Luego de haber salido de la cama, decidieron tomar un baño juntos, esta vez apenas compartieron besos y leves caricias.
Ahora se encuentran en el sofá cubierto por una gran sábana, pues tuvieron que ponerse a lavarlo por culpa de su calentura. Y aunque no demoró en secar porque era una pequeña mancha, Erick obligó a Joel para vestir de esa forma el mueble.
El mayor se encuentra con la cabeza apoyada en las piernas cruzadas del menor, mientras que el último sostiene en sus pequeñas manos un tazón mediano lleno de aritos de cereal coloridos con yogurt de vainilla. Anteriormente ya han desayunado huevos revueltos con panqueques y tocino, añadiendo una taza de café para Joel y un vaso de zumo de naranja para Erick.
Y sí.
Joel tuvo que lavar su boca al terminar.
Ordenes de Erick.
Pero el ojiverde siempre está con hambre, así que literalmente está comiendo lo primero que encontró. Además, le gusta la cuchara celeste con un corazón al final y el tazón del mismo color con nubes que lo hacen más bonito.
—¡Erick, me volviste a tirar tu comida! —exclama Pimentel, limpiando su mejilla y haciendo un puchero mientras continúa viendo la película que ambos escogieron.
Ratatouille.
Entre risas, comentarios sobre lo que sucedía a cada segundo en la película, además, ambos tararean la música que suena.
—¿Te gustaría tener un chefcito?
Erick se remueve incómodo, ocasionado que Joel se levante y siente a un costado, imitando su posición. Se estira para colocar el servicio en la mesa y arregla su cabello con nervios.
—Escucha, creí que es muy pronto para hablar sobre eso, ¿no crees? Apenas nos estamos conociendo, físicamente claro está. Un bebé es una responsabilidad muy grande, además, yo no sé si pueda concebir —termina de hablar sin mirarlo, jugando con sus pies cubiertos por cortos calcetines con dibujos de fantasmas animados.
—Erick...
—Lamento arruinar tus ilusiones de tener la familia perfecta y esas vainas.
—Me refería a la rata —comenta Joel, mordiendo su labio para no reír.
—Y si decides... espera, ¿qué? —voltea a mirarlo incrédulo, se coloca de rodillas y sujeta su mentón con poca fuerza—. ¿Eres consistente de todo lo que dije para que al final me salgas con que hablabas de la rata? ¡He quedado en ridículo por tu culpa, imbécil! ¡Ya hasta siento que tengo cara de payaso!
Joel comienza a reír como si no hubiese un mañana.
Erick hace un puchero y cruza sus brazos, sintiendo avergonzado.
—Ven aquí, cosita preciosa —pide entre risas Pimentel, secándose las lágrimas.
—No —murmura, dándole la espalda aún de rodillas en el sofá.
Su boquita se abre de sorpresa cuando es cogido por la cintura y tumbado al pecho del mayor, quedando sus piernas desnudas levemente extendidas, alzando en el acto la remera sin mangas que se ha colocado y dejando a notar su pequeño short verde con puntos negros. Su delgado cuerpo es envuelto en los fuertes brazos de su acompañante, el cual, al tenerlo así tan aturdido ante él, lo besa.
Erick en su confusión demora en cerrar sus ojitos, separa con lentitud sus labios y deja que la lengua de Joel explore su interior a su gusto. Lleva una mano al cuello del rizado para acercarlo más.
Después de varios minutos de compartir ese beso, se separan dejándose leves picos.
Los dos sonríen aún con los ojos cerrados.
