La familia

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La habitación del hospital era blanca, con enormes ventanales que permitían ver el cielo, hermoso, al igual que el paisaje, en la mesita al lado de la cama había un jarrón, con enormes flores blancas, al igual que en cada superficie que podía ser llenada con flores, a su consideración eso era demasiado, pero sabía bien que esa era una muestra de gratitud de su esposo, una risa lleno el aire, sorprendiéndose de que era su propia risa, ya casi había olvidado que se sentía sonreír, pero sonreía

Draco Potter-Malfoy sonreía, en una cama alta, de sábanas blancas, con un pedacito de vida en sus brazos, el rubio aún estaba pálido y su semblante era cansado, pero feliz, sumamente feliz.

-mi princesa- dijo, sonriendo a la beba que estaba en sus brazos, aún era extraño, no se tenían muchos registros de eso, pero el rubio había podido producir leche y en ese momento amamantaba a la niña- tienes el apetito de tu padre- dijo riendo, ya que a pesar del milagro ocurrido su leche era insuficiente para el hambre de Victoria- Victoria- dijo con ensoñación, no hubiera podido pensar en un nombre más perfecto para la niña, que en sus últimos meses de gestación había compartido el vientre con Voldemort mismo, con el riesgo de que absorbiera su alma o su magia, pero su hija había sido lo suficientemente fuerte

-hola- dijo Harry desde la puerta, donde estaba recargado

-¿Cuánto llevas ahí?- preguntó el rubio algo sorprendido

-no mucho- contestó, acercándose con una pañalera rosa

-hoy... hoy nos iremos- mencionó con sorpresa y alegría mezcladas

-sí, Feliz Navidad Draco- dijo el moreno, besando esos dulces labios, sintiendo que había necesitado tanto de esa caricia que el tiempo sin poder hacerlo había sido una tortura, pero ahora todo era esperanza, el proyecto de un mejor futuro- Te Amo

-Lo sé- dijo sonriendo- y yo Te Amo a ti- respondió con un segundo beso, luego ambos miraron a su niña

-¿cómo está?- dijo acariciándole el mechoncito rubio que caía dócil sobre su frente, al menos no tendría su cabello rebelde

-muy bien- dijo Draco mirándola con ternura

-es perfecta- dijo sencillamente Harry, haciendo sonreír a su esposo- gracias mi amor- Draco se rio

-me lo has dicho ya muchas veces, al menos esta vez no traes flores

-¿quién dice que no?- dijo y apareció una Lilia, haciendo reír a carcajadas a Draco.

Dos horas después dejaban el hospital, acompañados de Lucius y Narcissa, que cargaba con una enorme sonrisa a su nieta, que iba envuelta en la cobija que ella misma había tejido, la cual tenía un hechizo que regulaba la temperatura de la pequeña, subieron al carruaje, que los llevó a Malfoy Manor, Narcissa había insistido en que pasaran ahí el primer mes de la niña, donde tenían servidumbre y ella podía cuidar de su hijo y nieta, ni Harry ni Draco tuvieron corazón para decir que no, Harry porque sentía que se los debía a sus suegros, Draco porque quería estar cerca de su mamá debido a todas las dudas que pudieran surgirle con respecto al cuidado de Lilyan Victoria, Lilyan en honor a la madre de Harry, la mujer más valiente, que había enfrentado a Voldemort por amor a su hijo.

Una vez llegaron a Malfoy Manor, se encontraron con una calurosa bienvenida, de parte de los Weasley, después de lo vivido las viejas rencillas ya no importaban para ellos, Andromeda y Ted también estaban ahí, pasaron todos juntos a la sala, donde la pequeña fue presentada.

-Wow- dijo Ron con una sonrisa enorme- está hermosa- dijo sonriendo el pelirrojo, que solo la había visto de recién nacida y ahora, sin el hinchazón normal al momento de nacer, podía ver que Harry tenía razón y la niña sería igual a Draco, después de pasar por casi todos los brazos, fue retenida por su abuelo, que sin perder su elegancia, la miraba con adoración y Hermione estaba segura que cualquier periódico o revista hubiera matado por una foto del frío Lucius Malfoy, con una expresión de total ternura en el rostro.

Mi chico va a ser mamá 2.0Where stories live. Discover now