Delta [hyunmin]

37 - Futuro

[Extra]

[Algo así como un epílogo decente]

—Lo están lavando, le pondrán ropa y luego lo llevaran al cuarto — le conto Hyunjin a la castaña del otro lado de lo línea.

Caminando unos pasos por el pasillo, para luego voltear y caminar en sentido contrario, sin alejarse más de unos metros de la puerta de la habitación donde su pareja todavía estaba bajo los efectos de la anestesia.

El parto natural para los omegas hombres solía presentar bastantes complicaciones, por lo que siempre eran enviados a cesaría, y Seungmin seguía durmiendo luego de la operación.

—Ajam... — escuchó decir a la chica, luego unos sonidos por detrás, creyó escuchar insultos —. Estamos preparando las cosas para ir hacia Daegu, ahora, Hwang Hyunjin, pásame la dirección correcta.

—¿Tanto desconfías de mí, Jun?

—No puedo confiar en alguien que me dijo que la cesaría era el veinte a las cuatro cuando resultó ser el cuatro a las veinte.

Hyunjin se quedó en silencio unos segundos.

—Te veo pronto, madrina — dijo en vez de seguir la conversación, y corto sin escuchar la despedida de la ojoverde.

Le mando la dirección por mensaje, antes de guardar el celular en su bolsillo.

Volvió a entrar a la habitación, donde Seungmin comenzaba a removerse en la cama, aunque la anestesia seguía haciendo su efecto, haciéndolo sentir pesado y adormilado, abrió un poco los ojos para ver a Hyunjin, dedicándole una leve sonrisa.

Su alfa se acercó a él, sentándose junto a la camilla, tomando su mano, sonriendo, transmitiendo toda su emoción gracias al lazo.

— ¿Cómo te sientes? — pregunto.

Seungmin suspiro pesadamente.

—Me... Duele el estómago — se quejó —. Siento que baje como la mitad de mi peso — vio hacia su abdomen, evidentemente diferente hacía unas horas atrás, llevó una mano hacia el pero hizo una mueca cuando toco los puntos.

Hyunjin se apresuró a tomar ambas manos, sosteniéndolas con firmeza.

Era sumamente común que la anestesia dejara algo atontados a los pacientes, pero la expresión confundida de Seungmin le daba ternura.

—Estas nervioso — declaró Hyunjin, luego de un momento en silencio.

Seungmin solo asintió.

Hyunjin dejo besos cortos por todas las pequeñas y regordetas manos d su omega, hasta que vio su sonrisa asomarse.

—estoy a tu lado, no te preocupes.

Seungmin asintió, aunque las palabras no lo calmaban mucho, porque Hyunjin siguió sintiendo el torbellino de emociones que perturbaban a su pareja; alegría, miedo, nervios... El omega no podía estar tranquilo.

Cuando la enfermera llegó, tirando del carrito-cuna donde estaba su querido cachorro, sus corazones se aceleraron.

Hyunjin se acercó a ella, quien detuvo el carrito para que él pudiera tomar a su cachorro.