«Demonio En Camino»

CAPÍTULO II - HYUKJAE

-Siéntese en donde guste.—

Me acerqué al lugar más alejado del frente: última fila del lado derecho. Los asientos eran con butacas compartidas, así que tomé lugar junto a una chica que parecía no prestar mucha atención a lo que el profesor decía.

Sinceramente la clase no estuvo tan mal, y no lo digo porque fuera muy educativa. No. Si no que el profesor es muy entretenido de ver. ¿Por qué? Porque es simplemente atractivo. Sin duda alguna será divertida esta escuela.

Al terminar la clase, guardé mis cosas y me levanté para dirigirme a la salida. Dado que la siguiente hora es libre, quisiera ir a recorrer un poco el campus.

-Joven HyukJae—Escuché a mis espaldas justo antes de poder salir del salón. Así que voltee sobre mi hombro y contesté:

-¿Dime?—

-Cierre la puerta y siéntese en frente de mi escritorio, por favor.— Dijo con un poco de molestia en su voz.

Obedecí.

-Hay que dejar las cosas en claro.—Comenzó a hablar mientras rodeaba su escritorio y se paraba delante de mí con los brazos cruzados. Yo sólo me quedé sentado donde me había dicho.-Primero: Si no le gusta algo, me lo dice al concluir con la clase. Segundo: Usted es un estudiante y yo su profesor, así que debe de tenerme respeto.—Descruzó los brazos y los recargó en la mesa de atrás suyo.-No me gusta que los alumnos me tuteen, no somos amigos ni mucho menos. Así que espero mucho más de usted, joven HyukJae.-Dijo mientras me miraba a los ojos.—Puede retirarse.

Me levanté del asiento y me acerqué a él, quedando un espacio reducido entre nosotros debido a que estábamos los dos enfrente (yo de la primera mesa y él de su escritorio).

Nos sostuvimos la mirada un par de segundos. Sonreí y le dije: -De acuerdo, profesor.—Pude notar un leve espasmo de su parte al decir lo último. Tomé mi mochila y salí del salón de clases.

Vaya que subestimé a ese sujeto, pensé que sería el típico hombre que se deja de los demás, pero sí que estaba equivocado. Será interesante ver hasta dónde puede llegar.

Al llegar a la cafetería del campus y comprar un poco de comida, me dirigí directo a una mesa dónde se encontraban dos rostros conocidos.

-Aún no sé si eso funcionará—Parece que contestó el chico pelinegro con el cabello que le cubría parcialmente los ojos. Mientras tomaba entre sus manos su termo con café.

-Lo hará, ya verás que nuestro EunHyuk se encargará de eso muy bien.—Contestó el mayor con el cabello naranja que le llegaba a los hombros.

-Ya te hemos dicho desde hace dos días que va a funcionar, soy experto en esto. ¿De acuerdo?—Contesté con toda seguridad, sabiendo sobre lo que estaban hablando.

-Ya lo ves, Yesung. Tú tranquilo, que para eso nos has pedido ayuda.

-No es precisamente que me estén brindando su ayuda, pero tienes razón Heechul.

Fue lo último que se dijo y los tres comimos el resto de la comida en silencio. Realmente no hay mucho de qué hablar ya que todo estaba decidido y yo regresaría de donde vine en solo tres meses.

Al salir de la cafetería, di una vuelta por el campus y encontré un lugar alejado de los todo, el cual estaba justo de tras de la biblioteca. Era extraño, estaba totalmente vació y no entiendo por qué si es un lugar tranquilo con unas cuantas bancas. Me senté en una y tomé un cigarro de la cajetilla que siempre cargo en mi mochila. Lo encendí, cerré los ojos y comencé a inhalar tranquilamente ya que aún faltaban alrededor de quince minutos para iniciar la próxima clase.

-Existen áreas para fumadores en el campus, y aquí no es una de ellas.—

Esa voz. No la puedo confundir con ninguna otra, ya que aparte de Hyuna, Yesung y Heechul, sólo he hablado con él.

Solté un suspiro largo, liberando el humo por mis fosas nasales. Abrí los ojos y lo mire directo a los suyos. Mientras me acomodaba en la banca y él seguía de pie a un metro de mí viéndome con reproche.

-Profesor Lee Donghae.—Le llamé.-Soy nuevo aquí, lamento no conocer las áreas que menciona. Pero no hay nadie aquí, no creo que haga ningún daño.—Contesté mientras me ponía de pie.

-Esa no es excusa, pregunte en dirección y por favor no quiero verlo por aquí.

-Y...--Me acerco sólo un paso- ¿Por qué no mejor...--Otro paso.-Me los muestra usted? Profesor.—Pregunto mientras doy otra calada a lo que queda de mi cigarro.

No me contesta, solo veo como retrocede un paso y se pone tenso. Tan débil, tan... adorable. Tiro la colilla de mi cigarro y la piso

Me voy del lugar, dejando a mi profesor estático en su lugar.