Put It Straight [Mina]

I; Antes de ella

°°° 25 de marzo del 2018 °°°

𝑴𝒊𝒏𝒂

Deje el libro de literatura en el suelo frustrada, un año en corea y aún me desesperaba con facilidad al no poder comprender lo que leía, ya podía hablarlo con facilidad.

Pero leer coreano era una tortura para mí.

Últimamente me irritaba con facilidad, los exámenes se acercaban y aún no podía repasar la mayoría de los temas porque o no los podía traducir o no los había entendido en clases.

Trate de que los maestros no se enteraran que soy extranjera, pero al presentarme al ingresar a mitad del ciclo se notó mi acento "raro".

Simplemente quise desaparecer cuando me empezaron a mandar papelitos en esa primera clase, los ignoré porque no los entendía y eso hizo que todos me tacharan de arrogante.

Y por eso aún no tenía amigos, bueno, solo platicaba de forma superficial con Sana, una chica alegre y amable que también era extranjera.

El timbre dando fin al descanso sonó, me levante rápidamente y tome mis cosas para acomodarlas en mi mochila. Todavía tenia que ir a mi casillero a por mis libros.

Al llegar lo abrí y una nota cayo al suelo.

"eres muy linda, yo no creo que seas como dicen"

Atte: S. C.

Una sonrisa se apoderó de mí, a parte de que había entendido todo lo de la nota y traducirlo con facilidad, di un pequeño brinco mientras llevaba el papel a mi pecho, sería una de las cosas más preciadas que conservaría.

Muchos de los que aún estaban en el pasillo me vieron extrañados, pero no importaba.

Mi felicidad era tan grande que no bajaría la cabeza esta vez.

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°°° 23 de mayo del 2018 °°°

Cerré mi carpeta y al hacerlo sonreí un poco, la nota y otras estaban en la decoración de la misma. La clase de filosofía terminó y en unos momentos empezaría literatura, por lo cual debía apresurarme a recoger mis cosas para ir a mi clase favorita.

Guarde todo apresurada y coloque mi mochila en mis hombros... pero mi carpeta la mantuve en mis brazos.

Al parecer tenía un amiga con la cual me comunicaba por medio de las notas que recibía al abrir mi casillero después de los recesos, por lo cual yo antes de estos le dejaba una donde mismo.

Aveces me gustaría quedarme a ver que chica -y sí, quien me dejaba las notas era una chica- me dejaba esas palabras tan dulces. Pero después me daba miedo, tenía miedo de que en realidad todo se tratara de una broma muy pesada y estaba ya tan dependiente de la rutina que empecé con el como para abrir los ojos y saber la verdad.

Suspire.

Una clase más y sería el receso.

Una nueva sonrisa se posó en mi rostro, ya tenía la próxima nota para ella.

Habíamos hablado de todo tipo de cosas, pasatiempos, gustos musicales, comidas favoritas, etc. También respete su anonimato, porque sabía en cierta parte que ella me hablaba por notas debido a que le daba pena hablar conmigo en persona.

Pero lo demás de eso no lo entendí muy bien, así que supuse que era porque se trata de que es algo tímida.

Llegue a la clase de literatura con emoción y de inmediato tome asiento cerca de la ventana, la maestra al ver que "todos" habían entrado cerró la puerta.

La clase estuvo bien, pude aprender un poco y al mismo tiempo entenderla. Eso era un gran logro para mí y se notaba a lenguas que estaba feliz por ello.

La profesora reviso su muñeca, deteniendo su vista en un reloj rosado, hizo una ligera mueca y sonrió.

— Ésta vez les dejaré salir antes, ya he terminado de dar la clase... Pueden salir — señaló la puerta con su mano apuntando a esa dirección.

Muchos festejaron y otros se apresuraron a guardar sus pertenencias, yo era de esas pocas personas.

Quería sorprender a ese tierna chica dejando mi nota antes que ella.

Coloque de nuevo mi mochila entre mis brazos, y luego las hazas de esta reposaron encima de mis hombros y su alrededor. Mi carpeta de nuevo la dejé libre para abrazarla, protegería esas notas como si de mi vida se tratase.

Camine alegre hasta mi casillero, pero me detuve en seco a unos dos metros.

Era ella.

Lo sabían mis ojos. Que nunca antes la habían visto.

Lo sabían mis manos. Que empezaron a perder fuerzas y a sudar.

Lo sabían mis piernas. Que empezaron a flaquear y temblar.

Y lo sabía mi corazón. Ya que empezó a palpitar tan fuerte que juraba que ella lo escucho.

Porque de estar dándome la espalda mientras colocaba aquella nota número 25... volteó quedando estática como yo.

Pero su estado de shock ante la idea de ser descubierto no duró mucho.

Ya que sonrió alegre y cálida hacia mí.

-Hola, Mina...