Out Of The Woods (Kaylor)

Una Nueva Estrategia.

Aquí de nuevo con otro nuevo capitulo, espero que esten disfrutando de como avanza la historia, sientanse libres de comentar :P gracias por todo.

Taylor observó el rostro de la chica era tranquilo y su mirada era extraña pero no estaba dispuesta a perder ante ella con esa postura de chica rebelde, misteriosa, hermosa y coqueta, caminó hasta el sofá cercano a la joven y se sentó con toda la elegancia que tenía y al mismo tiempo seducción, observó que Karlie vio cómo su pierna cruzaba la otra y observó desde el dedo del pie hasta su rostro y viceversa para luego regalarle esa sonrisa que la hacía sentir un calor extraño.

— Te cambió la pregunta Karlie Kloss ¿Qué estás dispuesta a dar o hacer para que te de mi empresa? – Alzó una ceja.
— Lo que desees.
— ¿Lo que desee? – Mordió su labio.
— Así es.
— No puedes darme la paz mundial agente Kloss, así que piensa otra cosa.
— Eres dura – Sonrió.
— Soy empresaria – Le guiñó el ojo.
— Bien, a mí – Soltó.
— ¡¿A ti?! – Expresó confundida y sorprendida.
— Sí, pero realmente no quiero tu empresa – Rio.
— Espera ¿Qué? – Estaba totalmente descolocada.
— Quería que esto fuera entre tú y yo, pero ya lo sabe Gigi, así que bueno es entre tú, Gigi, el director y yo – Suspiró – Tengo fuertes sospechas de que quien o quienes te asechan tienen que ver con la empresa de tu marido.
— ¡¿Qué?!
— Por eso traje a Ed, es bueno en las investigaciones es el mejor en Inglaterra – Sonrió.
— Quiero saber todo Karlie, necesito saberlo.
— Bien, quiero hacer creer a tus socios que la empresa estará en mis manos a partir de ya – Sus ojos centellaron.
— Les haremos creer a los demás que te cedí la empresa.
— Así es – Sonrió.
— ¿Por qué? ¿Cuál motivo? ¿Para qué? – Frunció el ceño.
— Si es así dejarías ser el blanco – Sonrió.
— Eso te volvería a ti el blanco de la persona – La vio como si se hubiera vuelto loca.
— Pero tú estarías bien – Sonrió.
— No lo haré – Negó.
— ¡¿Por qué?! – Frunció el ceño – Así tendrías una vida tranquila ¿no lo crees? – Sonrió.
— No, no, no, no, me niego – Se puso de pie.
— Taylor...
— No, no voy a dejar que te pase algo malo por mi culpa, a ti o a tu equipo.
— Dejas que Gigi esté cerca.
— Es mi amiga – La observó seria.
— Déjame ser tu amiga – Le tomó el brazo.
— ¡No! No Karlie, no quiero – Salió.

Karlie bufó, realmente no esperaba esa reacción por su parte, pensó que si le decía que iba a quitarle el peso de encima ella lo aceptaría de buena forma, pero la hizo sonreír el que la joven no quería que resultara herida o alguien de su equipo, suspiró para salir tras ella, pero la encontró charlando con Toni la cual le regaló una mirada significativa le asintió y siguió su camino.

— ¿Qué planeas conseguir con tu petición? – Preguntó Gigi.
— Nada malo Hadid, puedo jurártelo.
— Te dijo que no ¿cierto?
— Así es.
— Dime que planeas y te ayudo – Sus ojos brillaron.
— ¿En serio me ayudarías? – Sonrió Karlie.
— Depende de la respuesta tuya.
— Sígueme.

Karlie la condujo a otra habitación donde pudieran charlar sin ningún tipo de interrupción y Gigi la observó intrigada y tomó asiento para esperar a que la chica dijera algo.

— Quería que esto quedara entre Taylor y yo, pero en vista que no podrá ser así – Suspiró.
— Soy su mejor amiga, la conozco desde hace años cuando sus padres... Bueno, ella no puede esconderme nada, la conozco demasiado bien – Sonrió.
— No quiero la empresa, es decir si quiero que sepan que es mía pero no será mía.
— Decídete – Frunció el ceño.
— Haremos como que ella me la cede y que la pondrá a mi nombre, así los ataques que están recibiendo vendrán a mí.
— Ella no dejará que te pase nada.
— Eso me dijo – Suspiró.
— Puedes sugerirle compartir la carga – Sonrió.
— ¿Perdón?
— Sí, dile que quieres ayudarle a llevar una carga tan pesada y pueden fingir que, no sé, ustedes se conocieron hace un tiempo y la chispa del amor brotó para demostrarte su amor ella va a cederte la empresa – Se puso de pie y se acercó a ella.
— ¿No es muy de película? – Alzó una ceja.
— Tal vez, pero de otra forma nadie creerá que es tuya y seguirán tras ella – La miró.
— ¿Crees que acepte? – Preguntó no convencida del todo.
— Llévala a cenar, mírala con esa mirada seductora que de pronto tienes, regálale unas sonrisas encantadoras que tu equipo dicen que tienes, dile que no tiene por qué llevar esa carga de amenaza latente ella sola, que quieres estar a su lado apoyándola y que ella puede apoyarse en ti – Expresó seria.
— Me resulta difícil creer que funcione Gigi – Suspiró.
— No lo sé, puedes intentarlo, pero no digas que fue idea mía o no aceptará, la conozco y si encuentras el momento exacto y sobre todo si sabes cómo hablarle ella sedera.
— De acuerdo, cambiaré la táctica – Sonrió – Gracias.
— Suerte.
— Gracias Gigi.