Lost in your purple [KOOKV]

03

      La feria era al aire libre, muchas luces artificiales y las estrellas iluminaban la zona, lo cual hacía que el momento fuese mucho más agradable para todo el que visitara el evento.

La idea del helado había sido pospuesta debido a que el clima estaba un poco frío.

—¡Chocolate caliente! —Alegó Taehyung, mientras tomaba a Jungkook del brazo y lo arrastraba a uno de los puestos de comida—. Hola —saludó a la linda señora en la caja.

—Unos guapos jóvenes en una noche cautivadora. ¿Qué van a ordenar? —Preguntó.

—Un chocolate caliente para mí, por favor. ¿Puede tener malvaviscos arriba?

—Por supuesto.

—¡Gracias! ¿Y tú, Jungkookie?

—Lo mismo. Gracias.

Después de cancelar la cuenta y recibir sus bebidas, se dieron a la tarea de caminar en la gran feria que emocionaba mucho al castaño. Eran desde cuadros hermosos, figuras moldeadas con todo tipo de material, hasta objetos extraños/diferentes que hablaban mucho sobre la personalidad del artista. Todo estaba a la venta y los precios variaban mucho.

La experiencia era buena incluso para aquellos que no llegaban a comprar nada.

—Por cierto, Hyung —habló Jungkook, mientras caminaba a su lado—, ¿aún sueñas con tener tu propia exposición de arte?

—Por supuesto —respondió—, cuando me gradúe me quiero dedicar a crear cuadros que hablen de mí y sobre cómo veo la vida.

—Llena de colores peculiares y perspectivas únicas. Ah, se escucha genial —comentó el menor.

Los dos se acercaron a unos escalones y se sentaron en uno de ellos, para después mirar al frente y mantener sus bebidas calientes entre sus manos.

—Jungkookie —rompió el silencio el castaño y el nombrado lo observó—, ¿alguna vez te hablé sobre cómo veo los colores?

—Sólo un poco, pero no creo tener la capacidad de encontrarle sentido a ello. Digo, a estas alturas el naranja para mí sigue siendo eso: un color.

—Vibrante y atrevido, lleno de retos y seguridad de sí mismo —dijo lo que pensaba ante el color mencionado y tomó de su bebida.

—Exactamente eso. Simplemente no puedo dejar de ser literal ante ello.

—Por eso estás condenado a un trabajo lleno de normas establecidas y verdades innegables —molestó el castaño y sonrió en grande.

—Si intentas sacarme de quicio, no está funcionando. Sólo quiero ser alguien que pueda considerarse un apoyo para las personas que más quiera.

—Se me vino a la cabeza el color azul —dijo el mayor, aún sonriendo al ver la cara llena de confusión de Jungkook.

—¿Te han dicho que eres raro? —Preguntó.

—No, sólo lindo, pero nunca raro —admitió con aires de narcisismo.

—¿Tienes un color para todo, o es mi idea? —Habló en un intento de broma y notó cómo el castaño asintió—. ¿Hasta para el viento, niño loco?

—Blanco.

—Joder. —Rió.

—Yo… siempre te había visto de un color, ¿lo recuerdas?

—Era amarillo, ¿no?

—Hoy cambió, y ya no encuentro de nuevo ese amarillo.

Jungkook enarcó una de sus cejas al intentar comprender el hilo de la conversación que mantenían, pero seguía siendo muy complicado para él.