Todo está oscuro, a diferencia que otros niños, cuando Thomas cierra los ojos, dispuesto a conciliar el sueño, no hay nada, no hay sueños, no hay colores, ni recuerdos, no hay nada, solo oscuridad aromatizada con horrible olor, un olor ácido, metálico y repulsivo al que no logra acostumbrarse.
Thomas se levanta cansado, tiene sueño, escucha a su padre gritar al marcharse golpeando la puerta, no entiende porque siempre está enfadado, no entiende porque siempre está cansado, no entiende porque nunca quiere jugar con él, a ningún juego, ni a los Legos, ni a los superhéroes, ni a la pelota... - a papá no le gusta nada - piensa Thomas... Mamá llora a menudo y Thomas tampoco lo entiende.
Hace un día soleado en Portland, Oregón, a Thomas le gustan esos escasos días, esos días en los que hay mucho sol, tanto que la claridad le molesta levemente en sus enormes ojos verdes, pero a Thomas no le importa, le gustan mucho esos días en los que puede jugar con sus amigos en el patio y pasear con mamá en la orilla del río, en busca de renacuajos con sus katiuskas favoritas.
- A papá tampoco le gusta ese juego,dice que es peligroso, pero máma y yo somos grandes exploradores, mamá dice que es nuestro secreto. Le dije a mamá que me gusta pasear con ella y que me gustan los días que no son oscuros, que me gustan porque cuando hay luz no tengo miedo. Porque en la luz nunca huele extraño. Máma se rió, creo que igual que yo no la entiendo, ella no entiende porque lloro -
Todo está oscuro - otra vez - y aunque no es una noche fría y Thomas está envuelto en las mantas de spiderman más calentitas que su madre pudo encontrar, tiene frío, un frío gélido, que nunca antes había sentido. Thomas tiene los ojos cerrados, e intenta soñar con el sol y los días cálidos que le gustan, pero no puede porque todo está oscuro, no hay nada, nada más que ese olor horrible y familiar, que cada vez es más fuerte y a la vez thomas tiene más y más frío, un frío que le hace tiritar, mientras que su corazón va cada vez más rápido, como en una montaña rusa todo pasa muy rápido, y todo aumenta a la vez, el olor y el frío y sus latidos.
Thomas cierra con fuerza sus ojos - tienes que estar quieto - se dice a sí mismo, en un intento fallido temblando se agarra la boca con las manos, intentado dejar de tiritar, intentando no hacer ruido, no sabe porque pero sabe que no puede hacer ruido. El olor cada vez es peor, es insoportable , Thomas se quita una de las manos de la boca y se tapa la nariz, pero lo sigue oliendo, siente una fuerte presión entre el pecho y la garganta,nunca había sentido eso antes, le duel, no puede respirar y aún así el olor sigue ahí, más fuerte que antes.
Desesperado grita por su madre y abre los ojos, la única luz es la de las farolas que se cuela por su ventana, pero no es la luz que a él le gusta, esta luz es fría y oscura. Thomas que estaba mirando a la puerta, se vuelve consciente de la presencia de una figura situada al lado de su cama, es un hombre, lo puede distinguir bien, este está desnudo, es alto y parece fuerte y toda la piel que recorre su cuerpo es de color rojo, Thomas cree que parece pintura ya que a él hombre no le duele. En la oscuridad se distingue en él hombre rojo una expresión enfadada, pintada en una cara del mismo color que su cuerpo y anormalmente grande, la figura se mantiene inmóvil y en silencio, con sus enormes manos apoyadas en la cama de Thomas. Cuidadosamente el hombre se aleja, abre el armario de thomas, se mete dentro y lo cierra con sus largos y afilados dedos, una vez dentro a través de las rendijas de la puerta, Thomas observa cómo el hombre rojo lo observa y le sonríe, con una sonrisa que Thomas no había visto antes, no solo por el tamaño y desproporción de esta, sino por que era una sonrisa que no era de felicidad.Thomas seguía tiritando pero ya no lloraba, para cuando su madre llegó y encendió la luz.
Thomas puedo por fin apartar la mirada de la sonrisa ensangrentada del hombre rojo pues ya no lo veía. Thomas llora en los brazos de su madre, esta horrorizada le mira la mano derecha, está sangrando, por las heridas que le propio niño se había causado con los dientes al agarrarse la boca, la mujer desconcertada, se tumba en la cama y deja la luz encendida.
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Cierra los ojos
HorrorEsta novela será un conjunto de relatos cortos, basados en dibujos de niños que encontré que son cuanto menos inquietantes. Me parece fascinante los lugares a los que la mente es capaz de llevarnos y os invito a adentraros en estos pequeños mundos d...