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Alábalo

Los planes para ese día eran sencillos, no hacer nada.

Solo se recostarían en el sofá, pondrían una película, comerían palomitas y dejarían que la tarde se fuera entre besos.

Claro que todo eso fue antes de que YoonGi recibiera una llamada que lo dejó mucho más pálido de lo que ya era.

Sucedió cuando preparaban las cosas para su tarde de película, ambos estaban en la cocina, procurando tener todo listo antes de hundirse en el sofá y olvidarse del mundo, con él abrazando su cintura y mucho más empalagosos de lo que ya eran, hasta que el teléfono sonó.

—No respondas, YoonGi —claro que su pequeño berrinche no funcionó.

Su novio solo tomó el celular y lo llevó a su oído, presionando una de sus mejillas juguetonamente.

—Sí, soy yo —murmuró sin borrar la sonrisa que se formó en sus labios al ver el puchero de su novio, pero aquella sonrisa desapareció poco a poco y el agarre disminuyó en fuerza, bajando el brazo con lentitud, JiMin —, ¿La siguiente semana? Sí, estaré ahí... Gracias.

Entonces apartó el celular de él, frunciendo el ceño poco después.

—Gigi, amor, ¿Qué pasó?

Tomó la cintura de su novio entre sus manos y lo acercó a él, siendo bastante sencillo cuando YoonGi estaba distraído.

—Me aceptaron.

No entendió al principio, entonces recordó que hace unos días había vuelto a enviar una prueba de su música a una productora que empezaba a ganar reconocimiento.

YoonGi estaba más animado y dispuesto a seguir intentando llegar a ese puesto por el que había luchado tanto.

—Minnie, me aceptaron.

Entonces volvió a sonreír, atrayéndolo a su cuerpo para darle un abrazo que pareció devolverle la vida.

—Lo hicieron.

—Sí, lo hicieron.

JiMin sonrió ligeramente, acariciando la espalda de su novio para que pueda calmar los pequeños sollozos que soltaba, las manos se aferraron a su camisa y pronto YoonGi lo abrazaba con fuerza.

—Sabía que lo lograrías, YoonGi —murmuró y lo alejó un poco, riendo al ver que su novio no quería soltarlo, tomó su rostro entre sus manos y limpió las pequeñas lágrimas que se asomaban por los gatunos ojos —, felicidades, bebé.

Y YoonGi sonrió, mostrando la adorable sonrisa de gomita que tenía, esa  iluminaba todos sus días.

Volvieron a abrazarse, esta vez hasta que Holly llegó, moviendo la cola y ladrando para que le presten atención.

Luego tenía a YoonGi pegado a su pecho, con una película a la que no prestaban atención mientras le susurraba cosas que hacían enrojecer las mejillas pálidas.

—¿Sabías que tus manos hacen arte? —murmuró —, cuando tengamos un lugar más grande donde vivir compraremos un piano, porque tocas de maravilla y yo también merezco escucharlo, incluso más seguido.

—JiMin...

—Amor, eres un genio musical, ya era hora de que alguien lo reconociera, no se arrepentirán, tenlo por seguro.

—Me estás avergonzado —YoonGi se removió hasta quedar con el rostro frente al de su novio, aunque el contacto visual no duró demasiado cuando se escondió en el cuello ajeno.

A guide from Park JiMin ﻬ [ j i m s u ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora