Capitulo 3

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Barson siguió su camino a través de aquellos campus, en dirección completamente opuesta a lo que solía recorrer por las mañanas, la facultad de Literatura estaba justo a un lado de su unidad de departamentos, si tan solo hubiera tenido el valor de enfrentar a su padre podría haber mantenido su vida universitaria allí, suspiro enormemente al estar cerca de aquel, las rejas que marcaban de nueva cuenta el inicio a Blackwood eran su única separación, una línea recta en sus labios fue rechazada y reemplazada por la elevación de ambas de sus comisuras en una gran y pura sonrisa.

Aquel edificio siempre fue su principal objetivo, recuerda las noches en vela escribiendo miles de historias sin final, siempre había sido adicto a el ruido que lograba hacer el trazo de un lápiz o el teclear en su computador ,la más mínima idea sobre algo en su cabeza, un simple grillo le daba la inspiración de escribir una historia alrededor de él, involucrando mil y un personajes para crear la mejor vista de un resplandor de escritura, era feliz, la literatura lo hacía feliz y nadie más que Max podía entenderl.

Vivida tenía la noche en la que decidió hablar de su pasión frente a su padre, la mirada de repudio salida de sus ojos acompañado de un " Los hombres de esta casa tienen un objetivo, no escogerás algo destinado a lo femenino " , como aquella simple acción desencadenó la pérdida de la mitad de sus escritos a manos de su progenitor, leer aquellos sentimientos plasmados en una hoja, Agradeciendo a un chico, amando a un hombre, volvió al adulto loco "Estas más que perdido, siempre has sido anormal", obligándolo a el mismo a deshacerse de aquellas, tocó su brazo recordando aquel tacto sobre su piel, las fuertes manos de su padre envolviendo este mientras algunos jalones y fuertes gritos aparecían, sus hojas hechas pedazos en el piso con aquel encendedor en mano, Quema tus ideas y se, al menos , un orgullo laboral a la familia.

Agito su cabeza en un intento de deshacerse de aquellos recuerdos, mucho por solucionar y está vez el castaño solo quería felicidad, pelearía con su mente después, tanteo su pantalón buscando su cartera ¡Genial! Era aquello lo que había olvidado al salir tan apresurado del departamento, al rodear el campus salió del territorio universitario, necesitaba su gafete para acceder de nuevo, pero había llegado a la parte trasera de su unidad de vivienda, no estaba tan lejos, sería cuestión de subir a su habitación por su identificación y por fin poder explorar su sueño, lo haría lo cumpliría, no era seguro del como pero lo lograría.

Asintió levemente hacia la estructura color vino que era la facultad de Literatura y giro sobre sus talones para entrar a su unidad de vivienda, la seguridad de esta era decadente a estas horas, todos estaban en clases, no había guardias en la puerta trasera, Tomo las escaleras hacia el quinto piso, caminando seguro hacia su habitación, jugando con las llaves de la misma, mientras tarareaba una canción, pero algo anormal captó su atención, ¿Por qué su puerta estaba entre abierta? ¿No había el asegurado antes de salir? Su caminar bajo de velocidad, empujo ligeramente la entrada a su cuarto y asomo su cabeza para ver una figura sentada sobre su cama, con lo que parecía una hoja en sus manos, millones de papeles regados por el piso de aquella habitación, sus escritos, sus ojos lagrimearon lentamente al ver algunos de ellos rotos o incompletos, no de nuevo... por favor, no de nuevo

– Bienvenido a casa, niño bonito– Esperaba no escuchar esa voz en un largo rato, anhelaba no volver a escucharla jamás honestamente– ¿Por qué no entras y me escribes una carta? Sigues escribiendo a mi gemelo muerto ¿Sabes que eso no lo hará regresar? Yo puedo darte lo que el ya no, o lo que alguna vez te negó–

– Solo vete Nathan por favor, Déjame tranquilo–levanto su acuosa mirada, llena de odio y repudio, aquellos eran su más preciados recuerdos y ahora sólo eran pedazos rotos – ¿No puedes dejarme en paz de una maldita vez? Deberías estar buscando al asesinó de Max, en lugar de estar detrás de su ex novio, entiéndelo tú no me gustas ¡Tú no eres él! ¡Jamás serás la mitad de lo que él era! ¡Que sus genes físicos los hagan ver parecidos no significa que yo...–

Sad, Beautiful and Tragic PerfectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora