Soulmates - Vmin/Jikook au

01

[ Casa de Jimin, 12 de octubre, 23:50pm ]

Jimin y Jungkook llevaban recostados en la cama del menor ya hace bastante tiempo. Después de la cena, ambos se dirigieron hacia su habitación para poder pasar así los últimos momentos de este con sus 17 años. Aunque lo único que habían hecho fue darse mimos, con pequeños besos, y más mimos obviamente.

Jimin se encontraba recostado entre los brazos de Jungkook, con su rostro reposado en el pecho del contrario, pudiendo así a la vez sentir los pequeños latidos de su corazón y también su tranquila respiración. Mientras que Jungkook lo abrazaba por la cintura, depositando leves caricias en ese mismo lugar. El menor de vez en cuando dejaba pequeños besos en el pecho de su novio, acción que le sacaba grandes sonrisas al contrario. Se sentían bien, tranquilos.

Aunque en la mente de Jungkook no era así. Era todo lo contrario. Estaban a minutos de saber si Jimin iba a tener un alma gemela. Y eso hacía que un deje de nerviosismo invadiera la mente de Jungkook. El ya había pasado por eso. El año anterior había cumplido sus 18 años, y aquel primero de septiembre, se dio cuenta que no tendría alma gemela. Ningún tatuaje había aparecido. Pero eso no cambió nada. O eso quería demostrar. Al ver que no tenía ningún tatuaje en su cuerpo, la decepción inundó su cuerpo, realmente esperaba tener un alma gemela, una persona destinada con la que pasar toda su vida. Alguien que lo entendiera, y comprendiera. Que siempre esté para él, en todo momento. Pero eso nunca iba a pasar, porque el destino no quiso que sea así. Tal vez ese no era su destino.

Desde ese momento, se auto-convenció de que la única persona que necesitaba a su lado para ser feliz era aquel tierno chico que ahora tenía entre sus brazos dejándole pequeños besos y haciendo que su corazón latiera sin control. Park Jimin era todo lo que necesitaba. El había estado en todo momento, lo había acompañado en cada momento de su vida. Desde pequeños, se había encargado de robarle sonrisas, y a medida que paso el tiempo, también suspiros. Hasta que de a poco logro llevarse su corazón entero, provocando que este solo latiera con fuerza cuando estaban juntos. Que con cada mínimo rose se sienta completo, que cada abrazo lo hiciera sentir como su hogar. Aquellos brazos eran su hogar. Y aquel chico su felicidad.

Pero no todo era color de rosas. Aquella noche, al marcar las doce, el día cambiaría y pasaría a ser 13 de octubre. Esa noche iban a saber si Jimin iba a tener o no a su alma gemela. Y aquel pensamiento solo traía preocupación al mayor.