Delta [hyunmin]

39 - La omega que no quieres

[Especial Chanin y Jude — Jun&Jade]

Jeongin se removía inquieto en la cama, su lobo interior estaba igual que él, corriendo en círculos con preocupación.

A lo lejos podía escuchar al novio de su hermana y la mejor amiga de está discutiendo, entre las voces de alfa de ambos y gruñidos, su lobo se sentía intimidado por más que él ni estuviera involucrado.

Él vivía en el segundo piso de la casa, que compartía con Chan, un cartel que la abuela del omega había bordado, colgado en el pasillo, marcaba en inicio de lo que llamaba "su territorio" con su nombre de pareja.

Aunque el cartel de "ChanIn" siempre le había parecido innecesario a Chan.

Su alfa solía pasar la mayor parte del tiempo con él en Busan, salvo cuando se iba unos días a Daegu, aunque preferían quedarse en casa de los Yang.

Jeongin tenía tantas responsabilidades como su propia madre en esa casa, así que no podía irse sin más con su alfa a Daegu, además que no podría soportar estar tan lejos de su familia, Chan lo entendía y no se negaba.

Vivian juntos desde hacía tres años, cuando decidieron llevar su relación a otro nivel, compartiendo un lazo y un mismo techo.

Pero el punto era que él seguía allí, y las cosas no estaban tan cómodas en ese momento, aun sintiendo el fuerte aroma de su hermana, causa del celo, desde su cuarto en el piso superior, y casi podía escuchar sus sollozos.

Entendía poco y nada de aquello, pero se sentía mal por su hermana.

Jade había entrado en celo de repente, al parecer, se había adelantado un mes, y estaba en plena cita con su novio, un alfa que tenía muchas pinta de pacífico y al punto de sumiso (más con alguien con la personalidad tan fuerte como la de Jade), pero parecía que se había alterado cuando el olor de la omega había aumentado considerablemente de golpe.

Jade no quería ser marcada aún, su alfa pareció no entenderlo, y había tenido que llamar a Jun para que se enfrentara al chico, ya que ella no podía contra un alfa violento por no poder marcar a su omega.

Por un lado, Jeongin estaba tranquilo porque su hermana contaba con amigas como Jun, pero no podía calmarse del todo.

— ¿Puedes relajarte? — escucho a Chan hablar desde la puerta, tardó unos segundos en que el chico fuera hacia la cama, para acostarse a su lado —. Siento toda te preocupación, Innie. Todo estará bien, en serio.

Chan se inclinó un poco hacia él, abrazándolo por la espalda y dejando besos en su cuello y mejillas, Jeongin se acomodó en sus brazos para voltearse, escondiendo su rastro en el cuello de su alfa, calmándose con el fresco olor a cerezas y menta de actual pelinegro.

—Los gritos no son para ti, la voz de alfa tampoco, no pienses en eso — hablo con voz tranquila, sintiendo al lobo de su omega intimidado.

Sus instintos le pedían defender a su omega, pero Chan no iba a meterse en el drama de otras personas, prefería consolarlo antes que pelear.

Jeongin asintió un poco, él lo sabía, su lobo no tanto, aunque las palabras y el apoyo de Chan o tranquilizaron.

No supe el momento preciso en el que se quedó dormido en esa misma posición, aspirando el fuerte y abrigador olor de su alfa, tampoco noto cuando, por la mañana, Chan se escurrió de la cama y despertó entre las vacías sabanas.

Sintiendo su aroma aun en la cama, y en su propia piel, se levantó con pocas ganas, encontrando a Chan preparando el desayuno, como todas las mañanas, su alfa le ofreció, y de nuevo, Jeongin se negó, ya que el pelinegro tenía buena intención para cocinaba horrible, y nunca podía hacer un desayuno a nivel de su estómago.