían saltado las clases para ir a fastidiar a otros alumnos; intentaron tirar a Meredith de su escoba en clase de vuelo, pero los Slytherins y los Gryffindors de 4° año tenían una clase de vuelo juntos a la semana, por lo que Míriam lo vió todo.

--¿Estás segura de que fueron ellas? --decía Meredith.

--Al cien por cien.

De un momento a otro el ambiente de los pasillos cambió drásticamente; empezó a tornarse frío, oscuro, lugubre. Más de lo que ya era. Algo extraño, como si de una presencia infrahumana se tratase.

--¿Sientes eso? --dijo Meredith acariciandose los brazos en señal de frío.

--Sí, hace mucho frío...

Los ojos de Míriam se tornaron blancos y sus pies se elevaron varios centímetros del suelo y entonces cayó a este recuperando la consciencia.

--¿Otra premonición? --dijo ayudando a levantarse a su amiga.

--Viene un dementor, ¡corre! -chilló Míriam.

Las muchachas salieron corriendo, pero al cruzar la esquina se dieron de bruces con el profesor Lupin.

--¿Qué pasa, por qué están tan alteradas señoritas?

Las chicas no tuvieron tiempo de articular palabra, ya que el dementor apareció justo detrás de ellas.

--Intenten invocar un Expecto Patronum --dijo a animarlas a practicar Defensa Contra Las Artes Oscuras.

--¡Jamás hemos conjurado ese hechizo! --dijo algo nerviosa, ya que el dementor se acercaba cada vez más.

--Oh, lo olvidé.

--Ya...

Mientras el profesor y Míriam discutían sobre el hechizo Mer se había quedado totalmente quieta. De donde ella estaba pisando empezó a emanar agua, tras eso, un montón de enredaderas surguieron de las baldosas del suelo.

El dementor estaba tan cerca de Meredith que podría darle un beso sin siquiera moverse, pero la plantas que brotaban de debajo de los pies de esta cada vez se hacían más grandes. Entonces una especie de luz oscura, casi negra, salió de alrededor de la chica. Pero no se fué, se quedo allí como su aura, emanando de su piel; las plantas envolvieron al dementor, como un saquito, y poco después estas se aflojaron, pero dentro ya no quedaba nada.

Su amiga y su profesor no podían creer lo que habían visto, ni ella misma pudo.

--Las necesito a las dos en mí aula, ya --dijo el profesor.