Un Cumpleaños demasiado feliz

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Al prenderse las luces Matilde vió a todxs sus compañerxs con collares de flores de color fucsia, tenían globos rosados, azules, morado, negros, con diseños, también vió a sus mejores amigos con globos con globos de sirenas, unicornios, de Pandora, de Mamma Mía...pero todo el mundo se paró al ver quién sostenía su torta, era como un sueño la imagen que estaba viendo, Aurelie sosteniendo su torta de cumpleaños, mientras también sostenía unos globos más, el de la bandera de la diversidad sexual y un globo que simulaba ser un tulipán. De pronto la sacó de esa contemplación el canto de su curso

"Cumpleaños feliz, feliz, feliz, te deseamos a ti, a ti, a ti, Cumpleaños Matilde, que los cumplas feliz"

Escuchó aplausos y cuando iba a apagar las velas, cruzó miradas con Aurelie.
-No olvides pedir tus deseos- dijo Aurelie.
- No podría olvidarlo- dijo Matilde y cerró los ojos para pedir sus deseos.

"Salud para toda mi familia
Terminar bien mi último año de colegio para poder entrar a la u...
Y... Aurelie"

Acto seguido Matilde apagó sus velas, confiando en que sus deseos de Cumpleaños se cumplirían.

No podía dejar de mirarla, pero debía obligarse a eso, Aurelie sabía en todos los problemas que se podía meter si dejaba que su cuerpo y corazón fueran quienes liderarán sus decisiones y acciones. Pero como no mirarla su Matilde era tan hermosa y estaba tan feliz, aparte hoy había descubierto que compartían el gusto por Mamma Mía, Matilde era...perfecta, total y perfectamente perfecta.
Matilde se vió tan feliz, tan plena, tan querida, sin duda amaba su día de cumpleaños.

"¡El mordisco, el mordisco, el mordisco!" . Gritaban sus compañerxs.

"Mierda, ahora sí valí" pensó Matilde, pero que más daba, era su cumpleaños. Acto seguido mordió su torta y sintió como unas manos la hundían aún más en ella, cuando levantó su cara, se encontraba totalmente cubierta de crema blanca y fucsia, dejó que le sacaran algunas fotos y luego Monse le pasó un paño para limpiarse la cara, fue todo muy divertido.
Aurelie no podía creer lo feliz que veía a Matilde, conversaba con todxs, se reía, comía y disfrutaba.
-¡Bueno, llegó la hora de los regalos!, Siéntate acá Mati, que te vamos a regalonear.-dijo Monse
- Okei...- dijo Matilde algo insegura
Sus compañerxs le dieron muchos regalos, poleras, aros, lápices, libretas, libros, entre otras cosas. Llegaba el turno del regalo de Alonso, Matilde lo abrió y vió lo que era, un cupón que decía "Válido por un tatuaje". Matilde se abalanzó sobre el y lo abrazó.
- Ay ya niña! Tanto amor, haces que parezca hetero, ya, yo también me amo, pero chu!- como siempre todo esto lo dijo en un tono dramático
- Ay, gracias amigo! Te amo.
Llegó la hora del regalo de Monse, Matilde lo abrió y también era una cajita que al abrirla simulaba ser un mini teatro, en los costados tenía mensajitos y uno en especial que decía "mereces lo que sueñas" el cual Matilde amó, luego de ver la cajita, abrazó fuertemente a Monserrat. Ahora tocaba el regalo de Aurelie, estaba envuelto en una hoja de diario, Matilde amó ese detalle, lo abrió y había una cajita rosada, al abrirla vió un colgante con las máscaras del teatro, la tragedia y la comedia, Matilde no lo podía creer, era hermosa, abrazó a Aurelie, en medio del abrazo se acercó al oído de Aurelie para susurrarle...

Aurelie estaba muy feliz al ver la expresión de Matilde cuando vió la caja y el colgante y quedó más feliz aún cuando Matilde la abrazó y le susurró al oído
"Gracias, amé el regalo, es la mejor"
Aurelie a su vez le susurró
"Hay otras cositas adentro, pero míralas cuando estés sola y lo necesites"
Ambas mujeres se abrazaron aún más fuerte, para luego separarse, al oír que alguien golpeaba la puerta.
Alonso fue a abrir, era el inspector junto con la profesora jefa del curso que venían a saludar a Marcela por su cumpleaños.
Así fue el resto de la hora, todos celebrando, conversando, riéndose, y comiendo, comiendo mucho. Cuando se terminó la hora todos ayudaron a ordenar y limpiar la sala, mientras limpiaban Matilde se acercó a Monse y Alonso.
- Oigan, hoy en la tarde mi familia me hará una mini once, pediremos pizza, muuuuuucha pizza y pasaremos el rato, les tinca ir?- le propuso Mati a sus amigos.
- Obvio!- dijeron ambos.
- Oye, y si invitas a la profe Aurelie?, Su regalo fue muy bakan y ella nos ayudó a organizar esto también, sería un lindo gesto con ella- dijo Monse
- Sabes que si, lo tenía pensado, también había pensado invitarla a mi fiesta, pero me da cosita- dijo Matilde
- Ay, pero ¿Por qué? Si quieres yo le digo lo de la tarde, pero tú tienes que invitarla a tu fiesta, tienes que darle invitación y todo.-
- Ya, dale, tu dile ahora y yo más tarde le voy a pasar el sobre y le diré que lo abra más tarde, dale?- dijo Matilde.
- Bueno, solo porque es tu cumpleaños -dijo Monse para luego comenzar a caminar hacia Aurelie.

Aurelie vió a Monse acercarse y le causó un poco de curiosidad pues venía un tanto ansiosa por así decirlo.
- Profe, ehh... hoy en la tarde le harán una once a Matilde por su cumpleaños y pues queda invitada, si es que no tiene nada que hacer.
Aurelie quedó sorprendida ante la invitación, pero a la vez muy emocionada y lo único que dijo sin pensar en nada más fue.
- Si, no tengo nada que hacer, ahí estaré- dijo muy emocionada
- Oh, ya bakan, Mati estará feliz- dijo Monse para luego alejarse.
"Que me voy a poner? Van a estar sus papás, podré disimular? De seguro Matilde se verá hermosa, como siempre, me maquillo mucho o poco?, Llevo otro regalo?, Llevo algo para comer?". Se puso a pensar Aurelie a penas Monse se alejó, pero aquella hermosa voz la sacó de sus pensamientos.
- Ehh profe, le quería pasar algo, pero no lo abra ahora, ábralo más tarde cuando esté sola- dijo Matilde algo nerviosa y extendió hacia Aurelie un sobre.
Aurelie recibió curiosa el sobre.
- Ehhh gracias Mati, muchas gracias y oye, me di cuenta de que te gusta Mamma Mía, a mi igual me gusta, o sea me encanta, un día deberíamos verla juntas, no sé si te tinca- dijo Aurelie sin pensar en que casi invita a una cita a Matilde.
- Si, obvio, pero advierto desde ya que yo canto a todo pulmón- dijo Matilde entre risas.
- Tranquila, que yo tambien- respondió Aurelie.
Acto seguido como por cosa de instinto ambas se abrazaron fuertemente, parecía que el resto del mundo se desvanecía, no había nadie más solo ellas dos...

Profe, Creo Que La Amo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora