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Hoy sería un día pesado, es el último día del año y hay familias que prefieren comer fuera que en casa así que el restaurante se mantiene abierto hasta las 11 como máximo por órdenes del dueño que si está en su casa disfrutando con su familia mientras todos sus empleado tendremos que estar peleando con clientes y corriendo de aquí allá. Termine de abotonar mi chaleco, guarde mi camisa en el Locker, antes de cerrarlo observe el espacio vacío en una de las esquinas, ojala pueda verlo pronto…

Desde ese día no puedo sacarme a ese chico de la cabeza trate de distraerme con el trabajo y platicando con los meseros pero simplemente él parecía haberse clavado muy profundo en mi mente y no porque me haya gustado o algo así, más bien quizás era esa aura que él tenía algo como inocencia y amabilidad pero no era lo que es en realidad, tiene un carácter fuerte y es sincero, es posible que ese día él solo haya pretendido ser tranquilo.

El día comenzó como lo predije, el restaurante abrió a las tres en punto y a las tres con treinta minutos ya estaba casi lleno. Cada mesero debía encargarse de cuatro mesas y yo de la barra porque curiosamente el barman tuvo una emergencia familiar, pero no solo era mi trabajo preparar bebidas sino también la comida, desde hace casi dos meses falta un chef y al haber tantos comensales los únicos dos chefs que tenemos no pueden hacer los platillos tan rápido como debería ser y los clientes comienzan a molestarse así que aunque no es parte de mi trabajo me ofrecí ayudar en la cocina, hago las cosas sencillas como picar verduras o freír papas no puedo hacer nada mas o mi ayuda terminaría en un desastre peor que solo tener dos chefs. Para cuando me di cuenta faltaban solo cuatro horas para cerrar pero seguían llegando clientes cada cinco minutos de algún modo la cocina estaba por necesitar más ingredientes y siendo el de mayor rango estando aquí tenía que encargarme de eso y debía ser antes de que las tiendas fueran cerradas, puse a una de las meseras en la barra tome las llaves del auto asignado para esta clase de tareas y maneje hasta el supermercado más cercano.

Entre escoger cada una de las cosas en la lista que me fue entregada media hora parece haberse ido en cinco minutos tal vez debí traer alguna de las meseras para que me ayudara, como sea ya era demasiado tarde para pensar en eso, volví al restaurante esperando no encontrar un desastre y afortunadamente no fue así, cada comensal estaba con sus respectivos platillos y los meseros recorrían las mesas preguntando si necesitaban algo mas no debí subestimarlos tanto aunque realmente no entiendo cómo es que cuando no estoy se comportan y cuando estoy esto parece un mercado ambulante. Negué ligeramente con la cabeza intentando no reír en voz alta y parecer un loco, deje las bolsas con lo que había comprado en la cocina y volví a la barra en donde era mi lugar para continuar con mi trabajo. Entregaba bebidas por minuto o casi, para ser la hora que era la barra estaba llena y ya había hombres y mueres bastante ebrios, la puerta se abrió se abrió, como costumbre los meseros dieron la bienvenida al escuchar la campanilla, en realidad no lo hacían siempre solo cuando alguno lograba escucharla, los demás solo lo seguían sin saberlo yo aparte mi mirada de la margarita que preparaba, solo un vistazo de lejos fue suficiente para saber que era él.

Traía una jersey negro y pantalones de mezclilla estaba sosteniendo la puerta y mirando hacia afuera, iba con alguien espere a que ese alguien entrara sin apartar mi vista y entregando la bebida que ni siquiera sé si había terminado de preparar o al menos la había entregado a la persona correcta. Cuando la chica cruzo la puerta mi expresión cambio de inmediato lo sabía aunque no podía verme, sabía que probablemente tenía una expresión de fastidio porque reconozco que ver la forma en que ella se acercó a él con una sonrisa y lo tomo del brazo me fastidio, quizás no pude saberlo antes pero aparentemente tenía la ligera esperanza de no solo volverlo a ver, sino, que también estuviera soltero pero ver que quizás me equivoque me fastidio lo suficiente como para apartar la vista y continuar con mi trabajo como si nada hubiera pasado, como si no lo hubiera visto antes y solo fuera un cliente normal.

Media hora para cerrar, los meseros limpian las mesas ya vacías, los últimos clientes pagan sus cuentas y yo sigo sirviendo bebidas, solo por curiosidad recorrí con la mirada las mesas, ya no estaba, había muy pocas personas ahora así que podía ver con claridad cada mesa, está bien así era mejor no puedo albergar falsas esperanzas por tan solo un encuentro que de no ser él pudo haber cualquier otra persona.
     Cerré las puertas media hora antes de las doce, me despedí de cada uno de las chicos que pasaban su día a día conmigo, les desee un feliz año nuevo con un abrazo a cada uno - ¡MEEEWW! Te voy a extrañar ¿Qué hare sin ti? – me reí por los comentarios de Melina quien es una de las meseras más torpes, casi siempre tenía que estarla salvando pero no reportaba ninguno de sus accidentes al dueño, era lindo verla ponerse nerviosa cada que tiraba algo encima de un cliente y no soy el único que quiere mantenerla ahí pues ningún cliente se ha quejado sobre ella y ni siquiera la regañan no sé si los encanta o algo así.

-Tu, no sé, pero yo voy a descansar sin ti…- reí fuerte al ver su expresión dolida, luego de burlarme unos segundos más la abrace – disfruta tus vacaciones, pasa tiempo con tu familia y con tu novio y cuídate mucho – bese suavemente su frente y acomode su cabello tras su oreja. Melina es como una niña, siempre haciendo preguntas del porque esto o aquello, es ella quien siempre nos sube el ánimo a los demás con sus juegos o bromas.

Al final todos los chicos se fueron a sus casas quizás a pasar los últimos minutos de este año con sus seres queridos o simplemente descansar del día tan pesado que tuvimos, yo en cambio debía quedarme y hacer las cuentas por lo que me asegure de que la puerta estuviera bien cerrada, fui a la caja para sacar lo recabado ese día pero,  antes de pudiera sacarlo todo escuche el sonido de la puerta intentado ser abierta así que regrese al frente pero no había nadie, quizas habia sido el aire. Volví hice las cuentas, el inventario, y me asegure que todo estuviera en orden y limpio pues estaría cerrado por tres semanas así que al  volver solo deberíamos poder abrir sin hacer más que quitar el polvo y poner los manteles. Cuando salí ya pasaba de la media noche, ya era año nuevo, cerré la puerta con llave, baje la cortina y active la alarma, estaba todo listo ahora solo debo caminar a casa porque ni de chiste encontrare un taxi pronto. Camine un par de cuadras sintiendo en cada paso que alguien me seguía pero tal vez por ser de noche solo estaba siendo paranoico, aunque parecia bastante real, minutos después alguien toco mi hombro, voltee, no pude evitar sorprenderme al verlo, estaba ahí frente a mí con una chamarra tan grande que lo hacía ver más ancho, una bufanda cubriendo la mitad de su rostro así que solo podía ver sus ojos pero esas gruesas cejas me dejaron confirmar que es él.

-¿Me estabas siguiendo? – él negó con la cabeza bajando su bufanda para poder hablar supongo.

-Bueno, tal vez sí, pero solo porque no sabía si realmente era usted. Lo llame un par de veces pero parece que no me escucho así que lo seguí, yo solo quería entregarle esto – estiro sus manos, traía la camisa y bufanda que le había prestado aquel día, las tome aun confundido, él no paraba de hablar – pero cuando regrese ya estaba cerrado iba irme pero ya faltaba poco para la media noche así que decidí quedarme y ver los fuegos artificiales, no crea que lo estaba esperando, solo no quería pasar el año nuevo manejando entonces yo… - reí suavemente negando con la cabeza y me acerque a él, volví acomodar su bufanda pues no pasaron ni cinco minutos y su nariz ya estaba roja.

-Jamás me pasó eso por la cabeza pero ahora que lo dices, ¿me estabas esperando solo para darme esto? – levante las prendas en mi mano y él de inmediato negó usando sus manos y cabeza.

-Dije que no, yo solo…- esta vez reí más fuerte no pude evitarlo, él estaba avergonzado lo sabía pero sus cejas casi se juntaron fingiendo molestia, es una rara forma de avergonzarse pero al mismo tiempo la forma más adorable de hacerlo.

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⊣𝑆𝑂𝑀𝐸𝑇𝐼𝑀𝐸𝑆 𝐿𝑂𝑉𝐸 𝐿𝐴𝑆𝑇𝑆 𝐴 𝑊𝐼𝑁𝑇𝐸𝑅  ⊢ ❄MEWGULF❄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora