Era verano. Las vacaciones habían empezado hacía poco. Wirt sostenía un lápiz con una mano y una libreta desgastada con la otra. Quería escribir algún poema, pero por motivos desconocidos, la punta del lápiz no llegaba a tocar el papel.
¿Qué le pasaba? Llevaba varios meses sin poder concentrarse.
— ¡Wirt! —su hermano lo devolvió al mundo real— ¿Quieres ver lo que ha aprendido Jason Funderberker? —soltó una risita.
— Ahora no, Greg... —el pequeño lo ignoró.
— ¡Adelante, Jason! Un, dos, tres, un, dos, tres...
Greg tenía en brazos a su rana, que sujetaba un ukelele. Movía los pequeños bracitos del anfibio de manera que parecía que estaba tocando él el instrumento.
Wirt no estaba de humor, pero fue incapaz de aguantar la risa.
· · ·
— Adiós, Beatriz.
— Adiós, Wirt
· · ·
¿Quedaban todavía en sus pensamientos recuerdos de aquellos hechos? Entonces... ¿Ciertamente fueron reales...?
· · ·
— Wirt... —Greg intentaba despertarlo sin conseguirlo— ¡Wirt!
Levantó la cabeza del escritorio, aún con los ojos cerrados. Emitió un gruñido ininteligible. Jason Funderberker croó un eructo en su oído, que lo despertó por completo.
— ¡¡¿Qué?!! —exclamó— ¡¿Qué ocurre?!
Greg le mostró el poema que Wirt había escrito. Sus mejillas se encendieron, más que nada por vergüenza.
— Tú también la echas de menos... —murmuró Greg.
— ¡¿Has leído eso?! —Wirt le arrebató el papel de las manos. Se veía una huella de Jason Funderberker— Te he dicho mil veces que mis poesías son solo para mí.
— ¿Y en esta por qué pone "Para Beatriz"? ¿Vamos a dársela en Lo Desconocido? ¡Sí! —empezó a girar con su rana. Wirt suspiró.
— No, Greg... No creo que volvamos más a ese sitio...
· · ·
— ¡Es increíble que me hayas convencido! —Wirt simulaba estar enfadado, pero solo estaba nervioso. Le inquietaba volver a estar andando por esos bosques.
— ¡Mira! ¡Aquí es donde ayudé a Beatriz a salir del arbusto! —Greg señaló un matorral.
Solo con pensar en la locura que estaba a punto de cometer, se arrepentía.
— No; he cambiado de opinión. Volvemos a casa, Greg... —Wirt se giró sin encontrar a nadie—¡GREG!
Wirt echó a correr siguiendo un camino de caramelos. Pero al llegar a un punto, no pudo ver ningún caramelo más.
— ¡GREG! ¡¿Dónde te has metido?! —comenzó a ponerse nervioso y caminaba sin ningún rumbo, girándose preocupado de vez en cuando y mirando hacia todos lados.
De pronto, notó que algo se había caído encima de él, impidiéndole la visión. Empezó a dar unos pasos tambaleantes y cayó al suelo. Ah. No. No era el suelo. ¡Pero no veía nada! ¿Dónde habría caído? Un chillido femenino le dio la respuesta.
— ¿Wirt...? ¿Greg...? —Beatriz no podía imaginarse que lo que estaba ocurriendo no era otro sueño— ¿Sois vosotros...? ¡ME DA IGUAL QUE LO SEÁIS O NO! ¡QUITAOS DE ENCIMA! —se incorporó en el suelo, apartando de un manotazo a Wirt, que tenía a Greg a hombros tapándole la cara con las manos.
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Después del adiós
FanficCuando Greg sugiere volver a Lo Desconocido para ver a Beatriz, Wirt entra en pánico. Pero, de algún modo, lo acaba convenciendo. Lo que no se espera es que tenga como consecuencia pasar un verano entero junto a ella. ¿Cómo sobrevivirá Beatriz al mu...