Rain [AkuAtsu]

Tre

Al ya estar en la cocina, tomaron asiento y el albino sirvió la sopa.
Un muy confundido Akutagawa preguntó el porqué de tanta preocupación por parte del tigre, éste solo le contestó que no sabía, que solo hacía lo que su corazón le decía.
Ésto le pareció estúpido al de blanca piel, más no lo dijo ya para no armar pelea, estaba cansado.

No dijeron nada por un buen rato, hasta que Atsushi se atrevió a preguntar:

“¿Por qué utilizas esa pijama? Realmente no te veía con ese tipo de gustos.”

Creyó que lo último que dijo estuvo un poco de más, ya que, ¿Quién se cree él como para decir eso? A él le gustan las princesas y no por eso lo anda diciendo por todos lados.

Akutagawa, sin embargo, no prestó atención a eso y simplemente respondió que fue un regalo de su hermana menor.
Atsushi se alivió un poco que no le reclamara, pero otra duda surgió:

“Y ¿Dónde se encuentra ella?”

El de negros cabellos le miró mal y respondió:

“No creí que serias tan curioso. ¿A ti qué te importa dónde está y dónde no?”

Y aunque la mirada mostraba molestia, en su voz sólo se podía distinguir un tono calmado, sin rastro alguno de enojo. Ésto confundió al contrario.

“Simplemente me dio curiosidad...”

Y era verdad, además de que quería sacar algún tema de conversación.
Akutagawa suspiró y dijo:

“Está en una misión, según sé, durará como unos dos meses por ahí.”

Ésto sorprendió al tigre, no creyó que le diría. Entonces nuevamente preguntó, ésta vez hace cuánto se fue.

“Hace dos días.”

Respondió sin más y nuevamente todo quedó en silencio.

Entonces, cuando terminaron de tomar, Atsushi trajo el arroz, ésto sorprendió aún más al mafioso, pero no dijo nada.

Comenzaron a comer tranquilamente, hasta que Atsushi se atragantó al recordar a la agencia y en consecuencia en lo que había ido a comprar.

“¿Qué pasa?”

Akutagawa estaba extrañado y con una ceja alzada ante la reacción ajena.

“¡Olvidé los dulces de Ranpo!”

Rápidamente fue hacia la entrada a fijarse, inutilmente, si ahí los dejó.
Pero, cómo era de esperarse, ahí no estaban, ésto alarmó un poco al albino. Le había costado mucho encontrar la tienda que le indicó Ranpo.