Prólogo

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Estas en la mira del Francotirador
La primera muerte de la noche
Hora de morir
Estas en el camino de la bala
La presa de la Muerte Blanca
Di adiós

White Death - Sabaton
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Por mucho que amara su trabajo Izuku Midoriya tenía que admitir que no era lo más sano del mundo. Obviando el echo de que morir en este trabajo era igual de fácil que respirar, primero era demasiado estático (no es como si se fuera a quejar el amaba dormir y estar acostado en general) pero eso de estar horas en una misma posición y de repente tener que salir corriendo era fatal para la espalda, se rió mentalmente de este último pensamiento, si tan solo eso fuera lo único que le estuviera haciendo daño, porque eso de recibir golpes y caer de alturas mediana mente bajas no es que le hiciera del todo bien a sus huesos.
De pronto y sin venir mucho a cuento un hombre entró en su línea de visión, era calvo, de contextura atlética y ciertamente alto. Reconociéndolo automáticamente como el héroe profesional Thunder, Izuku sonrió desde su posición al otro lado de la calle, acomodó la mira de su rifle, contuvo la respiración unos segundos y disparó. Lo que siguió fue una obra de arte: la cabeza de Thunder explotó en un desastre de sangre y materia gris salpicando para todos lados y manchando la lujosa oficina. Acto seguido una mujer que reconoció como su secretaria entro corriendo seguida de varias personas. Cuando uno de ellos se volteó para ver el cristal de la ventana hecho pedazos Izuku supo que era hora de largarse de ahí. Así que con toda las paz del mundo se dedicó a guardar su TAC-50 en su estuche especial para luego apresurarse a la escalera de incendio. Mientras bajaba escuchó las sirenas de la policía acercarse y se rió mentalmente, si estuviera trabajando para otra persona se hubiera apurado a abandonar el área antes de que la acordonaran para iniciar una búsqueda, sin embargo este cliente era mucho más.... ¿Útil? No estaba seguro de que fuera la palabra apropiada pero las habilidades de estos sujetos eran ciertamente útiles. Sacó el teléfono desechable del bolsillo y marcó un número
- Está hecho - - bien ¿Donde estas?- - en donde me dejaron- la llamada se cortó de la nada, acto seguido un portal negro apareció delante suyo.
Al caminar un poco la espalda le sonó, realmente necesitaba un trabajo más saludable.

Green DeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora