Capítulo 43

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Malek


Desde que Francescca despertó nunca creí que alcanzaría la paz que tengo ahora, verla fuera de peligro ha sido la sensación más placentera que he experimentado hasta ahora, no puedo creer que todo mi esfuerzo por protegerla se fue a la mierda, pero juro que mataré al maldito de Cedric por lo que ha hecho. Tan solo pensar en ese imbécil hacía que me hirviera la sangre y mis instintos asesinos salieran a flote como hace unos años atrás. Saqué mi móvil y tecleé el número de Nader, él respondió al segundo tono.

¿Se puede saber donde carajo estaba Kaim cuando Francescca fue apuñalada? —Solté en cuanto tomó la llamada.

—Malek también me da gusto escucharte —dijo con sarcasmo y ahora no estaba de humor para sus idioteces.

—No me vengas con tus mierdas, el trato era que ella no debería salir herida.

Y yo cumplí con mi parte —respondió. Como deseaba tenerlo en frente para romperle la cara. —Kaim la siguió durante una semana y el último día corroboró que no estaba en peligro, el abogaducho que sale con su amiga estaba ahí con ellas.

—¡Pues no es así! El bastardo de Cedric quiso asesinarla —un largo silencio apareció entre nosotros.

¿Y cómo está ella? —Me sorprendió el tono serio de mi hermano ¿en verdad se preocupaba por mí?

—Viva.

Lamento lo que le sucedió a tu chica —dijo con sinceridad.

—¿Hay noticias? —Pregunté cambiando de tema.

Ahora que lo mencionas, sí. Mandé a mis hombres a amenazar a Douglas Blake, el imbécil cooperará con los tuyos.

—Gracias.

Recuerda Malek, quiero a ese imbécil fuera de mis territorios —y sin decir algo más colgó.

¿Quién lo diría? La mafia y la justicia jugando el mismo juego, ambos bandos trabajando juntos con un fin común, pero con diferentes intereses. Miré nuevamente la pantalla de mi móvil con el nombre de Nader, mi hermano sabe que atraparé a Cedric para que él siga traficando cómodamente, pero lo que no sabe es que cuando esto termine el siguiente en mi lista será él.

Solo espero el momento perfecto para que Francescca esté fuera de esto, después de todo Nader Eljal tiene una deuda pendiente conmigo.

[...]

El doctor Carson me dio la noticia que Francescca será dada de alta el día de mañana; sin embargo, cuando fui a darle la noticia e informarle acerca del caso de Cedric, ella parecía ausente como si algo la incomodara y la comprendía porque yo también sentía lo mismo. La alejé de mi vida para protegerla sin darle ninguna explicación y era obvio que ella estuviera confundida al verme tan preocupado por ella, mis palabras decían una cosa, pero mis acciones otra. Así que lo menos que puedo hacer es responder sus preguntas y decirle la verdad.

Prometí que no la dejaría de nuevo; sin embargo, nadie me asegura que me aceptará si le digo quien soy realmente y si ella toma la decisión de alejarse de mí, aceptaré su respuesta sin importar lo que sienta porque mi prioridad es su bienestar. Pero cuando Francescca iba a hacer su primer pregunta una mujer rubia de aspecto intimidante irrumpió en la habitación.

Señorita Trembley, agente Athena Brooks. FBI.

Inmediatamente mis sentidos se pusieron alerta, no esperaba que el FBI se involucrara en este asunto.

—¿Qué puedo hacer por usted agente Brooks?

—Necesito hablar con usted señorita —la agente me lanzó una fría mirada —. A solas.

—Lo que tenga que decir puede hacerlo frente a él. Es mi abogado —la agente asintió y tomó asiento junto a Francescca.

—Sabemos el caso que está llevando contra Cedric Hayes y nosotros hemos querido atraparlo hace tiempo —explicó —y de acuerdo a su reciente atentado quiero que me diga lo que pasó exactamente esa noche.

El cuerpo de Francescca se tensó, sabía que ella aún no estaba lista para hablar de lo sucedido, así que hice lo primero que se me vino a la mente. Tomé su mano, ella dio un respingo ante mi repentino contacto. Lo único que quería era transmitirle mi apoyo y decirle que no estaba sola; la calidez que su piel me transmitía era tan confortante que solo me hizo darme cuenta de lo mucho que la había extrañado.

Ella se armó de valor y procedió a decir todo lo que sucedió aquella noche, con cada palabra que brotaba se sus labios mis deseos por matar a Cedric crecían cada vez más y para cuando Francescca terminó de relatar lo sucedido me percaté de que había estado ausente durante su relato, solo pensaba en las miles de formas de asesinar a ese imbécil.

—¿Pudo ver a su atacante? —Francescca negó.

—No, su rostro estaba cubierto por un pasamontañas.

—¿Tiene algún otro dato? Cualquier característica podría se útil —insistió la agente.

—Ahora que lo menciona, sí —sus palabras llamaron mi atención —. En la muñeca derecha llevaba un tatuaje del símbolo de la Om.

No puede ser.

Si ese imbécil que atacó a Francescca llevaba el símbolo de la Om quiere decir que ese hombre pertenece a nuestro clan, solo los Eljal y sus miembros llevaban ese tatuaje.

—¿Tiene pruebas que haya sido el señor Hayes? Ya sabe que sin pruebas no podemos asegurarlo.

No podía creer que esta mujer hiciera una pregunta tan estúpida, era obvio que había sido él. A veces esa maldita ley de que todo ciudadano es inocente hasta demostrar lo contrario podía ser un arma de doble filo, si esta mujer quería pruebas, las tendría. No importa si con eso Francescca descubre que le he mentido.

—Estoy seguro de que fue él —la atención de ambas se centró en mí.

—¿Cómo está tan seguro, abogado?

—Hace una semana Cedric fue a mi despacho —inicié —. Fue con sus hombres y me amenazó, me dijo que si Francescca o yo no dejábamos el caso, iba a matarnos.

[...]

Después de la visita de la agente Brooks un incómodo silencio reinó en la pequeña habitación del hospital. Logré que la agente del FBI accediera a las cámaras de seguridad para demostrar que lo que decía era verdad; sin embargo, acabo de pagar un precio muy alto y ese es que Francescca descubriera que le he estado mintiendo.

—Lo sabías —la voz de Francescca rompió el silencio —. Tú sabías de lo que Cedric era capaz y no me dijiste nada.

Sus ojos llenos de dolor se clavaron en lo más profundo de mi alma, tarde o temprano ella se iba a enterar; sin embargo, yo no estaba preparado para enfrentar esto que venía.

—Sí.

—Eres un maldito mentiroso —su hermoso rostro comenzó a llenarse de lágrimas.

—Franny déjame explicarte —pedí pero ella negó —. Lo hice para protegerte.

—Me mentiste —repitió —. ¿Y por eso me alejaste de ti?

—No, eso fue por otra razón.

—Entonces hay más —dijo con ironía —. ¿Qué más ocultas Malek? ¡Se suponía que éramos un equipo!

Franny...—ella negó.

—Largo.

—Franny por favor, escúchame —pedí —. No hagas esto, no quiero que esto que tenemos termine.

—No puede terminar algo que jamás empezó —sus duras palabras se clavaron como dagas en mi pecho —. No puedo estar con alguien que no confía en mí y solo miente. Vete Malek y por favor no me buques más, porque ahora soy yo quien te pide que te alejes.

Asentí.

Haré lo que me pedía, me alejaré de ella.

Atrapada © [J.D.L.M #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora