volví.

4 0 0
                                    

Y si, volví acá.
a usarlo de modo de desahogo
porque no tengo para el psicólogo.

Me encantaría realmente
amaría que alguien un día viniera
y me diga
"hey, está bien, no te esfuerces más
no llores más, no te quedes con ese gusto
salado en los labios y dolor de mejillas"
Pero no pasa,
y no va a pasar.

No es que sea pesimista,
si no que ya no quiero ser idealista.

En estos fragmentos de mi vida
no quiero más pesimismos, desesperaciones,
desconsuelos o desolaciones
pero es lo único que siento o encuentro
cuando estoy acá dentro
las alegrías, el regocijo, risas y júbilo
pasan por mi vida como algo efímero.

Quiero que los fines de semana
se vuelvan imperecederos casi sempiternos,
así me río, así vivo o revivo mejor dicho.

¿Pero se dan cuenta?
Estoy viviendo esperando al final
de la semana, para irme de mi jaula.
Y tratar de volar con distintos procedimientos, haciendo distintas mezclas
a ver cuál es la que mejor pega.
Así pasa el viernes y sábado volando,
cómo nosotros tres en cada plaza o piso
de algún lugar de Torcuato.

Sin embargo llega el domingo
frío y tibio,
qué me hace conmemorarlo
a él, a ese hueco que llevo conmigo siempre.

Esa apatía de vivir
qué se ríe de mí
cada vez que me miró
al espejo y sonrió.

Y se rompe a carcajadas
cuando me ve intentarlo cada domingo
o lunes de cada semana.
De cada año o de año nuevo brindando.

También mira de reojo
cuando intento confiar en alguien,
sonríe cuando ve que lo hago
porque sabe que se va a volver más grande.

Antes sólo me tocaba,
no me llegaba ni siquiera a la cadera.

Ahora me abraza,
pero ya no molesta,
ya no es tan fría
ni tan tiesa.

Inspiración nocturnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora