🛇 Ilegalísimo 🛇 [EN EDICIÓN]

6.La no fiesta

—¿Entonces que es lo que no se puede hacer esta noche?—pregunta Vegetta a sus compañeros, caminando de izquierda a derecha.

Luzu Rubius Willy Fargan Alex y Mangel se encontraban agrupados en dos filas de tres cual militares, escuchando atentamente al de ojos morados.

—Divertirse.—dice Fargan, suspirando.

—Ni romper objetos.—habla sin ganas Alexby.

—Ni hacer escenas extrañas frente a los invitados.—aporta Willy.

—Ni robar los fondos.—enuncia Mangel con un tono de voz apagado.

—¡Ni tomar alcohol de mas! —comenta el único emocionado del lugar, Luzu.

—...—Rubius por su parte se queda observando una mosca que pasaba por ahí. Le parecía incluso mas interesante que el sermón de aquel.

Aún tenía mil cosas rondando por su cabeza.

—Bien...han faltado algunas cosas pero nada mal.—se detiene.—Ahora...¿que es lo que SI se puede y se DEBE hacer?

Todos quedan en completo silencio pues, los había aleccionado de tal manera que en su mente solo tenían el 'NO HACER'.

—¡Disfrutar la fiesta como locos!—habla ahora Rubius poniendo música desde su móvil, mientras es seguido por sus amigos exceptuando Mangel.—¡Vamoooh!

Vegetta frunce el ceño. Aquello estaba lejos de causarle gracia.—Eh eh eh, calma. ¡Calma!—grita, pero sus amigos ya no oían.

Rubius y sus amigos comenzaron a bailar simulando una fiesta. Claro está que lo habia hecho únicamente para mosquearlo.

—¿Por que te has enamorado de alguien como él?—pregunta despectivamente Vegetta, recostandose en la pared de su gran muralla.

—Ni yo lo se...

Horas atras...

—Alex...leva las cajas al primer piso y si puedes llama a...—hablaba Luzu con dos telefonos en la mano, una caja entre sus piernas y lo que parecían ser luces navideñas colgando de sus hombros cual collar. —¡Rabis! que mal momento...

El nombrado intenta recuperar el aire que habia perdido en aquella corrida hacia casa de Vegetta donde se encontraban sus amigos preparando todo para el evento de mañana.

—¿Como está Mangel?—es lo primero que pregunta, alterado.

Luzu emite una mueca, sintiendo pena por el contrario.—Mal. Hasta diría que pésimo.—habla con lentitud.—¿Que le has dicho?

—¡Nada! Eso le he dicho. ¡Absolutamente nada!—larga un suspiro.—Ni siquiera me ha dado tiempo a responder. Solo se me confesó y se fue a tomar por culo.

—¿Y entonces...le correspondes?—pregunta aún con algo de esperanza.

Rubius le mira con notorio enfado al percatarse de algo. —Espera...¿¡Y tu sabias todo esto mientras yo estaba como un gilipollas sin saber nada!?

—Todos lo sabiamos, Rubius. Tu fuiste el único que nunca se dió cuenta. —habla ahora Alex mientras pasaba cargando unas cajas.—Jo'er, como pesa esta mierda.

—¿Como puede ser?—pregunta Rubius, sintiendose cada vez un poquito mas mierda.—¿Donde está ahora? ¿Puedo hablar con el?

—A trabajar.—aplaude Vegetta para llamar la atención de ambos.—Que aqui no vinimos a contar chismes.

—Calla tú, pesao.—le hace unas señas con los brazos para que se vaya, sin mirarle.—Responde Luzu.

—Mmm no se si sea lo mejor ahora, Rabis...