"I will protect you"

"Yo voy a protegerte, Alucard"

El silencio nuevamente se apoderaba del castillo, sus paredes volvían a ser frías como el hielo y yo me quedaba solo por segunda vez. Ni siquiera supe cómo llegué al cuarto de mi infancia en las condiciones que me dejaron esos traidores...
Quise ser amable, ofrecerles mi ayuda y por qué no, mi amistad. Y nuevamente era el idiota más grande del mundo al creer en ellos, igual a cuando te fuiste, igual que esa vez hace dos meses cuando decidiste dejarme solo e irte con Sypha creyendo que quizás se quedarían aquí...conmigo.
Y aquí estoy, tirado en el piso de mi cuarto, solo, cubierto con una sábana que está teñida de sangre... Solo con eso. Y no puedo detener mi llanto, siento que me falta el aire, que me quedaré seco de tanto llorar.

Perdóname madre... se que, te prometí proteger a los humanos en tu nombre, pero me han traicionado ¡Han querido acabar con mi vida luego de que les di todo! Incluso mi inocencia me la arrebataron.
Me siento devastado, roto y sucio! ¡Como desearía que estuvieras aquí, madre!
Me quedé un momento más ahí, hasta que caí rendido, entre sueños aún lloraba, no podía quitarme esas asquerosas imágenes de mi mente, ni siquiera mientras dormía, temblaba del pánico, tenía terror de salir de mi cuarto y ¿si esos humanos volvían? No tenía a nadie que me ayudara...  Estoy completamente solo en este enorme y frío castillo.

Fue entonces cuando escuché fuertes pisadas aproximándose, cada vez eran más cercanas a mi cuarto y comencé a temblar de miedo, mi respiración se aceleraba y sentía que el corazón se me saldría disparado del pecho, me faltaba el aire y solo podía cubrirme con esa sábana apegándome a una de las paredes del cuarto. Las pisadas eran mas fuertes, cada vez estaban más cerca y eso solo hacía que mi pánico aumentara.

-¡¡¡ALÉJENSE!!! ¡¡¡DÉJENME EN PAZ!!!-

Grité, estaba aterrado, completamente cubierto con esa sábana, no podía ver nada y solo cerré mis ojos con fuerza mientras abrazaba mis rodillas, mi cuerpo estaba muy maltratado pero me trataba de mantener consciente, sin embargo, cuando sentí que alguien me tomaba el hombro lo único que pude hacer fue gritar e intentar escapar

-¡¡SUÉLTAME!! ¡¡¡N-NO ME HAGAS NADA!!!-

Aquella persona al forcejear me quitó la sábana para descubrir mi rostro y al ver de quién se trataba me quedé paralizado

-¡¡Adrian!!-

¿Realmente eres tú? ¿O solo es una ilusión ante mi miedo? Escuchar tu voz, ver esos ojos cristalinos... ¿De verdad estás aquí, Trevor?

-¿¡¡Pero que mierda te hicieron!!? ¡¡A-Adrian por favor responde!!-

Mientras te acercabas un poco más a mí, tu mirada se llenó de pánico, estabas también furioso intentando comprender que me había pasado y yo solo podía mirarte fijamente, como si no pudiera creer que estabas ahí, no fue hasta que me aferré a ti como si mi vida dependiera de ello, sentir tu calor, tu cuerpo cerca de mi que lo creí y no pude hacer más que soltar en llanto, te había extrañado tanto, ni siquiera le di importancia a todas las heridas que tenía repartidas por todo mi cuerpo, solo quería que me abrazaras y jamás me soltaras.

-¡¡T-Trevor!!-

No dudaste en acurrucarme entre tus brazos, sentía como acariciabas mi cabello, era increíble lo seguro que podía sentirme estando así contigo.

-Por favor Adrian... ¿¡dime qué te pasó!? ¿¡¡Quien demonios te hizo esto!!?-

Ésta vez tu voz era más baja e incluso sonabas preocupado

-L-los maté...a los dos-

Apenas y podía pronunciar palabras, mi llanto me ganaba, pero por otra parte me sentía un poco más tranquilo al saber que estabas conmigo de nuevo.