Nuestras primeras citas.

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Chanyeol se despertó mareado. Estaba empezando a recordar un sueño sobre una sórdida historia mientras, restregándose los párpados, intentaba luchar contra el sueño que parecía aún controlar sus extremidades. Demasiado adormilado prefirió seguir durmiendo pero cuando se giró para realizar tal fin, sobre la almohada se encontró con el rostro de Kai que aún dormía a pierna suelta. Chanyeol contuvo un chillido y con torpeza se echó hacia atrás con tan mala suerte que cayó fuera de la cama. Chanyeol se levantó tambaleándose y tirando todo aquello a lo que por accidente daba un manotazo. Kai arrugó el rostro y abrió los ojos al principio algo contrariado, sin embargo, acto seguido sonrió contento. Se sentó, despeinado y con los ojos entrecerrados. A los pocos segundos abrió solo un ojo y con su típica sonrisa de lado se rió por lo bajo.

— ¿Qué tal has dormido, Chan-chan?—se detuvo disfrutando de cada sílaba al pronunciar su nombre de aquella manera.

— ¿Podrías salir de mi cama?

— ¿Qué?

— ¡Sal de mi cama!—chilló nervioso el nombrado.

— ¿Pero qué coño te pasa? ¿Así tan malhumorado te levantas todos los días por la mañana? Jo-der…

—Cómo me levanto todos los días no es de tu incumbencia. ¡Vamos, sal de ahí!—Chanyeol entre aspavientos, se arrimó y tiró del brazo a Kai forzándolo a salir. Este por su parte estaba desnudo pero a Chanyeol no pareció importarle. De igual manera lo dejó de pie en mitad de su habitación sin nada puesto, aun medio dormido, aún sin terminar de creerse su repentino alboroto.

Chanyeol hecho un saco de nervios recogió la ropa que estaba tirada por el suelo y se la lanzó justo impactando al caer sobre sus partes íntimas, allí donde Kai las cazó al vuelo.

—Ay…—se quejó dolorido tensionando los músculos la nariz y el entrecejo.

—Vístete rápido y vete —ordenó intransigente.

— ¿Pero es que esto va en serio? ¿De verdad me estás echando? A ver, ¿puedo saber a qué viene esto al menos?—Kai al rato no dejaba de sonreír incrédulo.

—Viene a que lo que anoche sucedió entre nosotros no tuvo que haber sucedido. Estuvo mal y no quiero pensar en ello ni que tú pienses en ello, así que hagamos como que no pasó nada. Tú vuelve a tu rutina y yo volveré a la mía.

—Sí, claro. Y ahora me dirás que no lo disfrutaste. ¿Por qué no lo disfrutaste, verdad Chanchan?—Kai avanzó enfrentando muy de cerca al otro que quedó acorralado cerca de su mesita de noche. Chanyeol solo llevaba la ropa interior. Kai lanzó una mirada hacia abajo. Lo escrutaba con la mirada, parecía estar a punto de besarle, incluso sus manos se relajaban y parecían dejar caer la bola de ropa que lentamente se estaba escurriendo de entre sus dedos. Chanyeol tragó saliva y apartó la mirada de aquellas manos y entrepierna para devolverla a los ojos.

—No, no lo disfruté. Lo que sucedió no fue natural y no quiero que se repita.

— ¡Venga ya, Chanyeol! ¿Qué pasa ahora? ¿Es porque nuestros padres se acuestan juntos? ¿Sabes una cosa? Tú y yo no compartimos la misma sangre, relájate un poco joder. Yo te gusto y tú me gustas, ¿no puedes simplemente dejarte llevar y disfrutar?

—No, te equivocas. No pienses que me gustas porque anoche permitiera que me tocaras. Anoche yo no me encontraba bien y es más, diría que te aprovechaste de mi momento de debilidad, así que si eres tan amable, te pido por favor que te vayas…—la voz de Chanyeol sonaba dura, fría. Kai endureció su rostro también. La sonrisa incrédula le había abandonado por completo y ahora parecía muy enfadado. En silencio le dio la espalda, comenzó a vestirse y en menos de dos minutos ya se alejaba en dirección a la salida. Chanyeol no se había movido lo más mínimo cuando escuchó el portazo. Suspiró. Por fin volvía a estar solo. Chanyeol agradeció que su madre no anduviera por allí  a esas horas. Lo que menos quería era tener que aguantar momentos incómodos y caras largas.

Es dificil olvidarte | KaiyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora