CAPITULO I

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(Aclaro que los personajes no son míos, aunque es obvio :v)

Narra Pucca:

—¿Estás bromeando cierto?—hablé desconcertada ante lo que mi padre me acaba de decir.— No quiero irme de aquí, este es mi hogar, no me puedes hacer esto.

—No es ninguna broma Pucca, te irás en una semana— dijo mirándome con seriedad.

–Pero y-yo...no lo acepto, no iré padre.—. No creo poder adaptarme en otro lugar, además toda mi vida me la he pasado aquí.

—No te estoy preguntando Pucca; te estoy avisando que irás a la aldea sooga, es por tu bien.— frunció el ceño, tratando de mantener la calma y siguió hablando.— Aparte tus tíos te van a cuidar y sé lo mucho que los aprecias.

—Pues si, pero eso no significa que me gustaría mudarme donde ellos viven.

—A ver linda, irás a sooga y no quiero una palabra más al respecto ¿entendiste?

Genial, ¿Ahora qué hago? Mi padre es muy capaz de mandarme contra mi voluntad.
Solo me queda aceptar y adaptarme a ese lugar.

—Bien pero respóndeme solo una cosa.—lo miré directamente a los ojos.— ¿Por qué?

—Son cosas que no entenderías hija, es mejor así, ya...lo sabrás después pero por el momento no.—Pude notar un poco de nerviosismo en su voz, lo cual me inquieta.
Iba a volver a protestar pero la mirada seria de mi padre me hizo callar.

—Pucca no insistas, sé que es díficil para ti como lo es para mí, pero entiende que quiero que tú estés a salvo.

—Espera...¿Tú no irás?

—....

Su silencio me hizo comprobar lo que temía.

—No me-

—Es mi deber quedarme Pucca, me necesitan aquí.—me interrumpió.

—Yo igual te necesito...—susurré, bajando la mirada. No soy tonta , sé que algo malo está sucediendo o espero que esto solo sea una de las exageraciones de mi padre, aunque algo me dice que no lo es y siento un escalofrío al pensar lo peor.
Oí como suspiró, se levantó de la mesa y empezó a caminar hacia mi dirección hasta que sentí su abrazo. Solté algunas lágrimas, lo extrañaría demasiado.

—Escucha yo estaré bien no tienes porqué preocuparte.—me dijo tranquilamente rompiendo el abrazo y secando mis lágrimas con su dedo.— es más te enviaré cartas comunicándote como va todo aquí ¿Vale?

—Padre estamos en el siglo XXI para eso están los celulares.—dije más calmada.

—Prefiero las cartas hija y más te vale responderme de igual modo—me amenazó en un tono juguetón.

—okey..—sonreí.

De pronto escuchamos pasos que se aproximaban a donde estábamos, era shio, la mano derecha de mi padre, su mejor amigo, la persona en la que más confía, aparte de mí claro -u-.

—Cheng disculpe que interrumpa pero tiene una llamada de sus primos.

—De acuerdo — dijo y volteó a mirarme— regresaré en un momento.— habló y se marchó.

—Mientras tu padre atiende la llamada— shio se sentó en una de las sillas—diré que los chicos y yo te extrañaremos mucho.

—¿Acaso todos sabían que me voy a ir menos yo?— hablé ya cansada de la situación.

—see...—Más sincero no puede ser ¬¬ .

—Genial—nótese el sarcasmo, suspiré—Shio quiero ayudar a papá, porfavor dime qué está pasando.

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