LEO

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Llegó el oficial de mal humor y gritando:

  -Leonardo García, es hora de hacerle unas preguntas-. Junto a él estaba mi detective Lucy.

  -Hola Leo- dijo Lucy,

  -¿Te metiste en problemas de nuevo?-. Nos conocíamos de antes. ¿Sería coincidencia que estuviese aquí de nuevo?

  -Vamos al cuarto de interrogación- dijo el oficial, y ambos me llevaron a otro cuarto, que tenía una lámpara. Era un cuarto más oscuro y frío que la celda en la que estaba. Sentí que no habían entrado solo humanos ahí.

  -Señor García me llamo Sherman Oaks- dijo el policía. Tenía la cara pálida y cansada, como si hubiera visto un fantasma, así que mi cara debía estar igual.

  -¿Fue usted el que mató a esa persona en su casa, Señor García? preguntó Sherman.

  -Señor Oaks, yo soy un ex convicto, y sé que si no se quiere ser descubierto no se asesinaría en su propia casa, y aún menos deberían dejar el cuerpo ahí.-. Esta respuesta pareció convencer a Sherman, porque chasqueó los dedos, se apagó la lámpara, y se prendieron luces en el techo, dejando al descubierto otras dos sillas, en las cuales se sentaron los dos.

  -Comprobamos que no está diciendo mentiras por medio de nuestra máquina, así que está libre de culpa-. Esa respuesta me alivió, pero ellos no habían terminado.

  -Las pruebas indican que el cuerpo era de una persona llamada Clarence Cooper. Este señor era un médium, que son personas que sirven como puente para conectar el inframundo con el mundo mortal, pero ellos no están en ninguno de estos. Estan en un mundo llamado C.R.A.D. ¿Conoce a este tipo?-

  -No-.Aunque antes debería ser una locura creer en fantasmas se descubrió en el 2038 que existían, aunque eran mejor denominados seres I.Q.

  -Sabemos que tiene que ver con un ser I.Q. llamado Cracker-. Solo me quede mirándolo con estupefacción. Para conocer el nombre de uno de estos seres debías o debiste ser no solo amigo, sino mejor amigo de este.

  -Sé por qué lo dejaron en mi casa- les dije, casi sin pensarlo.

  -Después de salir de la cárcel (por unos crímenes que no quiero mencionar) me dediqué a investigar sobre los seres I.Q., atrapándolos y haciéndoles pruebas. Sin embargo un día me llego una carta de un emisor anónimo, que decía que si no paraba esto me pasaría algo malo-. Al final Lucy intervino:

  -Leo, volveremos a tu casa y encontraremos pistas, y probablemente al responsable de esto-. Con esta promesa en mi mente partimos hacia mi casa.

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