Lo único que se está pudriendo es mi conciencia...

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Crystal:

Mirck y yo nos reunimos unas calles después de la escuela. Le dije a Daniel que estaría con Tim y que él no era un chico malo así que podía estar con él.

Daniel aceptó y me dejó en paz.

—Hola. —Me saluda Mirck con un beso en la mejilla.

— ¿A dónde iremos hoy?

Se encoje de hombros. — ¿A dónde quieres ir?

—No lo sé, quiero hacer algo fuera de lo común.

—Tengo una idea.

Después de dos horas con Mirck, regresé a mi casa tratando de ocultar el olor a alcohol con algunas mentas. No estoy borracha pero espero que Daniel esté haciendo algo por ahí y me dé tiempo a subir a mi habitación.

 —Hola. —Me saluda Daniel mientras entró por la puerta. 

— ¿Qué haces aquí? —Le pregunto.

—Esperándote. 

Ruedo los ojos. —Bien por ti, Dani. 

—Gracias, boba. —Se pone de pie—. ¿De nuevo con ese chico Dark? 

Lo empujo. —No le digas así 

Rueda los ojos. —Bien, bien. ¿Cómo está tu novio?

Río nerviosamente. —No es mi novio. 

Cierra los ojos y suspira. —Sólo dime que has estado haciendo. 

— ¿Sabes? —Camino hasta la cocina por un vaso de agua—. Tener sólo una madre es una bendición y una de ellas es no tener a un padre acosador sobre protector pero luego estas tú y eso me abrume. 

— ¡Oh! —Me hace burla—. ¿Te abruma? Lo lamento, nunca en mi vida quise abrumarte. 

—Daniel, ve y consíguete una novia. 

Ambos nos sentamos en las sillas altas del mini bar. Nunca entendí porque tenemos un mini bar. Mamá no bebe. Yo no bebo, o no bebía. Daniel seguramente bebe pero no está siempre aquí. Ni siquiera tenemos bebidas alcohólicas. 

—Hablando de novias, ¿Adivina quién consiguió una sesión de besuqueo con Eylin Jerry? 

— ¿Tu? ¿Enserio?

—Sip, Daniel lo ha conseguido. 

Eylin Jerry es una chica que Daniel siempre ha amado. Siempre. Bueno, no tanto amor pero definitivamente se siente muy atraído por ella. Eylin vive algo lejos de aquí, unos treinta y cinco minutos así que no entiendo muy bien cómo logró besarla. 

— ¿Cómo ocurrió?

Suspira. —Bueno, me la encontré por ahí, la ayudé con algunas cosas y  me besó.

—Sí que es rápida. —Le digo.

— ¿Ya me dirás de tu amor de telenovela con Tim?

Me pongo de pie. —Hablando de telenovelas, debo ir a ver la mía ahora mismo. 

—Espera, —Dice y me toma del brazo—. ¿Qué es ese olor?

Bajo la mirada. —No huelo nada.

— ¿Es? ¿Alcohol? ¿Has estado bebiendo?

—Vamos, Daniel. Tú lo haces todo el tiempo.

Niega furioso. —Ese soy yo, tú no debes hacer esto.

—No puedes darme órdenes.

—Ya ni siquiera te reconozco. —Dice decepcionado.

—Daniel, no seas un exagerado. Estoy bien, ¿Okay?

El Gótico & Su Amiga La Ordinaria. [ Él & La Ordinaria, #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora