Poleras del destino

1K 60 2
                                        

Ya era la hora de salida, Matilde, Monse y Alonso se dirigían a la salida de colegio, llenos de globos y regalos de Matilde, en la salida estaba el papá de Matilde que se llevaría a Monse, Alonso y los regalos en el auto, Matilde por su parte se iría en bicicleta.
- Segura que estarás bien hija?- preguntó Gonzalo.
- Si papá, segura, ya los alcanzo en la casa- respondió amablemente Matilde.
- Bueno, entonces nos vemos en la casa- respondió Gonzalo para luego partir en el auto.
Matilde se estaba poniendo su casco cuando de lejos vio la silueta de una mujer correr y alzar las manos, Matilde por su miopía que no le gustaba reconocer, no podía distinguir quien era, pero a medida de que la silueta se iba acercando, Matilde iba viendo más claro todo...esa silueta sin duda era única...
Aurelie vió a Matilde de lejos, aunque solo la distinguió por la bicicleta, porque por su miopía no veía del todo bien, pero odiaba sus lentes, decidió acercarse a ella.
- Mati! Justo te necesitaba!- dijo Aurelie muy entusiasmada
- Ah si, y para que?- preguntó Matilde.
- Es que hoy iré a tu casa po galla! Jajaja y no sé dónde queda-.
- Ahh, por eso, había olvidado ese detalle jajajaja, ¿Tiene WhatsApp? Le puedo mandar la ubicación por ahí, porque yo me iré en bici y mi papá se acaba de ir-.
- Ehh si, si tengo, pero no le digas a nadie que te lo di, tu sabes cómo es de jodido este colegio con todos esos temas-.
- Si, tranquila, lo entiendo perfectamente- el colegio de Matilde tenía una regla interna en la cual los profesores no podían relacionarse con los estudiantes fuera del colegio porque eso podía afectar en la objetividad de los profesores.
- Ya, que bueno, entonces anota 9-87...
Matilde solo podía pensar que ahora tendría un poco más cerca a Aurelie, podría hablar con ella en algún momento...
- Ya, ahí le envié la ubicación, me pincha cuando llegue para así abrirle el porton- dijo Matilde- nos vemos allá-
Luego de esto Matilde tuvo el impulso de volver a abrazar a Aurelie, pero lo contuvo.
Llevaba menos de 5 minutos pedaleando cuando sintió que su teléfono sonaba, por suerte andaba con los audífonos con manos libres, al ver la pantalla vio que era su amiga Javi, así que decidió contestar.
- Aló?- dijo Mati.
- Niñaaaaaa, feliz cumpleaños, te quiero mucho, espero que cumplas muchos más y también espero que tu deseo de cumpleaños de estar con Aurelie se cumpla.
- Espera... qué?...como lo supiste?- preguntó sorprendida Matilde.
- No lo supe niña, solo te estaba molestando pero al parecer saqué mentira por verdad, punto para mi jejejeje, en fin huachis, que tengas una hermosa tarde y después me cuentas todo mira que siento las pisadas de mi jefe el revienta vulvas, hablamos más tardecito, me cuentas todo.
- Si obvio, cuídate y gracias por llamar, chau
-chau.
Así Matilde siguió pedaleando mientras sus audífonos estaban inundados de las canciones de Mamma Mía!.
Aurelie se fue a toda velocidad a su casa para cambiarse ropa pues no quería ir con esa misma ropa de trabajo, llegó a su casa, entró corriendo, se puso unos jeans pitillos que le quedaban a la perfección con su cuerpo, Aurelie amaba como se le veían esos jeans, luego se puso su polera regalona, la había comprado en un baratillo en la playa de Quintero, cuando vió la polera fue amor a primera vista, ser retocó el maquillaje, solo que ahora se había puesto un labial rojo un poco más intenso, había soltado y alborotado su pelo un poco, estaba lista para salir.

Matilde llegó a su casa, Alonso y Monse ya estaban ahí al igual que su familia, Matilde pasó a su pieza a cambiarse de ropa, se puso unos jeans estilo mom color verde militar y su polera regalona, todo comprado en la ropa usada que vendían en la playa, amaba comprarse ropa ahí, siempre encontraba cosas únicas.

Aurelie estaba ya camino a la casa de Matilde cuando pensó que sería muy poco cortés llegar a manos vacías, así que llamó a su mejor amiga que tenía una cafetería-pasteleria para llevar algo.
-Alo? Querida! Cómo estás?- dijo Aurelie al escuchar la voz de su amada amiga Ana.
- Hola querida! Yo muy bien, acá en la carpeta y tu?-.
- Yo bien, camino al cumpleaños de una alumna, de hecho por eso te llamaba, voy camino al cumpleaños de Matilde, recuerdas que te hablé de ella, la chica de la torta de hoy!-
- Ah si! Matilde, tu placer culpable Simone de Beauvoir del siglo XXI- dijo cómicamente Ana, pues Aurelie solo hablaba de Matilde los últimos días.
- Shhh! Ya cállate, es solo una alumna a la que le tomé mucho cariño- dijo Aurelie mientras se ponía roja como un tomate, gracias al cielo su amiga no la estaba viendo en ese momento.
- Mmm... ya, voy a hacer como que te creo, pero dime, ¿Para qué me llamabas?-
- Ah si! Lo que pasa es que la Mati me invitó a tomar once a su casa, y no me gustaría llegar a manos vacías, de casualidad tienes alguna delicias de esas que haces tú como para llevar.
- Pero por supuesto!, Tengo unos cupcakes con relleno de mermelada de moras y decoración de merengue blanco, si quieres les agrego unas chispitas fucsias para que a tu "Mati" le gusten más- dijo Ana haciendo risa de Aurelie.
- Woou estaría bakan, y ya deja de burlarte de mi, ya te dije que es solo una alumna que quiero mucho, ya, estoy muuuuy apurada así que en 5 minutos estoy en la carpeta, nos vemos allá, te amo.
- yo también te amo Simone ajajajaajaja, nos vemos acá, chau.
- que pesada! Chau.

Aureli fue a buscar los cupcakes a la cafetería de su amiga Ana con quien bromeó por un buen rato acerca de Matilda. luego de dar las gracias mil y mil veces más Ana por los cupcakes abril y se subió a su auto rumbo a la casa de Matilde, al llegar al portón tal como Matilde le había indicado la llamó para decirle que estaba afuera y así Matilde le podría abrir el portón.
- Hola Mati ya estoy afuera de tu casa me puedes abrir el portón-.
- sí profe obvio no hay problema, lo que si, yo me estoy maquillando le diré a Monse que lo abra y que la reciba mientras yo me termino de arreglar, nos vemos adentro!-
- Okei!nos vemos!-.
Aurelie no daba más de la emoción el sólo pensar en que iba a ver a Matilde fuera del colegio y podría celebrar con ella un poco de su cumpleaños era una idea maravillosa, Matilde era maravillosa, de pronto vió a Monse asomarse por el portón que ya se estaba abriendo de a poco así que entró con su auto lo estacionó, se bajó, bajo los cupcakes y saludó a Monse.
- Pase profe Matilde, está dentro terminando de arreglarse, pero por mientras puedes estar con nosotros y con los papás de Matilde.

- sí por supuesto no hay problema Yo la espero en realidad todos la esperamos jajaja-.

Aurelie pasó y se quitó el chaleco que llevaba puesto encima de su camiseta, pues la casa de Matilde estaba muy abrigada, al quitárselo vio que los papás de Matilde la miraron un poco sorprendidos pensó que quizás era porque pensaban que esa por era demasiado juvenil para ella pero ya qué más daba ya la tenía puesta, saludo a todos y a todas a toda la familia de Matilde y Alonso que también estaba ahí junto con Monse. conversaron todos un rato en lo que esperaban que Matilde estuviera lista para poder comenzar a tomar once. Aurelie mantenía conversación amena con todo desde los hermanos más pequeños de Matilde hasta los sus papás y sus amigos, conversaban de todo, del colegio, de los viejos tiempos, de los cuidados que hay que tener con los niños y niñas a la hora de hacer ejercicio, realmente de todo.
Matilde ya estaba lista, su maquillaje estaba listo y según ella estaba decente para estar con su familia con sus amigos y con Aurelie, aquella mujer de piel dorada y que la tenía tan cautivada... decidió salir del baño y emprender rumbo hacia el living, al llegar al living todo lo demás se desvanecío, todo los demás se desenfocaron, toda su atención iba a ella, estaba hermosa esa ropa la hacía ver hermosa, su labial la hacía ver intensamente hermosa, pero lo que más llamó su atención fue la camiseta que Aurelie llevaba puesta, pues era exactamente la misma camiseta que ella tenía puesta, eran iguales.

Al verla aparecer en el living Aurelie se quedó sin palabras no podía terminar de contemplarla, su maquillaje tan delicado y tan prolijo como ella, como su cuerpo, como su figura, su ropa tan única como a ella, pero todo lo demás se paró, todo se detuvo cuando vio la camiseta que Matilde llevaba puesta, era igual a la de ella, exactamente igual.

Dos calaveras besándose con flores a su alrededor y abajo de ellas la frase de Jaime Sabines que decía:
"Te ofrezco mis brazos para estar juntxs o te doy mis alas para dejarte volar"

Con sólo ver aquel detalle ambas supieron que ya nada más faltaba, con sólo eso ya todo estaba dicho todo, absolutamente todo, todo el destino, todo su futuro estaba en esas poleras... poleras que sabían que estaban destinadas a estar juntas y todo hacía indicar que ellas también estaban destinadas a estar juntas... ahora en algún futuro no muy lejano

Profe, Creo Que La Amo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora