Cambio de papeles, gatita

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El nombre de Kino encabezando la lista negra de los hombres residentes de la mansión, inmediatamente fue reemplazado por el de Carla, a quien le causaba satisfacción el saberse el primero de todos ellos en causarle un orgasmo a la joven rubia, quien estaba notoriamente más feliz y algo más atrevida que antes. Los chicos sabían que Yui desaparecía unas horas luego de la escuela, pero cuando intentaron indagar, casi reciben una paliza. Sólo una persona sabía a dónde se iba ese par de horas, e iba a divertirse mucho con eso.

Yui estaba charlando animadamente con Janis, contándole su increíble experiencia con Carla. Janis casi se desmaya cuando Yui le contó que vivía con 13 ardientes chicos en una mansión. "¿¡Y ni así has tenido sexo con alguno de ellos!?" fue lo primero que dijo Janis, y Yui no supo que responderle pues no podía decirle a Janis que los chicos solo se le acercaban para beber su sangre, así que tuvo que decir que los chicos nunca la habían mirado de esa forma, ni siquiera un poco, hasta ahora; y en teoría no estaba mintiendo. Janis se había vuelto una gran amiga de Yui, su primera amiga, en realidad, desde que empezó a vivir con los chicos, y la rubia se sentía más que feliz de poder hablar de ciertos temas con otra chica, pues había cosas que no quería preguntarle a Kino, quien parecía encontrar gozo en besarla y acariciarla frente a los otros, no solo los vampiros y fundadores, sino también en la escuela frente a todo el mundo. De vez en cuando se encontraba con una pelea entre algunos de los Sakamaki, Mukami y/o Tsukinami, pero cuando les preguntaba por qué estaban peleando, cambiaban el tema o se iban. Lo que la joven rubia no sabía, era que cada hombre que vivía con ella tenía su propio plan para poder acercarse a Yui y poder tener una oportunidad de tomarla, sin embargo, ellos mismos no paraban de sabotear sus planes entre sí.

-Yui-la voz de Linda interrumpió su charla, así que se acercó al mostrador, pero se quedó petrificada a un metro, pues unos ojos azules juguetones se cruzaron con los rosas-. Yui, se buena y atiende al cliente.

La mirada de Linda le dio a entender que no tenía opción, así que inhalo profundo y con una sonrisa se acercó al rubio que le sonreía con falsa inocencia.

-Buenas noches señor, mi nombre es Yui. ¿En qué puedo servirle? -dijo con falsa cortesía. El muchacho sonrió y se acercó a ella.

-Pues... estoy buscando algo para mi novia, siento que ya no tenemos la misma vibra de antes y buscaba algo para subir la emoción-Yui arqueo las cejas, casi ofendida por las palabras. ¿Novia? ¿En serio? Ni siquiera la había invitado a una misera cita, y él se creía capaz de proclamarla como su novia. Descarado. Además, nunca antes había habido una vibra BILATERAL entre ellos. En realidad, fuera de Kino, ella no pensaba aceptar todavía que cualquiera de ellos la llamara su novia o cualquier otro sinónimo. Bueno, tal vez Carla podría llamarla su amante, pero no había hablado con él después de eso así que no estaba segura. Pero mientras Yui lo mataba con la mirada, una divertida idea se le cruzó por la mente.

-Por supuesto señor, por favor, sígame-al darse la vuelta y empezar a caminar, la mirada de Janis le daba a entender que sabía quién era el chico tras ella. Tal vez se le había pasado el detalle que uno de los 13 ardientes chicos, era Mukami Kou, el Idol. Caminaron por uno de los pasillos y se detuvieron en los disfraces, claro, disfraces provocativos-. Dime, Kou, ¿qué te trae por aquí?

-Oh, nada, seguí a una linda M-neko-chan hasta su peculiar trabajo-respondió el rubio y se acercó a la joven por atrás, rodeando su cintura con su brazo. Yui ya se había acostumbrado a que los chicos hagan eso, pero seguía causándole un placentero escalofrío. Pero no podía distraerse ahora, no cuando tenía un plan en la mente. Yui se apartó para que Kou pudiera ver los diferentes disfraces, y un brillo lujurioso resaltó en sus bellos ojos.

-Esta es nuestra sección de juegos de roles ¿Cuál te gusta más? -la chica vio como la expresión de Kou cambiaba por una de concentración. Tomaba cada traje y lo escudriñaba, aunque... claro, la joven ya sospechaba el que iba a elegir.

Mala ReputaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora