7. Heridas.

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Rubius detiene su paso al ver a Mangel hablar con otro muchacho algo mas bajo que el a lo lejos.

—¿Quien coño es ese tio y por que habla con tanta confianza con Mangel?—se pregunta intentando ocultarse entre la gente cual espia.

¿Será buena idea acercarse hacia ellos?. Claro que la respuesta era un enorme "no", pero Rubius no era de las personas que hacian caso.

—¿De que estaran hablando?—se pregunta frunciendo el ceño.

Deseaba poder tener la voluntad para voltearse y volver con sus amigos, pero no podía. Necesitaba hablar con el.

Finalmente y siguiendo a su maravilloso instinto se encaminó hacia ellos, sin saber muy bien que decir o hacer.

—¡Hola! que tal la noche.—pronuncia entrecortadamente, sintiendo que moría de nervios.

El chico que se encontraba hablando con Mangel alza las cejas, intrigado, mientras el de lentes aparta la mirada hacia las copas que sostenia sobre la bandeja.

—Buenas noches.—saluda el de pelo naranja, divertido. Su tono delataba que provenía de otro lugar.

El ambiente se tornó incomodo al no encontrar forma de encarar una conversación con su mejor amigo.

—Espero que estes disfrutando...la noche.—Rubius ríe nervioso al invitado, y se voltea para mirar directamente a Mangel, dandole la espalda al peli naranja.—Tenemos que hablar tu y yo.—le dice con su mejor cara.

—Estoy ocupado.—prácticamente le ignora mientras se dirije a la mesa a unos metros a seguir sirviendo las copas.—No necesito oir como me echas la culpa por confundir mis sentimientos.

Rubius le mira confundido.—¿Y tu que sabes lo que voy a...—se ve incapaz de completar la pregunta al darse cuenta de que no sabía que decirle sobre ese tema. Aún se le hacia extraño pues, solo lo veía como su mejor amigo y compañero sexual.—Mangel, ni una sola vez me has dejado hablar, te lo pido por favor.—le dice casi suplicante, mientras pensaba como dejarle en claro lo que sentía sin herirlo.

Antes que Mangel pudiera decir algo, el invitado de pelo naranja se mete en la conversación.

—Creo que no quiere hablar contigo.—dice tomando del hombro a Rubius.

Mangel sonríe tiernamente ante el entromentimiento y Rubius al notarlo se enfurece cada vez mas.

—¿Y tu quien eres para meterte, capullo?

El invitado ríe con ironía, mientras siente como varios invitados se van percatando de la discusión.

—El que te va a estampar la cara contra la mesa si no le dejas en paz.—le responde, acercandose.—Gilipollas.

Rubius se acerca dispuesto a pegarle, pero Mangel le detiene.

—Comportate idiota. Es un invitado.—le dice apartandolo.—Disculpalo...solo ha tenido un mal dia hoy...

Rubius le mira enfurecido.

—¡¿Yo un mal dia?!—piensa, apretando los dientes.

El de pelo naranja se sacude el traje y se acomoda el sombrero, para mirar amenazante al de orejas de oso.

—Esto no acaba aqui.—responde y vuelve su mirada hacia Mangel, cambiando el gesto a uno mas amigable nuevamente.—Nos vemos Mangel. Llamame...si me necesitas. O si te molestan de nuevo.

Rubius hace rechinar sus dientes de tanto apretar la mandibula. ¿Quien era aquel arrogante invitado? ¿Por que se metia en su relacion con Mangel? ¿Acaso se conocian de algo?

🛇 Ilegalísimo 🛇 [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora