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  Vegetta se cruzó de brazos y miraba a Willy arqueando una ceja. Era increíble como siempre buscaban liarla. Los chicos se descojonaban de la risa, yo solo miraba Willy fijamente. Sabía bien que a Samu le molestaba un poco, que lo hiciéramos entre nosotros eran una cosa, pero que ellos se metieran era muy diferente.

—Pero si eso ya lo sabeis todos—contesté tranquilamente mientras abrazaba a Samuel por sobre los hombros—, ¿o no, mi amor?

  Rio por lo bajo y acariciaba mi espalda haciendo pequeños círculos. Besé su mejilla sonoramente y comenzamos a reír al unísono.

—Bueno, está bien, pero comance en su intimidad, no queremos ver eso—dijo Willy riendo mientras que Fargan le tapaba los ojos.

***

  Me removí incómodo y abrí mis ojos tratando de ubicarme pero de inmediato me los tuve que tapar por el mareo que me había invadido y por el resplandor que entraba por la ventana. Estaba medio recostado en un sillón, con mis piernas colgando y mi cabeza apoyada en el respaldo, pero había algo más encima mío, mejor dicho, alguien. Refregando mis ojos dirigí mi mirada hacia abajo encontrándome con Samuel, ocupaba el resto del sillón y su cabeza descansaba en mi estómago, me abrazaba por la cadera y una leve sonrisa estaba dibujada en su rostro. Su respiración tranquila me decía que estaba durmiendo profundamente, lo cual me parecía raro ya que él siempre se despertaba antes que todos, y yo siempre era el último en abrir los ojos. Acaricie delicadamente su pelo y no pude evitar sonreír, me ponía feliz verlo tan tranquilo ya que esas últimas semanas había estado demasiado estresado por el trabajo y se notaba en su cara lo poco descansado que estaba. Corrí un mechón de su pelo que caía sobre su cara y me detuve a apreciar su rostro. Era realmente muy guapo, no comprendía como la gente no se le quedaba viendo todo el tiempo, para mi era increíble. Y no solo que era un 10 en lo físico, también era inteligente, atento, un muy buen amigo, siempre preocupándose por los demás más que por el mismo. Eso no me gustaba tanto porque también debía cuidarse, pero era muy cabezón y no sé lo podía hacer entrar en la cabeza.

—¿Tengo algo en la cara?

—Coño—pegué un respingo y lo miré a los ojos sorprendido.

Una suave risa escapó de sus labios y cruzó sus brazos sobre mi estómago para poder verme mejor. Una sonrisa ladea se había formado y negó con la cabeza.

—Esa boquita, guapo.

Su voz ronca me hizo revolver el estómago pero no de una mala manera, todo lo contrario. Aún recién despierto era guapo. Tomé unas mantas que estaban en nuestro pies y lo cubrí mejor con ellas. Se removió para acomodarse mejor y me dedico una última sonrisa para volver a cerrar sus ojos, sus brazos esta vez se envolvieron en mi cintura y cuando noté que su respiración se había vuelto pausada como antes decidí que me iba a levantar.
Delicadamente alejé sus brazos de mí logrando que me soltara y me remplacé con una almohada, la cual abrazó rápidamente. Lo levanté de arriba mío lo mejor que pude porque mis brazos de mierda no me ayudaban con lo mamadisimo que estaba Samuel, torpemente logre pararme y lo observé por unos segundos para luego ir hacia la cocina para comer algo. No sabría cómo describir el ruido que hacia mi estómago, no sabía si era por hambre o más bien por la cantidad de alcohol que habíamos bebido la noche anterior.

  Apenas entré en la cocina paré en seco y vi a Auron sonriéndome, estaba apoyado contra la encimera y batía su café lentamente sin dejar de mirarme y sonreír maliciosamente.

—Se veían muy tiernos durmiendo tan abrazados—murmuró dándole un trago a su bebida caliente. Gruñí de solo escucharlo mientras abría la heladera buscando algo para poder comer, su risa retumbó en mis oídos y lo miré cuando tomé una porción de pizza que había sobrado de la noche anterior.—Por favor, no finjas demencia, todos sabemos que te gusta.

—¿Samuel?—contesté con la boca llena y no pude evitar reír.—Que todos estén enamorados entre ustedes no significa que nosotros también, jodemos para no sentirnos excluidos.

  Me acerqué a él y apoye mi dedo índice en su mejilla.

—¿O no será que estás celoso, calvo? También hay algo de Rubius para ti, mi amol—me acerqué más a él, hablándole al oído, logrando que gruñera y mordiera mi dedo—. Puerco hijo de puta.

  Reímos juntos y rodeo sus ojos, para luego mirarme fijamente por unos segundos.

—No estoy tan seguro de eso, calvo tóxico—ya su mirada no estaba en mí, sino en la puerta.

—¿De qué me estás hablando, Raúl?—confundido y con el ceño aún fruncido miré hacia dónde él lo hacía.

  Samuel estaba en el umbral de la puerta con la camisa desabotonada, tenía sus brazos en alto estirando sus músculos y la tela de prenda se pegaba en su cuerpo marcando su figura. No pude evitar soltar un fuerte suspiro, ¿qué carajo me pasaba? ¿Por que no podía dejar de observar y admirarlo como si no lo hubiese visto nunca medio desnudo?
   De inmediato me percaté que los ojos de ambos chicos estaban en mí, Samuel me miraba confundido y Auron me miraba sonriendo con malicia. La había cagado.

—¿Pasa algo, chiqui?—se acercó a mi y puso su mano sobre mi frente—. Estás muy caliente.

  Reí nerviosamente y tomé su mano.

—Eso ya lo sé, Vege—le guiñé un ojo y soltó una sonora carcajada mientras sacudía mi pelo.

—No puedes estar ni un segundo, eh.

  Negó con la cabeza y tomó una botella con agua, lo observé beber por unos segundos hasta que sentí el aliento de Auron en mi oído.

—¿Estás seguro? Porque no lo noto.

  Antes de que pudiera reprocharle algo salió de la cocina sacudiendo su mano en modo de saludo.

  Calvo de mierda.

°❅Crash❅°•Rubegetta•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora