Kai Nakamura:
Sinceramente... no tengo ni idea de qué era lo que me ocurría con Gray, pero desde que le había conocido, no podía dejar de estar al pendiente. Quizá era porque parecía depender de alguien siempre y su hermano no tenía precisamente mucho interés o tiempo para ayudarle, estaba más ocupado con la empresa que de él. En parte lo entendía. Su empresa necesitaba ser atendida casi de continuo pero otra parte... le decía que era su hermano. Debía sacar algo de tiempo para ayudarle.
Para mí, Gray era como un niño solo y perdido, sin saber un idioma, sin conocer a nadie, sin saber donde ir o qué hacer. Supongo que había levantado en mí un cierto sentimiento de protección, de tenerle vigilado para que no le ocurriera nada en un país extraño como era Japón para él.
Cuando le vi en el mostrador, de pie junto a mí y temblando, supe que ocurría algo y claro... sospeché enseguida que tendría que ver con el idioma. Creí que al menos Leo le habría dado un par de palabras clave para defenderse, pero parece que no tuvo ni tiempo para eso. ¡Bueno, si Leo no tenía tiempo para enseñarle el idioma, yo podría intentarlo!
Tomé el formulario y empecé a rellenarlo. Ahora era lo único que podía hacer por él. Aproveché para preguntar a la recepcionista si había algún modo de que Gray pudiera estudiar la carrera entendiendo la materia, porque no sabía nada de japonés. Su respuesta fue sencillamente, que tenían un curso de japonés por las mañanas antes de la iniciación de las clases donde podían ayudar al alumno a aprender con mayor facilidad el idioma, pero no tenían ninguna carrera en inglés únicamente, así que marqué la casilla para su asistencia a esa clase ¡Creo que eso le vendría bien a Gray! Era lo único que podía hacer por él en este instante.
Tras acabar con el asunto de la universidad, le invité a comer en un pequeño local que solía frecuentar cuando estaba trabajando y paraba a tomar algo en los descansos. Hacían una comida exquisita, Leo y yo, más de una vez habíamos venido aquí a cenar en alguna de nuestras citas, sin embargo, creo que a Leo no terminaba de gustarle el sitio. Él acostumbraba a ir a buenos y lujosos restaurantes. Nos sentamos en la barra y tras saludarme el cocinero, le presenté a Gray, indicándole que era el hermano pequeño de mi novio.
Gray miró la carta entera ¡Claro que no entendía nada y trataba de orientarse por las imágenes! Para él solo serían signos donde yo veía letras. Le agarré la carta y le enseñé un par de cosas del japonés mientras él me prestaba atención. Fui a explicarle uno de los signos señalándoselo en el papel cuando mis dedos tocaron su mano. Él la apartó con rapidez de mí. ¡Me sorprendí! Sobre todo cuando giró su rostro en dirección contraria con cierto sonrojo. Con lentitud, también aparté mi mano algo confuso. Para ser sincero, había notado algo extraño al tocarle, algo que hacía ya mucho tiempo que no me pasaba, había sentido algo, había sentido cierta atracción por aquel moreno y su sonrojo. ¡No negaba que Gray era atractivo! Sus ojos azules llamaban mi atención como nada en el mundo, y su sonrojo lo hacía parecer tan tímido que creaba en mí un sentimiento de querer protegerle siempre.
Gray elevó su mirada hacia mí. Parecía intentar entender la situación o comprobar si todo estaba bien tras esa precipitada reacción. Sus hipnotizadores ojos azules, tenían un brillo que me fascinó al instante y es que... aquí en Japón era muy extraño encontrar chicos con ojos azules, pero los de Gray, eran espectaculares. Un azul precioso, un azul brillante que llamaban la atención enseguida de cualquiera que se topase con ellos. ¡Yo nunca había visto unos ojos azules como los de él! Y la verdad...una vez los miraba, no podía apartar mi vista de ellos ¡me hipnotizaban! ¡Me encantaban!
Me fijé en él. Siendo sincero conmigo mismo, era realmente atractivo, con un cuerpo perfecto. Quizá no sería más fuerte que Leo, pero había hecho alguna clase de deporte, lo sabía por su musculatura, pero sobretodo, me llamaba la atención la dulzura, la inteligencia para la edad que tenía, su forma cordial de dirigirse a los demás, su educación y la forma en que trataba a los demás intentando evitar problemas ¡No era un chico conflictivo en absoluto! En parte... cuando le veía, sentía algo por él pero no estaba seguro de qué era exactamente, sólo sé, que me daban ganas de protegerle y estaba a gusto en su compañía.
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Enamórame (Versión original- expandida)
RomantikGray, un chico estadounidense de dieciocho años acaba de perder a su madre en un accidente y según el testamento debe ir a vivir a Japón con su hermanastro Leo hasta que cumpla los veintiún años de edad. Gray se enfrenta a la pesadilla de su vida. U...