EL SOLDADO CAÍDO (FURIA)

Las tragedias siempre llegan por dos

Bueno y aquí se encuentran los que hasta hace unos momentos era un grupo de amigos camino a un parque a disfrutar un día libre, el infeliz de Carlos cómo siempre había decidido por todos y los acababa de condenar, posiblemente a una cárcel o la misma muerte.

No era la primera vez que Carlos decidía que tenía que hacer algo estúpido para "arreglar" lo que le molestaba, y con esa palabra los metía en cada problema, de hecho la semana anterior habían tenido que lavar la ropa de todo el batallón porque al hombre se le ocurrió desafiar a uno de lo más rudos del pelotón y en eso hizo que cayera de para atrás rompiéndose la columna contra un tubo metálico que sostenía uno de los tantos campamentos, no murió pero si quedo paralizado, dicen que le tienen que dar de comer en la boca y hacer todo por él, quedó hecho un inútil. Cuando el general quiso averiguar qué había pasado, Carlos no tuvo reparos en decir que el tipo era quien les había desafiado, y que en nombre de todo el "grupo de amigos" lo había enfrentado y que lo volvería a hacer si alguno se lo pedía...

El General no dijo nada más, pero si se encargó de que la familia del hombre recibiera una buena cantidad de dinero, "por el inconveniente", y desde entonces tenía sus ojos puestos sobre esa bomba de tiempo, un sexteto de muerte que terminó por acabar con su propia vida.

Cuando Joaquín entro en razón y estaba más calmado, Antonio le dijo que debían volver al batallón, después de todo, si volvían y no decían nada de lo que había pasado, seguramente nadie les tendría en cuenta para las investigaciones. El muchacho aunque seguía asustado, le pareció mejor esa idea, antes de seguir en las calles del pueblo, huyendo como un delincuente.

"Qué vamos a hacer?" Dijo Joaquín al borde del llanto, Antonio con esa voz de papá que solo él tenía, le contestó que no sabía, pero que por lo pronto debían tener un perfil bajo, solicitar un traslado si se podía, y alejarse de Carlos y de Alfredo. Aún no sabían si Ramón y Crisanto habían regresado al batallón, tal vez juntos podían idear un plan para hacer que Carlos se entregara y confesara, eso los liberaría de algo que no hicieron, ya era tarde para denunciar, no debieron haber huido, ahora deben actuar según las circunstancias.

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"Pueblo chico infierno grande", eso era lo que se estaba viviendo en el pueblo, y las noticias volaron al batallón, la Policía ayudó mucho en los informes finales y en las investigaciones preliminares, hicieron que todo el ejército pusiera la mira en cada uno de sus miembros, día tras día, la tensión era mayor, el estrés y la ansiedad de ser descubiertos o acusados injustamente para dar respuesta pronta a Doña Clotilde, hacían su buen trabajo, al interior de los campamentos, todos se odiaban, todos sospechaban del otro.

Llegó un momento en que Alfredo pensó que no había sido buena idea regresar ese día, tal vez debieron haber huido. Nuevamente como hacía un año, este hombre se encontraba en esa encrucijada de haber hecho lo correcto o lo que era mejor para todos, en especial para Joaquín, el testigo clave en todo eso, quien podía darle fin a la agonía que estaban viviendo.

Como si algo fuera de lo normal hubiera ocurrido ese día del asesinato del General, los seis amigos tuvieron la misma idea de regresar al batallón, con la esperanza de no ser descubiertos, pero el Teniente que venía siendo avisado por el General de lo que estos hacían, no les quitó los ojos de encima durante días, tratando de descubrir si el asesino estaba entre ellos.

El que primero descartó fue a Joaquín, después de todo parecía ser una víctima más de la atrocidad de la guerra y por su puesto de Don Crisanto papá, siempre le pareció un muchacho extraño, pero estaba ahí por su familia y era obvio que no tenía el cerebro para planear algo así.

Crisanto, era obvio que lo pudo haber hecho, pero Ramón no lo encubriría, por el único por quién daría la vida si fuera necesario sería por Antonio, así que aunque le encantaría tener razones para dar de baja deshonrosa a semejante pelmazo, no había sido él.