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Mientras el chico más alto tarareaba el segundo más pequeño se acomodó sobre su cama. Acariciando con los delgados dedos las sábanas que tantas veces habías tocado pero es algo que olvidaste. Dib se desvistió pero claro es que no donde los ojos de su invitado lo vieran. Regreso con algo más cómodo y se sentó a lado de su compañía, jugó con sus dedos producto de lo ansioso que lo vuelve el silencio, ninguno hablaba y el chico a su lado parecía indiferente, casi perdido.

-Entonces...Sim ¿Desde cuándo te mudaste?-

Tu cabeza regaña pues es una pregunta estúpida para alguien que recién acaba de llegar, pero aun así Dib espera.

-Que te importa-

Una mirada de disgusto abarca por su rostro, fue bastante grosero de su parte y el instinto de discutir se asoma. Lo pasa de largo para continuar con otro tema.

-Bien, ¿Qué hay de tu familia? ¿Tienes hermanos?-

-Cállate-

El chico más alto no lo nota pero su invitado está molesto, sus uñas se entierran en su tersa piel para despejar el fuego ardiente que se alza con poder.

-Creo que no te gusta mucho charlar-

Suspiro

Segundo suspiro

Los suspiros que intentan esconder la podrida sensación se sueltan.

Se mueve y se levanta para un enfrentamiento, gruñendo sobre los labios que son producto de un buen disfraz, Zim exige.

-¡Deja de hacer eso!-

La dulce avellana se encoge y mira con confusión.

-¿Hacer que?-

Inmediatamente se le responde.

-¡No finjas! ¡Sabes quién soy!-

-¡Soy Zim el invasor! ¡Soy tu rival sucia larva apestosa!-

-No entiendo ¿es una especie de broma?-

La frustración recae nuevamente en sus hombros, la idea de golpearlo es tentadora y quien sabe, tal vez eso justifica que las manos pequeñas arrugaran la piel que sujeto con rudeza, sus rostros se acercaron y los ojos del otro se mezclaron en un solo color. Mirándose fijamente, una es una súplica silenciosa mientras que la otra es la confusión ruidosa y absoluta.

-¡Invenciones!-

-¡Suéltame!-

-Soy Zim niño apestoso ¡Soy tu único enemigo que intenta conquistar tu mugriento planeta!-

-Oh mierda tenían razón, estás loco-

-¡Tú eres el loco! ¡Yo soy el  a  l  i  e  n!-

Dib ha sido intimidado pero no impide que golpee las manos que lo mantienen retenido, empujando también al chico que estaba sobre él, Zim se incorpora pero no evita que invada una vez más el espacio personal ajeno. Vuelve a hablar con la voz más exasperada que puede producir alguien.

-¡A ti te gustan esas idioteces! Pie grande, fantasmas y yo, los alienígenas ¿Por qué me mientes?-

-Yo quiero conquistar el mundo y tú quieres exponerme con tu sucia raza luego diseccionar-

-Chico te juro que llamaré a la policía si no te alejas-

-¡Deja de mentir!-

Cuando escuchaste el grito tan suplicante te das cuenta de que debes callarte, detener todo este circo que estas montando por no saber controlar las emociones que recibes de todos lados. Te alejas en silencio y bajas la mirada, parece ser que sufres un tic ya que cuando estas mal tiendes a rasguñar tus palmas aunque no sientas comezón.

AmnesiaWhere stories live. Discover now