Capítulo 49

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Malek

¿Estás segura que está bien que llegue el día de la ceremonia? —Pregunté sin despegar la mirada de mi ordenador —. La demanda se atrasó unos días y no podré llegar un día antes como te prometí.

No te preocupes mi amor, lo importante es que no faltes.

—Te veré mañana, cuídate.

—Te amo.

—Y yo a ti.

Colgué la llamada.

Francescca se había ido a Minessota hace dos días para alistarse para su ceremonia de graduación y ya la extrañaba como un maldito loco. Me había vuelto adicto a ella, deseaba besarla y hacerla mía una y otra vez, esos deseos solo me hacían sentir un maldito enfermo.

Joder.

La amaba tanto y ahora más que nada deseaba terminar con esta maldita demanda e ir con ella. Seguí con mi trabajo hasta que la puerta de mi oficina se abrió dejando entrar a Dalia y por su expresión no era del todo serena.

—Dalia ¿qué haces aquí? —Mi hermana ignoró mi pregunta y cerró la puerta con fuerza.

—Me puedes explicar por qué mierda decidiste trabajar con Naderme dejé caer sobre la silla, había olvidado por completo ese detalle —creí que habías dicho no te involucrarías de nuevo en la mafia y que harías lo posible porque Nader pagara por lo que ha hecho. Nos ha hecho recalcó.

—Él quiere a Cedric muerto, así que, dejaré que lo case como la rata que es y después haré lo posible para arrestar a Naderexpliqué.

—¡No mientas Malek! Prometiste no involucrarte.

—Francescca está en riesgo y si tengo que volver a ser un asesino. Por ella lo haré —la mirada de Dalia reflejaba decepción —. Puedes estar tranquila, no ayudaré a Nader, buscaré otra forma de proteger a quienes amo.

—Más te vale porque no pienso hacerme responsable de lo que pase —y sin decir algo más salió de la oficina.

Pero ¿qué mierda le pasa?

[...]

Después de conducir por varias horas, llegué a Minnessota ahora el siguiente paso sería ir a la universidad, solo espero llegar a tiempo para el acto académico. El campus universitario estaba adornado con diversos carteles con la leyenda: Generación 2019-2020 y miles de personas se encontraban yendo de un lado a otro acompañando a sus graduados. Un sentimiento de nostalgia me invadió, recuerdo que cuando me gradué, estuve solo, ya que no tenía a nadie. En ese tiempo me alejé de mi familia y tuve que enfrentarme a la vida yo solo sin la necesidad de recurrir al dinero fácil de mi abuelo o de mi hermano.

—¿Buscas a alguien? —Su dulce voz me sacó de mis nostálgicos pensamientos.

—De hecho, busco a una hermosa graduada llamada Francesccasus mejillas se tornaron color rojo, se veía tan adorable y a la vez hermosa con aquella toga color azul. No pude soportarlo más y la besé, joder como había extrañado sus labios.

—Creí que no vendrías —dijo a mitad del beso.

—No me lo perdería por nada del mundo cariño —llevé mi mano al interior de mi chaqueta y saqué una pequeña cajita color negro —. Te traje algo.

Ella tomó la caja y la abrió, el rostro de mi hermosa chica palideció al instante que vio el pequeño anillo de oro blanco rodeado por diminutas esmeraldas y zafiros.

Malek...

—Es una anillo de promesa —me apresuré a explicar, la expresión en su rostro reflejaba miedo —déjame demostrarte lo importante que eres para mí Francescca, es por eso que quiero hacerte esta pregunta ¿quieres ser mi novia oficialmente?

Llevábamos un tiempo saliendo, pero no se lo había pedido formalmente, por lo que seguramente ella creyó que le estaba pidiendo matrimonio y aunque sabía que ella era la mujer con la que quería pasar mi vida entera, sabía que ella y yo todavía no estábamos listos para dar tan grande paso, tal vez en unos años quizá podríamos hacerlo, pero no ahora.

—Quiero prometerte aquí y ahora que te protegeré y te amaré hasta el último día de mi vida —sus hermosos ojos bicolor se llenaron de lágrimas —. Eres lo que más amo Francescca.

—Malek tú también eres lo que más amo —ella envolvió sus brazos en mi cuello y susurró la más hermosa palabra —. Sí. Sí quiero ser tu novia.

No es la primera vez que me lo dice ni tampoco será la última, solo sé que esto que siento por ella es más grande que el odio que una vez llegué a sentir, ella me trae paz y estoy seguro que ella es lo único que necesito para que mi vida esté completa. No puedo negar que estoy asustado por lo que nos depara el destino, pero como dije una vez, estoy dispuesto a desatar el infierno por ella porque ¡maldición! Ella se ha vuelto tan necesaria en mi vida como el aire que respiro y cada vez que la veo pienso: ¿qué hubiera pasado si Ann hubiera escuchado mi petición y ella jamás hubiera trabajado conmigo? Ni si quiera me atrevo a buscar una respuesta para ello porque ahora no puedo ver más allá de mi futuro si ella no está conmigo. Todavía la oscuridad de mi pasado sigue atormentándome y no quiero ni siquiera pensar donde me encontraría si ella no hubiera aparecido en mi vida, ni tampoco quiero averiguarlo, solo sé que la amo y eso basta para que me sienta en paz conmigo mismo.

[...]

La ceremonia comenzó, ahora nos encontrábamos escuchando las palabras de bienvenida del rector de la universidad. La palabra orgullo describía perfectamente los rostros de los padres de Francescca, ese brillo en sus ojos decían más que mil palabras y al igual que yo, estaba más que feliz por los logros de mi chica.

—Ahora demos la bienvenida a nuestra estudiante, titulada con honores Francescca Trembleypidió el rector.

Los aplausos no tardaron en hacerse presentes; sin embargo, después de unos cuantos minutos Francescca no subió al escenario; la busqué con la mirada en el lugar que se suponía en el que debía estar; sin embargo, no había nadie. Por inercia me puse de pie atravesando a las personas que se encontraban sentadas, tenía un mal presentimiento de esto y sabía que algo no estaba bien. Marqué el número de Francescca, pero no tuve respuesta, su celular se encontraba apagado.

—Francescca ¿dónde estás? —Mascullé, estaba comenzando a preocuparme.

Recorrí el campus preguntando a cada persona si alguien la había visto, pero siempre obtuve la misma respuesta: no. El pánico y la adrenalina consumían cada célula de mi cuerpo, era como si la tierra se la hubiera tragado. La pantalla de mi celular se iluminó e inmediatamente contesté, tenía la esperanza que fuera ella.

—¿Francescca?

Hola abogado —mi cuerpo se estremeció al escuchar su voz, lo que más temía acababa de ocurrir.

—Cedric.

Veo que no me has olvidado —tensé la mandíbula.

—¿Dónde está Francescca? —Una ronca risa brotó de su boca.

Te dije que dejaras de meterte en mis asuntos Malek e hiciste todo lo contrario —guardé silencio y me limité a escuchar con atención —. Creí que eras más listo y ahora tu mujercita pagará las consecuencias.

—Déjala ir, al que quieres es a mí.

No estás en condiciones de pedir algo querido abogado, así que, escucha bien lo que quiero —hizo una larga pausa —si quieres volver a ver a tu chica, tú y tu maldito hermano seguirán mis reglas ¿entendiste?

—Sí.

—Una cosa más, tienes veinticuatro horas para que el FBI deje el caso o de lo contrario podría enviarte una extremidad de Francescca y eso sería una lastima porque realmente es una mujer encantadora.

—Está bien —no puedo creer que haya caído en las garras de este maldito hijo de puta.

—Que comience el juego.

Atrapada © [J.D.L.M #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora