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Me despiertan los rayos del sol entrando por la ventana, veo el reloj que está sobre la mesa de noche de nuestra habitación 6:00 am, que hago despierta tan temprano un domingo, suspiro tratando de levantarme, pero el brazo de mi esposo me tiene envuelta por la cintura, me doy media vuelta para verlo directo a la cara, sus ojos siguen cerrados, no puedo evitar observarlo, es muy guapo, con la yema de mis dedos acaricio su mandíbula, se le escapa un suspiro y abre los ojos mirándome
-Buenos días.- le sonrió mientras me da un beso en la frente, veo que se levanta y se dirige al baño, frunzo el ceño confundida
-¿A donde vas?.- me mira sobre su hombro
- A la empresa.- dice obvio
- Es domingo.- no le estoy reclamando, simplemente es raro que los domingos no se quede en casa, conmigo, el único día que es para mi
- Hay mucho trabajo, la empresa no se mantiene sola.- contesta harto.- Y a qué viene todo este interrogatorio de todos modos.-
- Es el único día que me dedicas exclusivamente a mi y ahora vas a empezar a trabajar hasta los domingos?.- trato de controlar mi fastidio pero no puedo evitar que salga como un quejido
- Pues si voy a empezar a trabajar los domingos también, deberías de ir buscando que hacer tu también.- sin decir nada más se mete al baño y cierra la puerta detrás de él, suspirando me levanto de la cama y me pongo la camisa de Justin que dejo tirada anoche, bajo a la cocina a desayunar, la señora Edwars voltea a verme cuando me escucha entrando, sonriendo me siento en unos de los bancos de la isla de la cocina, me gustaba desayunar ahí y no en el comedor que era muy grande para mi sola, aparte la compañía de la señora Edwars era muy cálida y siempre tenía algo nuevo que contarme
-Buenos días mi niña.- me saludo sonriendo poniendo un vaso de jugo de naranja frente a mi
-Buenos días, como amaneció?.- le conteste sonriendo y tomando un trago de su maravilloso jugo
- Ay yo muy bien niña como siempre ya sabe.- su voz cantarina siempre alegraba a todos solo con escucharla.- y tu? Qué quieres que te prepare para desayunar?
-Bien también, solo voy a querer cereal.- sus grandes ojos cafés me vieron fijamente, de la encimera saco el cereal y lo puso frente a mi junto con el plato y la leche
Cuando me estaba sirviendo entro Justin
-Buenos días.- saludó a la señora Edwars
-Buenos días señor, ¿le preparo algo?.-
-No gracias, solo me llevaré un jugo.- abrió la nevera y saco un jugo embotellado de naranja y sin despedirse salió de la cocina
Mis ojos se encontraron con los de Carmen y solo hice una mueca, Carmen negó con la cabeza y se volteó a seguir haciendo, algo para la comida. Carmen siempre me repetía que yo aún era muy joven y bonita, que podía encontrar a alguien que me quisiera como yo lo merecía, pero yo nunca había sido muy social ni tampoco tan segura de mi misma como para andar haciendo amistad con gente solo tenía una amiga en Nueva York, desde siempre Justin a sido mi único novio, mis padres siempre me tuvieron demasiado protegida, por lo que no había una palabra que pudiera describirme mejor que DEPENDIENTE, de mis padres antes y ahora de Justin, me molestaba eso me gustaría ser más segura, más abierta, más aventurera, siempre estoy aquí encerrada en esta inmensa casa que me hace sentir más sola de lo que me gustaría.

Our MistakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora