Amor. Ese sentimiento de atracción que sentimos hacia una persona que consideramos muy especial y le deseamos todo lo bueno del mundo. Esa sensación de tener mariposas en el estómago.
Eso es lo que sentía Lara cada vez que pasaba tiempo con Sadie. Ambas se conocieron en jardín de niños, desde ese momento se volvieron mejores amigas. Pero con el pasar de los años, el corazón de Lara comenzó a sentir una atracción hacia Sadie. Ya no la veía como su mejor amiga, ella quería ser algo más que amigas.
Pero Lara sabía que eso era un sueño absurdo, pues Sadie tenía solo ojos para Caleb. El chico que la traía loca.
Cada vez que salían juntas, las conversaciones siempre involucraban a Caleb, y eso era algo que de verdad rompía el corazón de Lara. Ella podía ver como su mejor amiga era capaz de hacer cualquier cosa por ese chico.
Sadie siempre lo ayudaba en cualquier cosa. Si Caleb necesitaba algo, aún mínimo que sea, Sadie estaría allí.
Pero el nunca valoro a la mujer que tiene a su lado.
(...)
El sol estaba brillando en su más alto resplandor. Una suave brisa corría haciendo elevar el pelirrojo cabello de Sadie.
Ambas chicas caminaban por el centro comercial. Como ninguna tenía que hacer, decidieron salir a distraerse por almenos unos minutos juntas.
-Ayer estuve con Caleb- la suave voz de Sadie inundó los oídos de Lara-
-¿En serio?
-Si- respondió- me pidió ayuda.
-¿Para qué?- preguntó Lara curiosa-
El pecho de la pelirroja se infló inhalando aire.
-Sobre un proyecto de ciencias- respondió sonriente-
-Eso... es genial-
A Lara no le gustaba que Sadie pasara tiempo con Caleb, pues ella sabía que él solo la usaba. Solo la ilusionaba.
Desde que Sadie y Caleb se conocieron, la pelirroja pasa más tiempo con el muchacho que con su mejor amiga. Es como si, por momentos se olvidara de ella.
Y es algo le rompía el corazón a Lara.
Lara ya no quería ser su amiga, quería ser algo más. Quería ser ella quien curara su heridas. Ser quien esté con ella todo el día.
Quería que la mirara con Sadie mira a Caleb.
La tarde pasó tranquila, entre risas y bromas por parte de ambas. En ciertos momentos, Sadie involucraba a Caleb, cosa que ya comenzaba a irritar a Lara.
La noche se apoderó del centro comercial y las luces de colores de todos los locales alumbraron el lugar.
Lara caminaba tranquila hacia su casa. El cielo oscuro estaba adornado por las brillantes estrellas y la gigantesca luna llena.
Su cabeza estaba inundada por pensamientos sobre, que pasaría si le dice sus sentimientos a Sadie. ¿Su amistad se terminaría?¿La aceptaría?¿Y que sucedería si Sadie no siente lo mismo que ella? Una parte de Lara le decía que debía decirle sus sentimientos, pero la otra parte le decía que sería lo más estupido podría hacer.
Después de estar discutiendo consigo misma por varios minutos, llegó a su destino. Al entrar a su hogar, las luces estaban apagadas, lo que significaba que sus padres no estaban en casa.
Sin darle mucha importancia a la ausencia de sus padres, subió las escaleras directo a su habitación con la decisión de cambiarse por algo más cómodo.
Una vez cambiada, su cuerpo cayó rendido sobre su cama. Sus ojos se cerraron y nuevamente su cabeza se llenó de los mismos pensamientos.
¿Cómo podía ser posible que la pelirroja le hiciera sentir esas cosas que ninguna otra persona le hizo sentir nunca?
Sus pulmones se inundaron de oxígeno y de sus labios comenzó a salir un suave canto que ella mismo había escrito.
Él no te mira como yo lo hago Él más que tristeza y angustia nunca te ha dado A lastimarte ya se ha acostumbrado Nunca valoró la mujer que tiene a su lado
Mientras las suaves melodías salían de sus labios, no noto cuando la ventana de su habitación se abrió.
Hoy he vuelto a soñarte Quiero ser lo primero que veas al despertarte Y... no quiero se tu amiga Quiero ser la persona que sabe tus heridas
Aún sin notarlo, delicados pasos se acercaron a Lara. La pelirroja escuchaba atentamente la letra de la canción, dejándola sin palabras.
Dime como hago, dime dime cómo
Cómo hago, dime cómo
Dime cómo...
El silencio inundó la habitación. Una lágrima rebelde resbaló por la mejilla de Lara. El suave tacto de los dedos de Sadie sobre la mejilla de su amiga hizo que saltara del susto. Rapidamente, su cuerpo se levanto de su cama para poder ver a la persona que irrumpio en su habitación.
Sin perder un segundo, las manos de la pelirrojas se deslizaron por las mejillas de su amiga juntando sus labios. Los ojos de Lara se abrieron de para en para, sorprendida.
Lentamente sus ojos comenzaron a cerrarse, disfrutando del tacto de sus labios.Esto era algo que por muchas noches Lara siempre había soñado.
Era como un sueño cumplido.
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