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2:30 AM...

Me encontraba mirando el techo de mi habitación sin decir nada, solo miraba tranquilo dejando escapar uno que otro suspiro.

— Duerme...

Me repetí solamente volteando mi cuerpo de izquierda a derecha seguidamente, sin poder conseguir el descanso que quería.
“Otra noche que no dormiré... ¿No es así?” me dije levemente, me levanté apenas y poniéndome las zapatillas camine a mi escritorio que estaba a 2 pasos de mi cama, sentando me en la silla para si mirar hacia el cielo nocturno que se mostraba frente a mí.
Abrí la ventana dejando entrar las brisas.

—maullido continuo— Disculpa... No quería despertarte... —levemente susurré a mi gata.

Ella duerme junto a mi y estabas a mis pies cuando abrí la ventana, subiendo a mis piernas seguido a la mesa para a la final situarse en la ventana.

— No hay nada que cazar Chatsy.

Ella solo me respondió con un cerrar de ojos mientras se acostaba en el lugar.

— Hoy no hay estrellas, todo está nublado... Aduras penas se ve la luna... —acariciando al felino levemente— ¿crees que más tarde lloverá?

La gata le respondió apenas con un leve maullido “Jej es cierto” dije yo luego de dejar caer mi cabeza sobre el escritorio haciendo aun lado los cuadernos que tenía ahí.
     Pensaba en que haría el día de hoy, ya estaba aburrido de estar... Tumbado todo el día en la casa, dibujando, escribiendo y viendo vídeos en YouTube, la misma rutina ya era cansada.

— Saldré a jugar...

Dije como último motivo para sacarme de casa, pues era la mejor razón que tenía.
Al seguir pensando por un largo tiempo, mirando el celular suavemente mientras revisaba mi galería de fotos vinieron muchos recuerdos, recuerdos de aquellos momentos en los que estaba con mis compañeros, ahora ya graduados ¿nos vere de nuevo? Pensé sin más.

Y entonces fue cuando encontré la razón de la cual me quedaba trasnochado algunas veces. Sí, en lo último de mi galería estaban las viejas fotos de mi antigua pareja.

— Fernanda...

Susurré su nombre tras un leve arrebato de suspiro, es hermosa. Lo tenía en claro, pero luego de un leve quiebre de mis labios salí de la galería dejando mi celular sobre el escritorio y yo tumbando mi cuerpo sobre el espaldar de silla.

— Le prometí que no recordaría el pasado... Y mírame ahora... Teniendo varios recuerdos y luchando por no partirme aquí. Jeje...

Mi antigua pareja... No tenía el coraje de llamarla “ex” como cualquiera le dice a sus antiguos amoríos, pues para mí en verdad ella hizo lo que ninguna chica en mis 12 años de amorío realizó.
Cambio mi forma de ver a las personas y gracias a ella, comencé a ser más sociable, y comence a confiar en las personas, aún cuando estás me hicieron daño.

Fernanda era una joven chica de México, a diferencia mía.
Un adolescente de 17 años cuando recién la conocí, ella era menor que yo, aún así fue gracioso como nos conocimos.

— Jaja... Quién diría que enserio ella me mentiría acerca de su edad...

Pues sí, ella me había dicho que tenía también 17, y yo me lo creí. Era muy dulce y amigable, algo reservada pero linda a la vez.
Los dos somos fan's de MLP (Muy Little Pony) y así fue como nos conocimos, ambos en el mismo grupo de Facebook que estaba dirigido hacia el arte brony.

“Ahora... Bueno, es un recuerdo...” me dije a mi mismo. No podía permitirme recordarla y cuando lo hacía, me forzaba a olvidarla.

¿Por qué? Fácil... Prometí no volver al pasado a mi nueva pareja que tras saber cómo es mi estado actual... Y como aún la recuerdo me ayuda a volver a conseguir mi compostura...
     Es gracioso cuando llevas tanto queriendo a alguien que te corresponda de igual modo que tú lo hacías con las personas... Pero dime...
Por qué... Cuando uno tiene lo que tanto quería hace una estupidez y lo pierde todo...

— Ya basta de recordar... Hay que dormir, mis abuelos saldrán a las 5:30 y ya son las 4:10...

Me replique levantando me de la silla y dirigiendo me hacía la cama, acostándome en ella y suavemente abrazando mi almohada de siempre, cubriendo mi cuerpo con la sábana.

— Descansa Chatsy...

Me respondió con un maullido y suavemente ella se acomodo a la altura de mis pies en la cama, para si quedar dormida.
“Yo también tengo que dormir...” susurré tras recostar mi cabeza sobre mi otra almohada cerrando los ojos.

Por un instante la pude escuchar... Su voz, aunque con leve tono me susurraba... Y yo solo podía pensar que...

Si te soy sincero... Aún la extraño... Y también lamento... Con tanto, tanto corazón el que le halla hecho todo ese daño...

— Aún te extraño... Descansa...

Volviendo a mi descanso, a solo 20 min de las 5:00.