hey tú! ¿quieres un café?

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La hermana de Félix, Jihyo, se fue de luna de miel con su marido, Daniel, dejando a su hermano menor a cargo de su hijo, Jisung, que a pesar de tener ocho años, sus padres no se habían casado hasta ahora.

Jisung, desde que estuvo en una cafetería en el centro con sus padres, tiene el deseo de abrir una cafetería, o trabajar en una.

-Ya te he dicho que no puedes trabajar en una cafetería, Jisung.-habló el peli naranja, algo harto de la insistencia del niño.
-¿Pero por qué, tío Félix? Yo quiero.-preguntó con un puchero.
-Porque eres muy pequeño, Sungie.
-¡No lo soy! ¡Soy un niño grande!-reclamó.
-Los niños grandes no hacen berrinches.-contraatacó el mayor, pero al ver la cara triste de su sobrino se arrepintió.-hey, hay mejores cosas que hacer con tu edad que trabajar tan temprano. ¿Qué te parece si después de ducharme vemos una película de Disney?
-¿Frozen?-preguntó el niño, con un brillo en sus ojos.
-Claro que sí.-respondió el mayor, con una sonrisa. Revolvió su pelo- Ahora sé buen niño y no hagas nada peligroso mientras me ducho, ¿sí? Que si no mamá me deja calvo.
-Eso sería gracioso.-murmuró el niño mientras soltaba una carcajada.

El peli naranja se dirigió al baño para darse su ducha. Mientras tanto, Jisung no iba a dejar su repentino deseo de lado. Se aseguró de que su tío estuviera en el baño para salir corriendo a su habitación, coger su pequeña pizarra y escribir con la mejor caligrafía posible: 'Sunggie's cafe'. Fue corriendo hasta la puerta de la entrada, la abrió y colocó la pequeña pizarra al lado. Se sentó y solo esperó a que alguien pasara por allí para informarle de la existencia de su cafetería.
15 minutos pasaron, Félix estaba a punto de salir del baño cuando Jisung escuchó que alguna de las puertas del piso de arriba se abría, volvía a cerrarse, y escuchó pasos por las escaleras -no hay ascensor- cada vez más cerca de él hasta que pudo ver a aquella persona. Chan, que sólo tenía planes de salir a caminar como toda mañana, se encontró con el niño mirándole con una sonrisa. Chan era alto, rubio, joven, bastante guapo diría yo. Jisung no se cortó ni un pelo en invitarlo a ser su primer cliente.

-¡Hey, tú! ¿Quieres un café? ¡He abierto una cafetería!-gritó el niño, feliz.
-Uhh...-el chico lo miró confundido, sin saber muy bien qué decirle.-Debería de avisar a los padres de este niño.-pensó.
-¿Qué me dices?-sonrió el pequeño, ilusionado.
-Sí, claro.
-¡Bien! Pasa.-sonrió y entró, dando pequeños saltitos, en la casa.
Chan le siguió algo inseguro, pensando que quizá el niño estaba solo en casa al ver todo tan organizado y callado. Pero su pensamiento se esfumó cuando vio a un chico peli naranja, de pecas, delante suyo.
-¡Ah! ¿Quién eres? ¿Qué haces en mi casa? ¿Cómo has entrado?-gritó asustado, dando un paso atrás.
-Uh, este... M-me llamo Bang Chan, o Chris, como quieras... Soy el vecino d-de arriba.-contestó nervioso. Félix le miró confundido, ¿qué hacía ese guaperas en su casa?
-Ah... ¿Cómo has entrado?
-Este, solo quería-
-¡Tío Félix! ¿Cómo se hace un café?-apareció Jisung de repente, interrumpiendo al rubio.
-Ya decía yo que luce muy joven para ser su padre-pensó Chan.
-¿Perdón? Jisung, oh dios, ¡ya te he dicho que no puedes trabajar en una cafetería! ¿Cómo se te ocurre dejar que entre un desconocido en casa?
-Dice que ha abierto una cafetería... Sólo quería venir a avisar, por un momento incluso pensé que estaba sólo en casa...-dijo Chan.
-Gracias, y lo siento por las molestias, pero... Bueno, no hay ninguna cafetería-sonrió incómodo. Chan dejó salir una risita.
-No, tranquilo, solo quería avisar.
-¡Tío Félix, no seas así! ¡Deja al menos que se quede! ¡Estoy seguro de que quiere un café!-insistió Jisung.
-¿Qué te ha dado con las cafeterías y el café?-preguntó Félix confuso.- Y no molestes al vecino, estoy seguro de que le estás incomodando.
-¡Tío Félix, por favor! ¡Solo él, nada más! Y encima, a tí no te viene mal, siempre estás solo...
-Sung...-suspiró-no digas eso...-todo se tornó algo incómodo entre los tres. Chan no sabía a dónde mirar ni qué hacer.
-Al menos deja que se tome un café y luego se vaya...-repitió Jisung, Félix suspiró y miró al vecino.
-¿Te importa...?-preguntó.
-Oh, claro que no.-sonrió Chan.
-¡Bien!-gritó Jisung y corrió hacia la cocina.
-Lo siento, no sé qué le ha dado a mi sobrino por esto de las cafeterías. Desde que fue a una con sus padres, no deja de decir que quiere trabajar en una.-habló Félix.
-Ah, no te preocupes. Los niños son así, yo cuando era pequeño quise abrir una pastelería y terminé quemando la cocina de mi casa.-Félix le miró con una sonrisa y ambos rieron bastante fuerte.
-¡Vamos!-gritó Jisung desde la cocina.
-Vamos.-repitió con su suave voz Félix, guiando al mayor hacia la cocina.
En la cocina había una pequeña mesa y cuatro sillas, a pesar de que Félix vivía completamente sólo y nunca tenía visitas, aparte de su hermana, sobrino y Daniel. Jisung estaba sentado en una de ellas, Félix le dijo a Chan que se sentara y que él prepararía el café. Chan hizo caso, sentándose enfrente de Jisung.
-Uhm, nunca te he visto por aquí.-habló Félix, intentando empezar una conversación.
-Oh, eso es porque me mudé hace poco. Una semana o así.
-Ah...

Hey Tú! ¿Quieres Un Café? || Chanlix ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora