No es otra típica historia de tu vecino (Chris Martin)

Capítulo 16: El concierto... un segundo... ¡¿Qué c*****?! (III)

Editado

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Un nuevo día, el día del concierto de hecho, Chris se había levantado algo más temprano para desayunar y luego salir a trotar hasta Nueva Zelanda o tal vez un poco más lejos, pero a quién le importaba realmente a dónde demonios se fue, de hecho serían varias idas y vueltas antes de regresar a darse un baño.

Yendo con la mujer, podemos verla despierta una hora después que su novio, arregló la cama, se asea un rato y salió afuera en dirección al bar frente a la playa para desayunar algo, pensando de paso en lo ocurrido la noche anterior... y quién diría que Jonny fuese gay, al parecer ni él lo sabía...

Hablando del señor barba de oveja, alguien aún seguía inconsciente, tirado sobre el piso, roncando cual cerdo, con ambos brazos a los lados, piernas abiertas, panza arriba y babeando... sí, divertido y estúpido por igual... en fin.

Regresando con Helena, quien sintió un leve pincho de celos, fue caminando en dirección al ascensor para no usar las escaleras y llegar a la planta más baja en dirección al otro lado, por estar sumida en sus pensamientos no se da cuenta que en el pasillo opuesto llegaba alguien, también en su mismo estado, cuando llegan al ascensor es donde se dan cuenta de quién estaba en cuál lugar...

—Alicia... —dice ella

La joven le sonríe, levantando una mano tímidamente sin mediar palabra, aprieta el botón de abajo, luego de un momento el ascensor se abre, ambas pasan, bajan y caminan, en cierto punto siente algo extraña, nuevamente sintiéndose inútil luego de mucho tiempo, de hecho en ningún momento se observan, de hecho daba la impresión de que ambas eran totalmente extrañas...

—Te extraño mucho... —dice su hija parando el paso

Helena, quien estaba un par de pasos más delante de su hija se detiene para observarla, ve unas lágrimas de tristeza cayendo sobre su rostro, de hecho no podía verle a los ojos, las largas mechas de cabello cubren su parte de su cara, levanta la vista, mostrándose que lo decía de corazón... su hija se le acerca lentamente para darle un abrazo con ambos brazos, uno fuerte y lleno de emoción, por el cierre de sus uñas sobre su ropa deduce que trata de no quebrarse más de lo que aparentaba... orgullosa tal y como lo es su padre... devuelve el abrazo con lágrimas de alegría, luego de mucho tiempo siente que por fin volvía a recuperarla...

—Yo también te extraño mucho, gorda...

Madre e hija se separan, ambas ahora más calmadas, de pronto la tensión acumulada entre ellas por varios meses desde el anuncio del casamiento se disuelve en el aire, como sal, la joven coloca su mano sobre su hombro, sonriendo como nunca antes lo hizo, al igual que ella, finalmente luego de mucho rato lograron reconciliarse, la alegría que ambas desprenden podrían compararse a las de una central nuclear. En fin.

...

Mientras tanto, dando un cambio de perspectiva podemos ver a Flint viniendo de quién sabrá dónde, regresando al hotel con una sonrisa curiosa, caminando en dirección a su bloque, venía de un peculiar evento que había averiguado un par de días antes de llegar y al cual su esposa querría asistir, de hecho hasta pagaría una fortuna por verlo varias veces aunque de cualquier manera no le gustaría el final, no era un evento cualquiera, de hecho era un canguro peleando contra ¡Oh sorpresa!: Gwyneth Paltrow.

Sí. La ex de Christopher Anthony John Martin peleando contra un canguro, y no, no ganó el canguro, increíblemente el pobre animal fue derrotado por la rubia hollywoodense ganadora del Oscar, por alguna razón le atribuyó la culpa al rubio británico del barítono, teniendo en cuenta que alguien tenía poderes y fácilmente podría enseñarle defensa personal y eso, incluso si se tratara contra un canguro. Por más que a la rubia le faltase un poco más de entrenamiento en boxeo, fueron los veinte dólares mejor invertidos en su vida... Allí siente un dedo sobre su hombro, se da la vuelta y encuentra al sudado rubio saludándole.