Prefacio.

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13 días antes. Enero, 18

7:39 a.m

Mierda.

Es lo primero que atina a pensar Nicole un sábado por la mañana, teniendo en cuenta que este era el único día de la semana que no trabajaba y que deseaba con fervor el poder descansar más de lo "normal".

Había pasado la semana entera desvelándose por entregar los trabajos del parcial y que con su trabajo de medio tiempo, apenas y pudo terminar las prendas requeridas para aquella colección de la universidad. Esto ya era una situación demasiado sofocante, hasta para alguien acostumbrado a trabajar y estudiar. Atender la cafetería frente a la facultad de Diseño era aún más agotador que todos aquellos "proyectos estrellas" de su carrera, teniendo en cuenta que era la única mesera en el establecimiento, y quien preparaba las bebidas, los maestros parecían encantados en recargar las tareas.

-genial, ni siquiera dormir tarde puedo hacer bien.- talla sus ojos y se levanta de su cama, mira alrededor; no parecía el cuarto perfecto, pero por o menos era económico. Solo debes resistir hasta Mayo, solo hasta Mayo. Tomó con cautela su pastillero y tragó las 4 pastillas que correspondían al sábado, ató su cabello y se colocó unas zapatillas negras desgastadas. Caminó hasta su ropa sucia y separó dos tantos, giró hacia su pequeña cocina y pensó mientras lo que desayunaría.

Usualmente tenía comida de sobra de la cafetería, muchas parejas llegaban a discutir a este local y, aunque habían ordenado, después de la discusión, dejaban intacta la comida; adoraba esos días, podía comer delicioso sin necesidad de pagar extra; pero aquella semana, la hija de la dueña, quien se hace pasar por el gerente de la tienda, le dijo que debía tirar la comida, aunque ya hayan pagado por ella. Nicole sabía que no podía ponerse pelear por un plato de comida, pero, ¿que saben ellos de hambruna si son ricos? o tal vez no ricos, pero, podía apostar lo que quisiera a que ellos tenían el frízer lleno de comida y la despensa abarrotada de cremas en lata y fruta en frascos. Ella deseaba por lo menos tener unas cuantas cosas con las cuales satisfacer su hambre.

Coloca la primera lavadora, dándose cuenta que le quedan pocos detergentes, debería ir al Súper a comprar lo necesario para sobrevivir otro mes. Sobrevivir. Ojalá no le tocara pensar en ello cada que algo falta, ojalá su madre no fuera una prostituta alcohólica que desde hace meses no ve llegar a "casa", ojalá tuviera un pretexto menos realista para poder fingir y llorar todas las noches...Ojalá todo fuera una vil mentira.

Toc*Toc*Toc

Se sorprende la repentina llegada de alguien a su hogar, la mayoría de sus amigos no conocían su ubicación, a excepción de 4, de los cuales, era probable que alguno estuviera en su morada.

-hey, hola- apunta Nicole con su cabeza.- pensé que llegarías más tarde.

-te mande mensaje desde ayer que llegaría a esta hora, ¿acaso nunca lees mis mensajes? -contestó la castaña apenas entro a la casa. Nery era su amiga desde la preparatoria, la única que estaba igual de jodida que ella, la única que sabía lo que es estar rota y en esa situación, la única que podía entrar sin escrúpulos a su morada.

-Solo vi de reojo la hora cuando me levanté, lo siento Nery.

-No hay cuidado.- se mueve hacia la cocina, imagina que en la gran bolsa debe de traer algo de comer. su estómago ruge con tan solo pensar en comida.- creo que alguien no comió ayer.- ríe mientras saca trastes de comida y los coloca en la barra de la cocina.- Mamá te manda guisados y un poco de despensa, algunas cosas ya están por caducar, pero, no corres riesgo de intoxicación, también me dijo que puedes pasar por la tienda a surtirte de despensa, no tenemos inconveniente en que no las pagues, solo.- hace una pausa mientras la recorre con la mirada, estaba agonizando en vida, este año había perdido 3 kilos, no hacia falta suponer que estaba pasándolo mal, con tan solo ver como sus clavículas salían y sus pómulos se remarcaban en su cara, podías entender el grado de hambre que pasaba por ahorrar.

-agradezco tu oferta, dile a tu mamá que pasare esta semana sin falta.- sonríe como de costumbre, sin ganas, Nery sabe que está mintiendo de nuevo, pero no le dice nada, es una pelea que no puede ganar, no aún.

-bueno, deberíamos comer ahora, se enfriará si no nos apresuramos.

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9:27 p.m

*beep.*

*beep.*

*beep.*

*beep*

*Hola, estás hablando al número de Cath, por favor deja tu mensaje.*

-mamá, ojala pudieras contestar mis llamadas, he conseguido un intercambio a Missouri en Mayo, me pagarán demasiado por estudiar con ellos, bueno, no solo estudiar, deberé cuidar a su hija, pero, bueno, solo quería contarte que... te extraño.- cuelga con lágrimas reclamando emerger, sorbe su nariz y un hipido es el primero en salir.

¿Cuánto más puede durar un alma desdichada y rota?



Perfect Stranger.Where stories live. Discover now