Lost in your purple [KOOKV]

27

    Los ojos del castaño se abrieron en sobremanera, se sentó sin pensarlo dos veces y miró a los lados, percatándose al instante de que no se encontraba en su habitación. Barrió el lugar con sus ojos y en su cabeza cayó el recuerdo de lo que había sucedido hace unas horas; se había dormido al lado de Jungkook, al parecer, profundamente. Todo después de haberse… ¿besado?

La sangre subió con intensidad hasta su rostro y cubrió el nombrado con sus manos. Ah, que sí había pasado y la vergüenza se lo estaba comiendo vivo. Sin embargo, no se sentía mal.

Taehyung se colocó de pie, salió con la idea de encontrarse con el azabache y tomó las escaleras para bajar a la primera planta. En ese momento, una risa burlona se escuchó desde la cocina y el omega no dudó en identificar de quién se trataba. Gongyoo salía con una gran sonrisa y su hijo, muy parecido al primero, lo seguía con sus mejillas más que rojas.

—¿No dijo que ya se iba? —Preguntó con fastidio el menor, intentando no alterarse por la otra persona.

Gongyoo con inmediatez sintió la presencia del omega y volteó hacia las escaleras, sonrió levemente y el castaño no pudo hacer más que devolver tal expresión, pero de una forma menos natural.

¿Cómo describir al padre de Jungkook? Era una persona con una presencia intensa dado a su categoría de alfa puro, su mirada era muy fuerte y también sus rasgos, sobre todo esos colmillos que eran mucho más pronunciados que los de su único hijo. La piel blanca de los dos era una característica general de su linaje, pero en el mayor tal característica, más de resultar atractiva, era lo que complementaba todo su ser imponente.

Para aquél que lo vea es un hombre frío y temible, pero para aquellos que lo conocen, se dan cuenta que eso sólo es una parte de su propia persona. Si es caso, la última de ella.

—Ah, Taehyung —saludó, aún con esa sonrisa—, ¿cenarás con nosotros?

—Usted dijo que ya se iba —intervino Jungkook, quien ha sido gran testigo de lo que verdaderamente es Jeon Gongyoo.

—Puedo cancelar mi cita, después de todo, es algo importante para el pequeño Jungkookie.

—¿Qué? Dios, no —se apresuró a decir el castaño, a la misma vez que negaba con su cabeza y mantenía su rostro muy rojo. Era obvio que Gongyoo sabía sobre el tipo de relación que los menores estaban manteniendo—. Además, debo ir a mi casa. Mamá… ha de estar muy preocupada por mí —informó.

Jungkook no tuvo más remedio que aceptarlo, pero no dudó en ofrecerse para acompañarlo, pensando a su vez que el castaño se enojaría al tratarlo como a una "damisela". Mas se sorprendió al escuchar una respuesta positiva.

Las dos personas salieron muy tímidas debido al palabrerío de Gongyoo. Jungkook ya estaba harto y a regañadientes se despedía de él.

Era una relación muy rara, pero no incómoda.

—Tu padre es… —habló el castaño.

—¿Estresante? —Completó la oración, mientras negaba con su cabeza y mirada hacia al frente.

—Sorprendentemente divertido —corrigió y mostró una pequeña sonrisa.

—¡¿Qué?! ¡Por supuesto que no lo es! ¡Sólo me fastidia y se burla de mí! —Alegó, intentando no creer lo que había salido de la boca de Taehyung—. Y además, tú no has visto a ese monstruo cuando algo le fastidia. Es como… Ugh —colocó una de sus manos en su frente.

—¿Aterrador? —Preguntó, sintiéndose muy bien al notar la naturalidad en que el menor se lograba expresar.

—¡Es un demonio, Hyung! —Declaró—. ¡Es la mismísima muerte cobrando las vidas de los débiles!